La familia McBean dejó su preciada ciudad para irse a Lafayette, todo esto para encontrarse una buena y mejor vida. El padre Stephen McBean había comprado una pequeña residencia en un vecindario bastante acogedor, pero su familia no era normal, es más, su familia era una de las más raras de todas, estaba compuesta por:
-Su esposa Catherine.
-Su hijo mayor Matt
-Su hija Jennifer
-Sus sobrinos, los gemelos Alex y Alexis Wright
-La sobrina de su esposa; Mary.
En fin, la vida de esta peculiar familia era realmente una comedia de humor negro, sátira y sin toque de decencia ni moral, pero nadie esperaba que cuando llegaran a Lafayette... las cosas cambiarían y por completo.
Stephen tuvo que conseguir un trabajo en una agencia muy conocida, lo único que le pedían para poder entrar oficialmente es que... ¡Debía adoptar a una señorita de un Orfanato! ¿Cómo haría eso? ¡Ya tenía a muchos adolescentes en casa! No tenía otra opción, los otros empleos que le habían ofrecido eran terriblemente espantosos, además de que en esa agencia, le darían bonos extras para la chica que decidiera adoptar. Sin más, fue a hacerlo, y así, otra chica se unió a la familia McBean, ella se llamaba Taylor.
Taylor McBean era 2 años menor que su hija Jennifer, y le costó mucho adaptarse a las excentricidades, humor negro, falta de carencia, falta de moral, respeto, honestidad y cordura que cada uno de los McBeans tenían. Por ejemplo, el mismo Stephen era un machista que hacía los peores comentarios para su señora esposa, a su sobrina y para su hija. Catherine era una mexicana que se había cambiado el nombre (Su nombre era Catalina) y todo porque era muy malinchista y cero patriota con su país.
Matt era un "socialista" que estaba en contra del sistema, que odiaba al gobierno, que estaba inconforme y estaba dispuesto a llevar los ideales del socialismo hasta el límite. Todo esto mientras publicaba desde su IPhone, su Tablet, su computadora y un montón de cosas, ya que se llenaba de un montón de artículos y sus playeras del Che Guevera, cayendo en un abismo de ironía que no se podía dar cuenta.
Alex y Alexis eran los gemelos sobrinos de Stephen, su madre Carly los había dejado para irse a tener una especie de prototipo de vida galante, hasta que se convirtió en madre otra vez (de gemelas), se casó, y abandonó a sus hijos con su hermano. Fue tal el trauma para ellos dos, que decidieron envolverse en una clase de punk patético y mediocre.
Mary –María- Peterson, era hija de un polaco y de la hermana de Catherine. Su padre polaco se fue a su país y su madre... bueno... hizo algo muy súbito y loco. Decidió a irse a Chernóbil para buscar nuevas aventuras o cosas para vender. Se dudaba en un principio si realmente estaba en Chernóbil, pero al querer llevarse a la niña... Catherine no le permitió. Y así fue como se cerró la familia. Ella era una niña muy... religiosa, retrograda, cerrada, y bien se había ganado el apodo de "La Monja," no toleraba la idea de ir a la escuela, y tampoco las ideas modernas feministas que rodeaban al mundo. Para Mary sólo existía la iglesia, y cumplía las órdenes de los mandamientos al pie de la letra. Era tanta su devoción para su pequeña edad, tanto así, que vestía de faldas largas, rezaba durante largos periodos, y nunca cuestionaba la actitud machista de su tío.
Pero lo peor era el final, Jennifer Melinda McBean, era literalmente... el demonio encarnado, una pequeña malvada que no tenía necesidad de irse al infierno para que le salieran cuernos, porque ya los tenía. Era realmente la peor: psicótica, insensible, racista, sociópata, sádica, antisemita, xenófoba, discriminadora, homofóbica, sin vergüenza, impulsiva, temperamental, chovinista, agresiva y le encanta burlarse de las desgracias ajenas incluyendo las suyas. Es buena para escribir libros, para las matemáticas y tiene buenas calificaciones.

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El club de los hijos asesinos
Mystery / ThrillerTodos y cada uno de ellos tiene una historia, una familia, algo que callan y no pueden decir. Pero en el momento menos esperado, harán lo inimaginable: Matar a sus padres. Historias, relatos y conexiones entre todos, cada muerte...