Capítulo 17

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Se lo dije a los demás. Pensaban que les estaba bromeando, pero no era así.

Ainhoa puso su cabeza entre sus piernas y se echo a llorar. Todos intentamos consolarla.

Todavía tenía una duda : aquel maldito libro. ¿Para que lo quería?. Ainhoa parecía haberse calmado. Pasaron unos segundos, y Mario rompio el silencio de nuevo.

- Oye...a lo mejor os parecerá una tontería, pero me voy a mear encima como no vaya al baño - dijo.

- Yo tambien lo necesito, pero... - replicó Yoli en un tono muy bajo.

- Sería arriesgarnos... - intervino Ainhoa.

- Bueno...al fin y al cabo, tenemos que salir de aquí.

-Seguramente nos encontraremos a los demás, pero tenemos que andar con cuidado - comenté convencida.

Todos nos pusimos de pie y salimos agachados hacia la puerta que llevaba al Pasillo Prohibido. Ibamos haciendo el menor ruido posible, el único problema era que los playeros chirriaban.

- Oye, a este paso no vamos a llegar nunca - dijo Ainhoa - Tendremos que quitarnos los zapatos.

- Si claro...y si nos ven, ¿como corremos? Los calcetines se nos estropearon e iremos descalzos - incluí yo. Mario bajo la cabeza y miro los zapatos de las demás.

- Todos llevamos Vans, así que son fáciles de volver a poner. Guardadlas en mi mochila. Cuando llegemos a los baños, nos volvemos a calzar ¿entendido? - explico.

Abrimos la puerta y salimos hasta el segundo piso. Lo atravesamos sin dificultad hasta que llegamos a la mitad. Unos pasos empezaron a venir del final. Nos escondimos en los salientes de las paredes. Notaba que mi corazón latía a mil por hora. Al parecer la ersona se debio dar media vuelta y se fue, ya que los pasos no se oían casi. Tuve la valentía de asomarme un poco. No había nadie. Menos mal. Le lanzé una mirada a los demás de que estaba despejado. Acabamos el pasillo y nos dirijimos a los baños. Entramos y pude ver que había un enorme charco de sangre en el suelo y la puerta abollada. Solamente había 3 puertas del baño y la de la limpieza. En la primera no había nada. En la segunda igual. En la tercera...pensé que iba a ser igual el resultado que en las demás. La abrí y pegué un salto hacia atrás. Las paredes estaban llenas de sangre, en las cuales ponía "CORRED" "QUEDAN 4 HORAS". Debajo, en pequeño, ponían los nombres de Clara, Laura y Samu. Recordé que faltaba alguien en ese grupo. Eran Isac e Irene. Él había desaparecido misterosiamente e Irene...no teníamos ni idea. Entonces oí una voz proveniente del cuarto de la limpieza.

- Eh...chicos...¿sois vosotros? - dijo una voz aterrorizada.

- ¿Irene?Dios dime que eres tú -contesté.

- Claro...Abridme la puerta. Rápido - sugirio.

Entre todos la abrimos. Nos costo algo de trabajo debido a que la cerradura estaba dura. Irene estaba sentada en un rincón con la cabeza agachada. Poco a poco la fue subiendo y nos miró. Se le esbozó una sonrisa triste. Se puso de pie y pudimos ver que estaba llena de arañazos, no mucho mejor que nosotros. Se la veía muy débil y algo mareada. Se apoyo con una mano en la pared y nos segundos después se recupero. Se dirigio lentamente hacía un hueco que había en los baños.

- Venid - dijo lanzandonos una mirada cansada.

Todos fuimos adonde estaba ella.

El juego del aula 301[Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora