The Wicked Curse

What you deserved

Tuve la sensación de que David, él solo, no podría contener a Campanilla. La pobre no sabía qué hacer. No podía hacer nada. Tuvo que conformarse con ver cómo se la llevaban, retenida por el ayudante de la sheriff. Iba a caerse, a romperse de tanto gritar... Yo no pude separarme de Regina. Todo esto se nos había ido de las manos. Ella también se daba cuenta.

Le pedí a David que nos acercara a casa en su coche. Estábamos demasiado...nos afectó bastante. Él y Mary Margaret se quedaron un rato y nos prepararon un te. No nos sirvió de mucho. Nunca había visto algo parecido, y no me lo podía sacar de la cabeza. Y el modo en que Campanilla luchaba... Era horrible, pero me alegraba de no ser yo. Se ofrecieron a quedarse a Henry esa noche, y aunque Regina rechazó su oferta, acabaron por convencerla.

Supongo que se le hizo raro estar en casa de mis padres y no en su mansión, por eso se quedó quieta, sentada en el sofá sin decir nada. Entonces tuve que decir algo, porque no soportaba verla así.

-Regina...- Se giró hacia mí, que lavaba los platos en la cocina. -Si hubiese pasado algo nos habrían llamado, estará bien...- Asintió apartando la mirada lentamente. -Mañana nos pasaremos a ver que tal...-

-No nos dirá nada...-

-Oh, vamos, no te culpes por esto... Nada ocurre por un solo motivo. ¿Recuerdas lo que hizo Sidney?-

-Claro que lo recuerdo, por culpa de eso yo gané las elecciones y ella se ha cortado las venas...-

-Regina...-

-Y si yo no hubiera salvado a Blancanieves, nunca me hubiera convertido en reina, y ella no habría estado celosa de mí, y si mi madre no la hubiera abandonado, nada de esto habría pasado...- Sacudió la cabeza y bajó la mirada. -Las cosas no pasan por una única razón, pero solo basta que una falle para evitar el desastre...-

Regina tenía una manera de hablar... Siempre conseguía que sus palabras se te quedaran grabadas.

-Tienes razón...-

-Ojalá no la tuviera...- Volvió a girarse hacia delante y me dio la espalda.

Me sequé las manos y fui para allá. Me planté justo delante de ella, que no dijo nada, solo me miró.

-¿Qué?-

-No respondiste a mi pregunta.-

-¿Qué pregunta?-

-¿Eres infeliz?-

Se me quedó mirando, como si no se lo esperara y fingió reírse.

-En serio, Regina...-

-Toda mi vida he sido adicta al sufrimiento...- Bajó la mirada y frunció el ceño. -Pero este último mes...ya ni siquiera recuerdo lo que es eso...-

-¿De verdad?- Sentí una bola comprimiendo mi pecho. -¿Y lo de mi abuelo? Creo que necesitas hablar de ello...-

-Que nos acostaramos no implica que me conozcas tan bien...- Su tono de voz cambió, pero pude ver en su mirada que nada más decirlo se arrepintió. -Lo siento...-

-No, tranquila...- Aparté la mirada.

-Perdona, Emma...- Cerró los ojos. -Es que es la primera vez desde...desde que él murió y...-

-Regina...- Al ver como le temblaban los labios lo entendí. -Lo siento, no debí beber aquella noche... Jamás debí...-

-Tú no eres como él...- Se llevó una mano al cuello y me miró. -Sé que tú nunca me harías daño...-

-¿Y sin querer? ¿Te he hecho daño sin querer?-

-Todos hacemos daño inconscientemente...- Apartó la mirada.

-Hoy...- Insistí. -¿Te he hecho daño hoy?-

La morena frunció el ceño y bajó la mirada.

-Siento tanto haberme enamorado, lo siento...- Volví a sentir una bola que me comprimia el estómago. Yo había hecho daño a Regina. -Lo siento mucho, parecías tan enamorada que yo...-

-No puedes forzar el amor...- Dijo de repente.

-¿Cómo?-

-No puedes hacer creer a alguien que está enamorado, Emma...- Confesó. -No hay ninguna magia tan poderosa...-

-Pues Zelena parece que ha encontrado el modo de...-

-No...- Cerró los ojos y puso su mano sobre la mía, negando con la cabeza gacha.

-¿No?-

-No...-

Dios santo, me sentí tan estúpida al no entender lo que me estaba diciendo...

-¿Qué quiere decir?- Pregunté.

-Que yo...-

-Lo parecías, de verdad que lo parecías.- Insistí.

-Lo estaba...-

Oh.

-No fue la maldición, Emma... Todo formaba parte del plan...- Explicó.

-Pero...-

-Zelena sabía que... De algún modo sabía lo que yo sentía...- Sorbió disimuladamente. -Su plan era que no quisieras volver a ser mi amiga, pero...-

-Pero yo me enamoré. ¿Por eso ha fracasado?-

-Por eso ha intentado quitarse la vida...-

-E indirectamente te he hecho daño...- Me di cuenta. -Pero no puedes culparte...-

-Si que puedo...-

-Pero no debes...- Me senté a su lado y cogí su mano.

-Todo es siempre culpa mía, Emma... Hago daño a la gente...-

-No es cierto.-

-Sí, sí que lo es...- Aseguró apartando su mano. -Cuanto más me acerco a la felicidad, más daño causo a mi alrededor...-

-No eres responsable del sufrimiento de los demás.-

-Lo soy.-

-Hiciste algo malo, pero la gente te perdonó y siguió con sus vidas. Son felices, Regina.-

-Pero si algo malo les ocurre, será culpa mía por haberlos enviado aquí en un primer momento...- Trató de hacerme entender.

-No sabía que te sentías así...- Apartó la mirada. -La gente no piensa eso, te lo aseguro...-

-Deberíamos ir a dormir, es tarde...-

-Vale...- Estuve de acuerdo. -Pero me gusta cuando dices lo que de verdad sientes... Me importa lo que piensas.-

-Ya...- Mantuvo la mirada al frente y cogió mi mano. -Por eso te quiero...-

Este ha sido cortito😅