El juego del aula 301[Editando]

Capítulo 18

- Bien...hace ya dos días, creo que fueron los que pasaron, que no os veo. Estuve con mi grupo desde que nos dividimos hace unas horas, sino recuerdo mal. A las 3 de la tarde, decidimos ir a buscaros, pero nos salio mal. Estabamos subiendo las escaleras del hall y noté que algo nos observaba, pensé que sería alguien de losgrupos que se habia perdido , entonces alzé mi vista y pude ver ver que un piso más arriba nos estaba esperando Gema.
Todos nos paramos aterrorizados. Samu, sin pensarlo, le lanzó la pala de madera, y menos que era hábil. Gema se desmayo y corrimos hacia los baños. En un principio nos escondimos en los baños pero luego decidimos escondernos en el cuarto de la limpieza. Yo fui la primera que entre y me escondí entre en las cajas donde me encontrasteis vosotros. Samu iba a entrar pero justamente unos pasos entraban en los baños. Cerro la puerta rapidamente. Pensé que me iba a pudrir allí ya que solo se abría por fuera.
Oí la voz de Gema. Esta le pregunto que donde estaba yo, y le contestaron que me hallaba en los baños del 3er piso. Obviamente, no les creyo, y debio sacar aquel maldito libro al que le pregunto si era verdad. Le contesto que no. Se abalanzo encima de Samu y Laura y debio matarlo a cuchillazos. Clara, presa del miedo al ver a Laura muerta, intento salir corriendo pero Gema salio detrás suyo y la empezó a pegar contra la puerta. Samu, moribundo, mientras tanto vio que la navaja se le había caido así que se dirigio al baño mas cercano, y se cortó un dedo en el que os dejo aquel mensaje. Salio ya muriendose, y Gema venia de matar a Clara. Sus últimas palabras fueron : "Ni de broma me vas a matar tú, estúpida zorra, antes me suicido". Y así se rajo la garganta, suicidandose. Ella a continuacion se rio, se llevo a los 3 cuerpos y no se acordo mas de mí - dijo con un nudo de voz en la garganta.

A mí se me heló la sangre y le hice una pregunta.

- Una cosa...¿que eso de que faltan 4 horas?

- Sí...falta 1 hora para nuestras muertes en conjunto - contesto Irene.

- ¿Cómo que 1 hora? - dije abriendo los ojos impactada.

- Eso paso a las 3. Ahora son las 6. Queda exactamente una hora - dijo amargamente.

- Pero...pero ¿como sabes eso?¿como vamos a morir? - pregunté sobresaltada.

- Cuándo vino a las 3, les dijo que de todas formas iban a morir, tarde o pronto. ¿No veis que huele muy fuerte?Es gasolina, la hay por todos partes,no mucha, y evidentemente...lo quemarán, con nosotros dentro - dijo mirando a la nada.

- Madre mía, madre mía. Ahora sí que sí. Tenemos que huir ya - dije muy nerviosa.

Le pedí a Mario que nos diera los zapatos y nos los pusimos vagamente. Nos levantamos o más bien, me levante. Los demás se quedaron en el suelo, sin ganas, de querer morirse ya.

- ¿Que hacéis? ¡Levantaos! - les dije.

Pensé que no me iban a contestar pero Yoli rompio el silencio.

- Mira Alicia...no merece ya la pena, ¿que coño quieres hacer en una hora? ¿Salvar a todos? Yo ya ni me levanto. Vamos a morir tarde o temprano - respondio Yoli, fuera de sus casillas.

No me lo podía creer, se querían morir, esa sería la última cosa que yo querría en ese mundo, teníamos 15 años. Todavía teniamos probabilidades de salir en una hora, tiempo suficiente.

- Haced lo que os de la gana. Venid si quereis. ¿Recordais nuestro lema? "Siempre juntos", parece que se os ha olvidado.

No hubo respuesta. Indignada, me fui casi llorando. Cuándo empeze a subir las escaleras, oía pasos del baño. Salieron y se dirigieron hacia mí.

- ¿A donde vas? - preguntaron a la misma vez.

- A acabar con esto de una vez por todas - conteste desafiante.

- ¿Sino?¿Dejandote que te maten? - dijo Ainhoa en un tono irritante.

- Cada uno sabe cuál es su límite y el mío ha llegado más álla - le contesté frustrada.

Iba a seguir hasta la 301, acompañada o sola, me daba igual. Seguí caminando y los demás no me seguían. Tal vez tuve un poco de miedo. Llegé al tercer piso y todavía quedaban 10 aulas para el desenlace final.

310,309,308,307,306,305,304,303,302...AULA 301.

Tragué saliva . Estaba arrimada la puerta. La empujé y entré dentro, sin saber que estaba entre la vida y la muerte . Todo estaba en juego.