Capitulo 5

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EDITADO

Ya eran las ocho, así que ya tenia que ir buscando a Inés. Cogí la chaqueta, mi móvil y la mochila. Estaba a punto de cerrar la puerta, cuando en el mueble de la entrada empezó a brillar esa maldita canica que en ese momento estaba verde. 

Volví a mirar la hora y ya eran y cinco, no tenia más tiempo. Metí la bola dentro de la chaqueta y cerré la puerta de casa suavemente para no despertar a mis padres y mi hermana.

A pesar de haber tardado tanto en buscar a Inés, llegamos a la misma hora de siempre. Cada una se fue al aula que le tocaba. Inés y yo fuimos juntas ya que íbamos a la misma clase.

A primera hora teníamos Tecnología, así que no haríamos nada, luego Lengua, y a tercera las esperadas notas de la Tercera Evaluación. Estaba bastante nerviosa aunque me hubiesen salido bien todos los exámenes de ese trimestre. Necesitaba por lo menos un Sobresaliente y lo demás Notables.

Me pasaron las dos primeras horas muy despacio y al fin llego la entrega. Nos deseamos suerte todos antes de que Felisa comenzara a repartirlas. Yo era la última de la lista, así que tenía un buen rato para ello. Las ventajas que tenía era que estaba atrás del todo, y si hablaba con Irene los profes no me veían. Estuve charlando con ella mientras tanto. Pasaron unos cinco minutos y porfin oí mi nombre y apellidos.

—¡Alicia Villa! —gritó mi tutora. Me acerqué nerviosa y revisé todas las notas. Creo que no puedo describir como me sentí en ese momento. Dos sobresalientes y lo demás notables—Has mejorado mucho desde que empezó el curso ,Alicia. Recuperaste Plástica, que te quedo en la Primera y Matemáticas en la Segunda. Tengo que felicitarte por tu esfuerzo. Felices Vacaciones —dijo Felisa con un tono de satisfacción.

Me senté en mi sitio y los demás nos empezamos a preguntar las notas. Por lo visto habíamos mejorado todos, y bien orgullosos que estabamos de nuestro esfuerzo, por lo cual era un logro. Natalia estaba callada (lo cual era raro) y vi cómo se le caía una lágrima en su ficha.

—Suspendió siete. Va a repetir, dudo que las recupere —me susurró Yoli.

Irene y yo nos miramos, como si estuvieramos hablando por telepatía. Natalia iba a repetir. No nos cayo bien nunca, la verdad. Era una borde y una prepotente. Cerré los ojos y vi que el próximo curso éramos uno menos en clase, sin ella. Ese sería mi deseo. Y el de Irene.


El juego del aula 301[Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora