~17~

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Capítulo 17.
~Monogamía~

Pov Andre.

Actualidad.

Me siento en el sillón de la sala y le entrego a Ellie la tercera taza de té del día. Vino a contarme lo de Kyle y a ver como estaba con todo lo que me paso, y le conte todo, todo.

— ¿Entonces, cómo va el sexo con Jamie?

— ¡Ellie! — me rió — Pero va súper bien, cuando estas embarazada, estas cachonda todo el tiempo.

—¿En serio?

Asiento — Sí, hubo veces en que lo desperte en la madrugada para hacerlo, y bueno, él estuvo muy feliz con eso.

En eso momento nos damos cuenta que Jamie nos observa divertido en la entrada de la sala.

— Por supuesto que no me opuse. Nena, ¿tienes ganas ahora?

— ¡Jamie, dios, controlate!

Él levanto las manos en señal de rendición y se fue riendo hacia la cocina.

Unas horas después Ellie se fue y me dejo a solas con un Jamie cachondo al igual que yo y pues lo aprovechamos.

(...)

Siento que alguien se levanta de la cama y eso me saca por completo de mi siesta.
Veo a Jamie ponerse unos pantalones deportivos.

—¿A dónde vas? — le pregunto, al parecer lo asuste porque dio un brinquito muy gracioso.

Me miro nervioso, pero solo fue una milesima de segundo, porque al instante me sonrió.

— Sólo quiero correr un poco para despejar mi mente.

— Okay — le sonrio y con eso se va.

Me vuelvo a acostar y así caígo nuevamente en brazos de morfeo.

(...)

Me despierto de golpe al escuchar cosas romperse en la planta baja, ¿y sí hay un ladrón? Me pongo la bata, salgo de la habitación y antes de bajar las escaleras recuerdo que no llevo nada con que defenderme, que tonta soy, tonta y embarazada, la perfecta combinación y fácil presa para un ladrón, o asesino o peor, un violador; regreso al cuarto y tomo el gas pimienta que llevo en el bolso, como dice el dicho, mujer prevenida vale por dos.

Bajo con lentitud las escaleras y me dirijo hacía la cocina, que es donde proviene el sonido.

Me encuentro con un hombre de espaldas revolviendo uno de los cajones del estante.

— ¡Arriba las manos! — grito y le apunto con el gas pimienta, el hombre se voltea y levanta las manos y grita asustado: — ¡No dispares, soy Jamie!

— ¿Jamie? ¿Qué diablos haces?

Me mira, baja las manos y luego ríe a carcajadas, a mandibula batiente, a... Bueno creo que esa es suficiente descripción.

—¿En serio me apuntaste con gas pimienta? — pregunta cuando deja de reír a lo que yo asiento — Que ridicula eres.

I Still Love You ©Where stories live. Discover now