Bye bitches

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Mañana es el gran día. El día que vengo esperando desde hace un año, cuando decidí que era momento de un nuevo comienzo. El día que me voy a la universidad. Acabo de terminar de empacar la ultima caja de mis pertenencias lo que lo sea aun mas real. 

Estos últimos meses estuve pensando y me di cuenta que no tengo mucha experiencia en... Bueno, en nada.  Solía pensar que si, pero la realidad es que no era yo la que había vivido esas cosas sino Ashley. Toda mi vida nos vi como una sola, cuando en realidad somos dos personas muy diferentes entre si.  Por un lado esta Ashley Hendrix, pelo castaño y largo, ojos color avellana, piernas largas y cuerpo de modelo. Social y popular en el colegio, con muchos amigos, una mejor amiga, novio, hija única y con una relación envidiable con sus padres, quienes estaban orgullosos de su exitosa hija. Y por el otro esta Haley Murray, morocha con cabello ondulado, brillantes ojos azules, sin amigos, bulliada por todos sus compañeros, nunca estuvo de novia y su único beso fue con un chico en el instituto psiquiátrico a los diez años, y odiada por sus padres y su perfecto hermano, quizá odiada no es la palabra, no amada lo suficiente quizá.

Esta epifanía hizo que me diera cuenta que hay una pequeña cantidad de cosas que quiero experimentar por mi misma. Inclusive hizo una lista: 1. Hacer un amigo/a. 2. Ir una fiesta. 3. Besar a alguien. 4. elegir una especialización para mi carrera. 5. Tener una noche con alguien. 6. Enamorarme. 7. ...

Para cuando llegue al punto siete Linden, mi mama, me interrumpió llamando a cenar.

La ultima cena en la casa Murray, como para no tener una razón suficiente para sonreír de oreja a oreja. Lentamente bajo por las escaleras disfrutando cada precioso momento de las ultimas horas del constante recuerdo de mis traumas mas grandes en esta vida. Cuando entro al comedor encuentro sentado en la punta de la mesa larga a Mark, mi papa, en mi opinión siempre me pareció estúpido utilizar la mesa de comedor cuando solo estábamos nosotros cuatro presente pero nadie podría convencer Linden de usar algo tan mundano y de poca clase como la mesa de la cocina donde el personal almuerza. Al lado de Mark esta Jonathan, cuando están tan cerca el uno del otro es indudable el parecido entre si con la única diferencia que donde Jonathan tiene hermosos ojos azules Mark tiene un peculiar color verde botella combinado con color miel. Y bueno las obvias marcas de edad de Mark, cabello rapado al raz para disimular su caída de pelo y sus marcas de simple arrugas alrededor de sus ojos de años de uso de perfeccionada sonrisa de negocios. Todo sobre el dice negocios, mientras que t
odo sobre Jonathan indica adolescente rico y des comprometido de responsabilidades. Me acerco mas haciendo notar mi presencia, lo cual no quiere decir que ellos la notaran o les importara ya que siguieron hablando sobre el próximo partido de los Lakers. Me siento en la otra punta de la mesa, mi lugar usual. Linden entra con un gran boul de ravioles a la crema y los pone sobre la mesa para luego sentarse al otro lado de su marido. Así como Jonathan es la versión joven de Mark, yo soy la versión jovial de Linden. La única diferencia entre nosotras siento mi oscuro pelo en contraste con su rubio caramelo, a excepción de eso físicamente somos idénticas. 

Una vez que todos sirvieron sus platos comienzo a armar el mio, y comienzo a comer mis pastas en silencio imaginando como Seattle university va a ser. Mientras tanto en la otra punta de la mesa el resto de la familia sigue hablando entre si sobre quien sabe que. Desde que volví del hospital todos nuestras cenas proceden igual. Ellos hablan entre si mientras yo como en silencio y soledad la otra alejada punta de la mesa. Yo no llamo su atención, así nadie se ve obligado a dejar de fingir que no existo. Lo cual daría comienzo a una incomoda conversación donde ellos preguntan cosas sobre mi vida personal que yo no quiero responder y a ellos no les interesa realmente escuchar la respuesta. 

Les apuesto lo que sea que si les preguntan a mis padres sobre mis notas, amigos o la inexistencia de estos, mi comida favorita o cualquier otro dato personal no serian capaz de dar una sincera respuesta. Supongo que pusieron toda su energía e interés en Jonathan, el hijo normal y perfecto que siempre quisieron, no dejandoles tiempo o lugar para mi la hija dañada. No que realmente me importe. A estas alturas, ya no quiero ni necesito de su atención. 

Pase la mayor parte de mi vida tratando de que me crean mis explicaciones y experiencias solo para ser juzgada y tratada como la basura entre los dientes luego de comer pochoclos. Inclusive una vez busque y les mostré pruebas de que lo que decía era real, pero ellos decidieron seguir en su postura de que su hija era psicótica, y que lo invento todo.  Cualquier foto, papel, cuenta en la red social sobre los nombres que les mencione desde que tengo memoria son simple manipulaciones mías para hacerles creer mi historia, la cual salio de mi gran imaginación.

La otra mitad de mi vida la pase odiándolos y evitándolos a toda costa. Ellos son la razón por la que mi vida es tan complicada, solitaria y dolorosa. Ellos y su falta de tacto para manejar la situación y su falta de fe y amor hacia su única hija mujer. Cualquier persona que le hace dudar a sus hijos de su inteligencia y cordura simplemente no merece ser padre. Por lo menos esa es mi opinión. Razón por la cual la mayor parte del tiempo trato de ignorarlos lo cual funciona casi todas las veces. Casi.

"Asi que, Haley, en serio vas a pasar tu ultima noche en esta casa sin hablarnos?" Linden dice con su falsa dulce voz.

Aparentemente ya no es una opción, aunque es exactamente lo que me encantaría hacer. 

Luego de una larga pausa donde mastico un raviol y tomo mi tiempo para tragarlo, le contesto.

"Realmente no hay mucho que tenga para decir" 

"Dale, apenas mencionaste algo sobre la universidad"

"Si. A que universidad ibas a ir?" Mark interviene, lo que me hace luchar con las ganas de girar los ojos.

"Seattle University"

"Ah. Cerca" Linden se toma un minuto para observarme "porque te mudas al compus entonces?"

Para estar lo mas lejos posible de esta casa, y ustedes y todos los recuerdos que vienen con esto.

" Cuarenta minutos de viaje no es cerca. Me llevaría demasiado tiempo. En el campus voy a poder aprovechar mejor mi tiempo libre y tomar mas clases" 

Linden y Mark parecen satisfechos con mi speech ya formalizado y estudiado por si llegaba a surgir el tema. 

" Claro, esa es la razón. Y no que no podes esperar para irte lejos de acá y dejar de ser parte de esta familia pero ninguna universidad que no conocía el apellido Murray te aceptaría con tu falta de interés en los estudios durante casi todo el secundario" Jonathan finaliza con una sarcástica media sonrisa. 

Si las miradas podrían matar Jonathan caería muerto en los próximos segundos, suerte la suya. 

Linden y Mark miran entre nosotros y luego entre ellos. Jonathan toma un ultimo raviol de su plato y entre mordisco dice

"No como si nos interesara, igual. Básicamente nos estas haciendo un favor al no tener que fingir que sos parte de esta familia y que nos toleramos"

El silencio en la habitación es toda la confirmación que se necesita para saber que es lo que todos piensan. Y aunque siempre lo supe fue como una apuñalada en el estomago escucharlo en voz alta. 

Una risa histérica escapa de mis labios, mientras me paro abrupta mente. Miro uno por uno, la única conexión entre nosotros es ADN y un apellido. Jamas pude estar menos involucrada con alguien que con estas personas. Lo mejor que puedo hacer sacar lo que falta de nuestras mascaras, dejar de fingir. Irme a dormir e irme temprano en la mañana sin que ninguno de ellos este despierto para verme. 

"Que bueno que pudimos aclarar eso" 

Si caminase un poco mas rápido hacia mi habitación estaría corriendo. 

La mañana siguiente me despierto a los cinco AM, y lo mas rápido y silenciosamente posible tomo mis cosas y cruzo la puerta de los Murray por lo que espero sea la ultima vez.

Deja vuWhere stories live. Discover now