Odisea

595 57 46
                                    

Mero y Sylvie continuaron su paseo por el centro comercial. La pequeña señorita de la "Familia Earl Lang" estaba orgullosa por su reciente presentación ante todo el público que la había admirado. También se sumaba a esto el regalo que recibió de su primer seguidor, ella abrazaba delicadamente el gran oso de peluche en estos momentos. La cara de Mero mostraba seriedad, no se le podía llamar enojo, la cara de Mero mostraba seriedad lo reafirmó. Él no quería preocupar a su pequeña amada por sus inseguridades.

Los pensamientos de "Mero" se pronunciaron en su mente.

— ¡¿En serio?! ¡¿En serio?! ¡¿Por qué me veo tan mayor?! ¡Cielos!, ¡cielos!, esto es frustrante. He tratado de actuar de buena forma delante de Sylvie, pero me hierve la sangre. Adicionalmente de coquetear con mi novia, éste tipo me llama viejo. No he dejado de mirarme en los grandes vídriales de este centro comercial que pueden darme reflejo. Tienes que mantener la calma Mero, debes estar tranquilo.

¡No puedo!, ¡no puedo!, estoy demasiado celoso. Es la primera vez que alguien corteja y admira a mi pequeña amada, ¡esto me molesta!, ¡esto me molesta! Le he dicho a Sylvie que debe controlar su dependencia hacia mí, pero yo también soy completamente dependiente a ella. Mantente sobrio Mero, ¡por favor!, ¡por favor!, no pierdas los estribos. No debes parecer ante Sylvie como un niño caprichoso.

De forma imprevista Sylvie le dijo algunas palabras a Mero.

— Cariño, deseo que nos sentemos en las bancas de ese lugar. Esto me recuerda cuando nos poníamos a descansar en la plaza central del pequeño pueblo donde antes vivíamos. ¿Lo recuerdas?

— Si lo recuerdo. Tienes razón mi amada Sylvie, esta plaza en su centro tiene una pequeña fuente que lanza al aire leves chorros de agua. Es muy parecida a la que estaba en el pequeño pueblo donde antes vivíamos. Estoy de acuerdo, sentémonos en este lugar a descansar un poco.

La pareja de enamorados se sentaron en una banca disponible en el lugar. Sylvie colocó en un costado a su nuevo oso de peluche y se dispuso a abrazar a su amado novio, el semblante serio de Mero cambió y le devolvió la misma muestra de cariño a su pequeña amada. Ambos presenciaron por algunos minutos su entorno. Esto era muy diferente de estar en el tranquilo pueblo donde antes vivían. El flujo de personas era constante y el caminar de ellos resultaba ser muy rápido. Pocas personas se daban el tiempo de tomarse un respiro y de admirar de buena forma su entorno. Sylvie le mencionó algunas palabras a su amado novio.

— Quiero probar el Kuchen de manzana que nos regalaron. ¿Me acompañarías comiendo una rebanada conmigo Cariño?

— Por supuesto mi amada Sylvie, probemos este postre mientras estamos sentados en este lugar.

El postre obsequiado por el joven pastelero Tomás resultó ser muy delicioso. Mero quedó impresionado por el sabor de aquel pastel, él podría afirmar sin reparos que la elaboración y sabor de estos pasteles eran mucho mejor que los que degustaban en la "Cafetería Ray-k" hace un tiempo atrás. Los ojos de su pequeña amada brillaban, ella también se había dado cuenta de la diferencia de sabor y la mejor calidad de elaboración de los productos recién consumidos.

Los pensamientos de "Mero" se pronunciaron en su mente.

— Esto es un grave problema, si es un grave problema. Mi pequeña amada ha quedado encantada con la elaboración de este pastel. No puedo desmentirlo estaba delicioso, demasiado delicioso. ¡Por Dios!, ¡por Dios!, ¡¿porqué me sucede esto a mí?!

Ya puedo imaginar lo que viene a futuro, no puedo negarle a Sylvie el que quiera adquirir un nuevo pastel en la pastelería donde trabaja Tomás, es lógico, es lógico, querrá probar otra variedad de dulces sí o sí. Y esto no termina aquí, su hermana Anastasia, ella se quedará por horas en ese lugar degustando la variedad de dulces disponibles en esa pastelería.

¡No te rindas Mero!, ¡no pierdas la calma! ¡Todo está bien! Sylvie te ama profundamente y tú también a ella. Sé más seguro de ti mismo. ¡Arriba la moral hombre! ¡No decaigas por nada del mundo!

No, no, no puedo... ¡¿Por qué me siento tan inseguro en estos momentos?! Será que la idea de ser visto como una persona mayor para mi amada Sylvie ha hecho mella en mí. Fui un descuidado, si lo fui, estoy abrazando en estos momentos el cálido cuerpo de ella, pero no puedo estar tranquilo.

Sylvie se dio cuenta del nerviosismo de su novio y le preguntó de forma certera lo siguiente.

— ¡¿Estás bien Cariño?! Te notó muy pensativo y perdido en ti mismo. Nunca antes te había visto así.

De forma apresurada e impulsiva Mero le dijo a su pequeña amada.

— Estoy bien, estoy bien, no te preocupes.

Sylvie recordó las situaciones que se dieron anteriormente con su nuevo seguidor llamado Tomás y sacó sus propias conclusiones. Ella dijo de forma burlona:

— ¡¿Acaso mi amado Mero esta celoso?!

— No, no, no, no... Bueno sí... ¡Estoy celoso! No puedo desmentirlo.

— ¡Te ves muy tierno Cariño!, nunca antes habías mostrado celos por mí, esto es algo nuevo.

— Lo siento Sylvie, lo lamento, no deseaba preocuparte ni mostrarme como un muchacho caprichoso delante de ti, pero no he logrado ocultar mis sentimientos. Si lo estoy, si lo estoy, me siento muy celoso.

Sylvie se arrimó fuertemente al cuerpo de su amado novio y le brindó un cálido abrazo, ella acercó su cara a la de Mero y le brindó un dulce beso. Esto relajo de sobremanera a un tenso Mero que hace algunos minutos no dejaba de pensar sobre sí mismo.

— ¡¿Está mejor mi amado Mero ahora?! Yo te amo solamente a ti, yo no tengo ojos para nadie más que para ti, cariño. Te amo mi amado Mero.

— Yo también te amo mi amada Sylvie, perdóname por la reciente inseguridad en mí mismo.

— Esta bien Cariño. Si lo pienso detenidamente cualquier novio se molestaría por la situación que se dio anteriormente cuando bajaba del pequeño escenario. Nunca pensé que ese chico tomaría esa actitud y me haría estos regalos.

De un momento a otro se suscito la presencia de dos personas que eran conocidas por Mero y Sylvie. Estas personas eran la distinguida señorita "Anastasia Earl Lang" y su leal mayordomo Alfred. Ellos se preocuparon de saludar amablemente a la pareja de enamorados.

— Hola Mero y Arian, ya he terminado de cumplir mis obligaciones por el día de hoy. Ufff, ufff, que me siento cansada.

Mero de forma respetuosa y cordial le cedió su asiento a Anastasia.

— Puedes sentarte aquí Anastasia, por mi parte ya he descansado lo suficiente.

— Muchas gracias Mero, eres muy amable, estoy agradecida de tu caballerosidad.

Anastasia quedó sentada al lado de su querida hermanita Arian. Ella acarició de forma delicada el cabello de su hermanita. La vista de la distinguida señorita se centró en la pequeña caja del Kuchen de manzana que sostenía en estos momentos entre sus manos Mero. La pareja de enamorados había disfrutado de dos trozos de los ocho disponibles. Dentro de la caja quedaban seis trozos para degustar ahora. De forma curiosa Anastasia preguntó.

— ¡¿Qué tienes en esa caja Mero?!

De forma extrañada Mero respondió de inmediato.

— ¡Ahhh! No te había comentado, es un Kuchen de manzana que nos obsequiaron a Sylvie y a mí.

— Mmm, mmm... ¿Me dejarías probarlo?

— ¡Por supuesto!, por favor saca un trozo, tú también Alfred. Esta muy delicioso.

Anastasia y el mayordomo Alfred agradecieron el gesto cordial de Mero.

— Eres muy amable Mero, con tu permiso sacaré un trozo para probar su sabor.

— Le agradezco su cortesía Doctor Mero, con su respectivo permiso también tomaré un trozo de este pastel.

Los rostros de la distinguida señorita de la "Familia Earl Lang" y el leal mayordomo Alfred se iluminaron. El sabor de aquel Kuchen era demasiado delicioso. Sylvie le explicó a su hermana mayor como había logrado obtener aquel pastel. De forma sorpresiva e imprevista "Anastasia Earl Lang" mencionó:

— ¡Lo he decidido!, no puedo dudar de mi misma en estos momentos, la persona que preparó este rico pastel debe trabajar para nosotros en nuestra gran familia.

Lamandíbula de Mero cayó levemente mostrando sorpresa, su rostro se llenó de unaleve tristeza nuevamente. Sus suposiciones habían sido acertadas con respecto alas aptitudes a futuro de Anastasia, pero estas iban más allá de ser un clientehabitual de aquella pastelería. La distinguida señorita sorprendió desobremanera a Mero con su actual decisión de querer contratar a Tomás como unode sus nuevos sirvientes.

Sylvie, el regalo que siempre hemos añorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora