El renacer de una princesa

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La espera me estaba matando, me sentía muy impaciente y ansioso. Deseaba ver lo antes posible a Sylvie con su nuevo vestido. Los minutos parecían horas, por mi parte había generado un pequeño tic que me hacía golpear suavemente el piso de madera con mi pie derecho sin cesar.

Cuando Aurelia tomó a Sylvie de sus delicados hombros y la llevó camino a su vestidor personal, ella se veía muy nerviosa y sus pasos eran inseguros al caminar. Sentí que mientras ella era guiada por Aurelia su mirada se centró en mis ojos, yo sólo atendí a devolverle una mirada contenta y le sonreí amablemente. Después le hice un leve gesto de aprobación con mi mano derecha para que ella continuase con su paso. De todos modos la mirada temerosa e insegura de Sylvie no cambió.

Después de más de media hora de espera, mis oídos sintieron el crujir del piso de madera de la tienda, el paso lento y seguro de dos personas se acercaban a mí ubicación actual. La silueta de Aurelia se presento ante mí, en una de sus manos la bella mujer de cabellos dorados sostenía una bolsa, ella me dijo algunas palabras.

— Estimado cliente, ya he elegido el vestido más apropiado para su linda acompañante, por el momento sólo tengo disponible éste modelo, deberá esperar una semana más si desea conseguir una nueva prenda en la próxima vez que visite mi lugar de trabajo.
En esta bolsa que tengo en mi mano derecha, están los correspondientes conjuntos de ropa interior que consideran toda una semana, dispuse a mi elección variedad de colores de acuerdo a mi gusto personal.

De manera agradecida dije:

— Entiendo Aurelia, estoy agradecido de sus atenciones.

Con curiosidad miré cada costado de Aurelia buscando la presencia de mi nueva compañera, pero Sylvie todavía no estaba en mi rango de visión.

Aurelia se dio cuenta de esto e intercedió de inmediato para llamar la atención de Sylvie. Ella dijo:

— Sylvie acércate a nosotros y muéstrale a Mero como te ves con tus nuevas prendas de vestir, no te sientas avergonzada, deja que Mero vea lo linda que te ves ahora...

Con mis dos ojos parpadee de forma reiterada y ante mí se presentó la pequeña señorita que estaba a mi cuidado, su cambio era demasiado notorio. Todo en ella resplandecía: su cabello brillaba y estaba tomado por una delgada cinta de color azul, su nuevo conjunto de ropa era un vestido tradicional, con pequeños pliegos en su parte superior, en el se veían mezclados los colores azul y blanco de manera armoniosa. En sus pies llevaba puestos unos calcetines blancos y sus zapatos tipo mocasín eran de color negro.

Estaba impresionado, las palabras no salían de mi boca, la expresión de mi cara sólo demostraba admiración. Sylvie era una preciosa señorita de cabellos plateados brillantes, su cara estaba ruborizada y sus bellos ojos mostraban un pequeño resplandor al mirarme, en comparación al vacío que vi la primera vez que mire a Sylvie a sus ojos.

Le agradecí a Aurelia por su amabilidad y excelente atención. Gracias a que fui uno de sus primeros clientes en comprar de sus mercancías, ella me hizo un descuento considerable con respecto a todas las prendas que le compré en su boutique de ropa femenina.

De manera cordial me despedí de Aurelia y en compañía de Sylvie salí de la tienda de ventas de ropas femeninas. Ya en la calle noté que Sylvie no estaba acostumbrada a usar sus nuevos zapatos, su caminar era lento e impreciso. Ella me seguía al caminar a mis espaldas, después de recorrer un pequeño trecho de camino, sentí que Sylvie tocaba mi espalda con una de sus manos y su suave voz llego a mis oídos.

— Amo estoy muy agradecida por este vestido nuevo que me compró, pero siento que este hermoso atuendo se desperdicia en alguien como yo, usted debería devolverlo...

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora