• 2 | Sueños y locura

2.5K 376 455
                                    

Ambos jóvenes se observaban, ocasionando un ambiente inundado de silencio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ambos jóvenes se observaban, ocasionando un ambiente inundado de silencio. Evan no podía mirarlo a los ojos pero esperaba una respuesta pronto y esto incomodoba a Connor. No sabía qué responder.

—Tal vez fue sólo un accidente...—susurró para sí mismo.

—¿Eh? Disculpa, no te escuché —exclamó Evan acercándose un poco más para tratar de oír.

—Nada.

—¿Nada? ¿A qué te refieres?

—¡De seguro sólo fue tu imaginación! —musitó. Decidido en no soltar palabra alguna con respecto a sus intenciones de asesinato.

—Tal vez...—murmuró tocando su cuello, tratando de recordar la sensación de ahorcamiento.

Connor se levantó con velocidad y se alejó con las manos en los bolsillos, merodeando por todo el cuarto.

Ahora que Evan podía verlo, ¿podría matarlo?

Pero aún había dudas que necesitaba responderlas a pesar de no tener idea de cómo.

—No puedo creerlo —dijo el menor—. Ahora estás aquí y lo más seguro es que...

Se había convertido en una nueva costumbre de Connor interrumpirlo, sólo cuando el enojo lo invadía.

—Estoy furioso.

—L-lo suponía —admitió Evan mientras suspiraba bajando la mirada—. Pero antes de que me acuses debo decirte q...

—¡Utilizaste mi vida! —explotó Connor a la vez que se acercaba con furia hasta estar frente a Evan— ¿¡Qué pensaste cuando inventaste todo sólo para tener lo que querías!? ¿Acaso creíste que yo nunca me enteraría? ¡De todos modos estoy muerto! —Terminó de decir con sarcasmo y abrió sus brazos como si todo fuera algo gracioso.

Evan, por su parte, sólo lo observaba sorprendido con millones de pensamientos y sentimientos rondando por su cabeza. Entre ellos confusión, terror —sí, terror— y culpa, mucha culpa y arrepentimiento. No iba a exclamar nada, Connor no lo escucharía.

Pasaron unos segundos más en los que el de mayor estatura tomaba aire y recuperaba su tranquilidad. Nunca en su vida había reaccionado de una forma tan llamativa pero qué importaba el alboroto que hiciera, nadie se enteraría.

Y apenas ese pensamiento rondó por su cabeza abrió los ojos intranquilo y dirigió su mirada al asustadizo Evan, quien aún lo miraba de forma directa.

—Evan —murmuró con lentitud y volvió a sentarse a su lado observando al frente—. Creo que debo admitirte...—Miró por el rabillo de su ojo y aseguró que el joven aún tenía su atención— que yo traté de matarte.

La tranquilidad con la que esas palabras habían salido de sus labios eran realmente perturbadoras detrás de todo. Ninguno emitió ni el más mínimo sonido por unos eternos minutos. Los grillos del jardín parecían ser lo único presente y no hacían más que intranquilizar el ambiente.

Aún no 『Connevan』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora