El primer beso...© ▶Editando◀

Capítulo 38

El cielo nublado, gente sollozando, entre ellos viejos amigos de ella, y también sus mejores amigas, así como también sus padres. Andrea se sentía rara por presenciar aquella escena, no se sentía bienvenida, después de todo no había tenido muy buena relación con la castaña, ambas se despreciaban.
La madre de Samantha había pedido que por nada del mundo abriesen el ataúd de la chica, según ella quería que recordasen a Samantha como la chica alegre que era, la chica fiestera, que no le importaba un comino lo que la gente dijera de ella, lo que en realidad no era así, claro que le importaba, y le importaba bastante, ya que sus padres habían sido demasiado estrictos respecto a su imagen después de aquel incidente con Amber.

—Ya no llores, por favor...—Pidió Andrea mientras frotaba el hombro de la rubia, trataba de no hacer casi contacto con ella, ya que habían varios compañeros ahí, y hubiese sido extraño que de la nada, ellas comenzaran a charlar como si fueran viejas amigas.

—Es imposible hacer eso —Susurró la chica mientras dejaba ir un gran sollozo.

—Entonces ¿qué puedo hacer para que dejes de hacerlo? —La latina trataba de acercarse tanto a la rubia, tan sólo decía esto como si estuviese hablando con una pared, ni siquiera volteaba a verla.

—Abrazarme... Quiero que hagas eso —Susurró la rubia.

Y no le importó que estuviesen rodeadas por sus compañeros, posibles amigos de los padres de Juliet. A Juliet no le importó que estuviese ahí su otra amiga.
Ella tan sólo abrazó a aquella chica, uniendo sus labios, aunque, gracias a la bufanda de Andrea, este no se había notado. Claramente nadie se percató de aquella escena, ya que estaban más ocupados en la escena melancólica que en la escena de amor. Y sí, a veces el mundo sólo ve el lado malo y el bueno lo hace a un lado, como si no existiese.

—Ya deja de llorar, por favor...—Susurró en su oído mientras la abrazaba. Pero, a pesar de aquel abrazo, era imposible, nada haría dejar de llorar a la rubia, nada le devolvería a su mejor amiga.

Y tal vez después de esto todo sería diferente, y si, tal vez si. Después de todo, Samantha ya no estaría, Estefania se iría con los Lucky a otra ciudad, los padres de Juliet saldrían más seguido, ya que, ahora su hija ya no estaría tan sola, ya que ahora tenía la compañía de Andrea. Por otro lado, Amber tal vez ya no visitaría cada fin de semana a Andrea, tal vez Ethan por fin saldría del closet, tal vez Melissa dejase su vida por la paz, tal vez...

[...]

—Dame otra semana, yo, aún no tengo el dinero...—La morena se miró al espejo, realmente tenía mal aspecto, bueno, después de todo había chocado un auto y ella no había recibido atención médica después de haberlo hecho. Tenía una herida en la cabeza, la cual estaba cubierta con una pequeña gasa— Por favor... ¡No! claro que no tardaré más de eso —De pronto una grandiosa idea llegó a su cabeza— ¡Ya sé como conseguiré el dinero! ... Si... Pero dame dos semanas y te lo daré completo... Si... Lo prometo por mi vida...

Y no era nada bueno aquello que planeaba la morena. Nada bueno...

[...]

—Vamos, señorita Jones... Si no hace ningún esfuerzo nunca saldrá de esta cama...—Dijo preocupada, la doctora se preocupaba por esa mujer más de lo normal.

—No quiero... Déjeme aquí, déjeme pudrirme en mi soledad... —Un susurro acompañado de un sollozo, con tristeza salió de la boca de la castaña.

—No lo haré. —Se negó rotundamente a dejar a la castaña sola en aquella habitación llena de aparatos.

—Bueno, de todas formas estoy sola en esta vida... Mis padres muertos, mi hermana lejos de mí, bueno, además de que me odia, la chica que amaba también muerta, mi mejor amiga ni siquiera sé si quiere seguir siendo mi amiga después de lo que hice... —Expresó la castaña con tristeza y frustración.

—Bueno, no es necesario tener a personas a su lado para sentirse llena, además, usted se siente sola, porque no lo está.—La doctora le regaló una sonrisa, lo cual dejó confundida a la castaña.

—¿Por qué dice que no estoy sola? —Preguntó confundida, mientras que la doctora revisaba las máquinas que estaban conectadas al cuerpo de ella.

—Porque usted se tiene a sí misma —La doctora comenzó a cambiar los sueros—, y cuando uno se tiene a sí mismo no ocupa de nadie, porque cuando uno se ama, sé es lleno, se ama a sí mismo, y así su alma es hermosa, porque en ésta hay amor, no un vacío que busca ser llenado con el amor de otro ser...

Y era cierto, porque cuando uno se ama a sí mismo nunca necesita de alguien para amar. Y muchas veces cometemos el error de amar a alguien más cuando ni nosotros mismos nos amamos. Primero tenemos que aprender a amarnos para aprender a amar a alguien. Y eso era lo que le faltaba a Amber, a Juliet, y tal vez a muchas más personas en este mundo les hace falta aprender eso. La vida es mucho más fácil cuando tú te amas a ti mismo, ya que no esperas nada a cambio de una persona, porque cuando te amas a ti mismo y amas a otra persona, si esa persona no te ama, no pasa nada, porque no te quedas solo, te quedas con ese alguien que siempre estuvo para ti, pero que nunca te diste cuenta, te quedas con tu alma y tu ser, te quedas contigo.
Porque cuando estás vacío, tus pensamientos son negativos, confusos, llenos de amargura, aprisionados, en busca de que alguien más los controle, cuando en realidad, la única persona que puede controlarlos, eres tú...
Cuando estás vacío, simplemente eres como una nuez vacía por dentro, tal vez eres hermoso por fuera, pero por dentro no tienes nada, nada que sea de valor. Y tú...

¿Eres una nuez vacía como lo era Amber, Juliet y yo?