Capítulo 3. Invierno, cosas por hacer

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"unas preguntas para los lectores, les gusta la historia hasta ahora?, tambien, deberia hacer los capítulos más cortos o separarlos en dos partes?"

Las mañanas de invierno son horribles, lo primero que uno siente es estar en una cama tibia, acomodado entre las sabanas, sin ningún deseo de salir de esta, solo dejarse llevar...excepto que yo si tengo que salir de esta, me había caído agua encima, alarmado abrí los ojos notando mi alrededor, estaba en una habitación, más precisamente en la que me dormí anoche, recordé todo lo ocurrido, no había sido un sueño, mejor dicho una pesadilla, en verdad todo ocurrió y el peso de la realidad comenzó a caer sobre mí, supongo que un dolor así no se va en una noche. Antes de seguir sumergiéndome en mi tristeza escuche una fingida tos, Iris estaba a un lado de la cama mirándome molesta, me mostro su celular y note como era un poco más de las 8 de la mañana, la mire extrañado por unos momentos antes de temblar, parte por el agua, parte por su mirada.


-¿Tenemos un trato recuerdas?, entramos a trabajar a las 9:30 y no queda muy cerca que digamos, levántate, báñate y vístete, el desayuno está listo-me ordeno mientras se retiraba, contra todos mis deseos me levante, fue lo más pesado de todo, pase mi mano por mi rostro y ahogue un fuerte bostezo, estaba por quitarme la parte superior del pijama hasta que la puerta se abrió asustándome-También deberías secar el colchón, esta será tu habitación así que hazte cargo-menciono arrojándome una toalla en la cara, agradecí que no entrara más tarde, podría quedar como pervertido o peor, en la perrera como ella amenazo, solo dos cosas podían pasar en ese lugar y no las quería. Tras quitar las sabanas y secar como pude el colchón me pude meter a la ducha, me daba algo de envidia, cada cuarto tenía un baño al parecer, eso hablaba de que eran familia de dinero, lo malo de no poder disfrutar el agua caliente en una mañana helada es tener prisa, me lave para salir rápido, solo tras haberme secado caí en el hecho de que no tengo ropa, solo tenía la de ayer que estaba mojada, me quede pensativo y solamente se me ocurrió ir a buscarla, me acomode la toalla en la cintura, suplicaba que no se cayera y salí al pasillo semidesnudo, me tuve que abrazar a mi mismo, en verdad estaba helado y no quería llegar a pensar siquiera como estaría afuera, tras bajar la escalera me asome por la cocina, el olor era atractivo, mi estómago me gruño, me daban deseos de ir y comer únicamente, dando unos golpes a la puerta para llamar la atención ella volteo a verme, me miro de pies a cabeza con un claro sonrojo, más lo estaba yo y aunque tuviera la toalla no podía evitar ponerme nervioso, ella pareció comprender porque estaba así y se retiró unos momentos para volver con mi ropa seca, le agradecí para poder volver a la habitación que me dieron, avergonzado me vestí con rapidez, me sentí mejor en cuanto al frio, volví a salir al pasillo, mientras avanzaba recordé cual puerta daba a la habitación de Sora, dudando entre ir o no decidí entrar, un saludo nunca es malo.

-W-Wow-susurre por lo desordenada que estaba la cama, las sabanas estaban arrancadas, Sora estaba dormido atravesado en el colchón, los pies le colgaban de los bordes y abrazaba una almohada, incluso tenía un poco de saliva escapándose de su boca abierta, quise reírme pero me contuve, en silencio me acerque, lo tome un poco en brazos para acomodarlo, volví a taparlo pues estaba algo frio-Así estas mejor ¿no?-murmure en voz baja, se movió un poco entre las sabanas roncando suavemente, recordé la charla de ayer y me sentí bien de no haber compartido habitación con él, seguramente me habría caído encima y eso habría sido feo, le di unas palmadas en su cabeza y poco a poco me fui alejando, más tarde debería pensar en cómo agradecerle lo que hizo por mí.

-...Riku-escuche como decía entre sueños, voltee a verlo curioso, ayer dijo que había estado ocupado con él, ¿un amigo o su novio?, esa duda recorrió mi mente pero agite mi cabeza quitándola, no podía ser tan intruso con quien conocí hace poco, cerrando la puesta con cuidado baje a la sala notando que todo estaba servido, le di las gracias hambriento pero ella me desviaba la mirada, la mire curioso por ello preguntando la razón.

Las estaciones,  RoxasWhere stories live. Discover now