WORK ✧ Im Jaebum (COMPLETA)

"No vuelvas a confiar en él".

Unas caricias en mi brazo y mimos en mi cabello hicieron que me despierte de la mejor manera. Me removi hacia el otro lado y me aferre al cuerpo de Jaebum, abrazandolo por la cintura y queriendo dormir de nuevo. Era sábado, no tenía que trabajar.

—Hey—Jaebum corrió el cabello de mi rostro y acarició la parte de atrás de mi oreja. Me encantaba que haga eso, al parecer no lo había olvidado—Despierta, preciosa. Felíz cumpleaños.—besó mi cabello. Sonreí mientras me frotaba los ojos.

—Buen día. Gracias, mi amor.—lo miré y vi que ya se había duchado. Llevaba puesto su traje, exceptuando el saco.—¿Ya te vas a trabajar?—hice un puchero y el sonrió acercándose—¿No puedes quedarte?—me acerqué a su rostro y Jaebum me robó un beso antes de que yo lo haga.

—Es el primer día después del cierre del contrato. Tengo que dar una reunión notificando la gran noticia y quizás me veas más seguido por aquí.

Él sonrió ampliamente y me dio otro beso pequeño para luego comenzar con otro, queriendo hacerlo más atrevido y profundo, pero me detuve al recordar que no me había lavado los dientes y no me había duchado, ni siquiera había ido al baño en sí.

—Esper...

—No. No te separes...—susurró tomándome por la nuca y metiendo su lengua en mi boca muy lento. Éste hombre besa demasiado bien.

Obviamente que le seguí el beso. Me senté a horcajadas de él y tiré de las hebras de su nuca a la vez que me movía en circulos por su entrepierna. En cuestión de segundos, su miembro punzaba por encima de su pantalón y yo podía sentir la dureza de éste. Mmm... el miembro de Jaebum se siente enorme entre mis piernas.

Le mordi el labio y comencé a succionarlo lentamente, él gimio bajito y me tomó por la espalda, atrayendo ésta hacia nuestra cama. Se puso encima de mí y bajó sus besos hacia mi cuello, automáticamente abrí mis piernas y Jaebum me tomó la mandíbula con una sola mano para luego bajarla hasta masajear mis seno derecho, apretando y dando caricias con su pulgar. Mi respiración estaba por los cielos.

Empecé a jadear realmente cuando su mano comenzó a acariciar mi zona. Me lami los labios y miré a Jaebum frunciendo el ceño cuando paró de hacerlo, pero fue para bajarse el cierre del pantalón, así que lo observé esperando mientras me mordia el labio inferior y veía como Jaebum sacaba a su amiguito de ahí abajo y se acariciaba.
Me senté para ponerme encima de él y darle la mejor mamada de su vida, pero me detuvo.

—¿Qué?—me sonroje y él me tomó por los cabellos.

Se volvió a acomodar, su cabeza estaba generosamente cerca de mi entrepierna. Yo sabía lo que venía ahora, uno de los mejores placeres del mundo, el cual Jaebum me hacía gritar como gata en celo.

—¿Qué es lo que quieres, Agustina?—me preguntó relamiendose los labios y yo me mordi los míos.

—Que lo hagas.—pedí.

—Mmm... ¿Qué te haga qué cosa?—comenzó a repartir besos por mis piernas y yo seguramente ya estaba más que húmeda.

—Bésame, comeme.—dije excitada.

—¿En dónde quieres que te bese? ¿Qué es lo que quieres que me coma?—se acercó a mis labios y los mordió. Dejé escapar un gemido.

—Sólo hazlo.—musite.

—No puedo proceder si no me dices dónde.—se encogió de hombros y siguió repartiendo besos por mis piernas.

—Aquí... aquí, Jaebum.—tomé una de sus manos que estaba sobre mi trasero y la lleve hacía mi zona.

Él lamio parte de su mano mientras me observaba, luego comenzó a acariciarme y una enorme corriente recorrió mi cuerpo. Lo último que recuerdo antes de cerrar los ojos por tanto placer son las caricias de la mano de Jaebum que cada vez iban siendo más rápidas, hasta ser reemplazada por dos dedos dentro de mí. Su cálida lengua recorría todo el trayecto de mi feminidad y ahí es cuando empecé a gemir como gata en celo.