16: Hechizado

13.1K 1.1K 55
                                    

(Corregido, SEP, 2021)

Ethan

Me permití sucumbir.

Fui débil.

No pensé en el daño que me habían hecho ya por haber sido un imbécil que creyó alguna vez en una mujer que me partió el alma en cachitos.

Me dejé envolver por otra más.

Había hecho lo que llevo más de tres años repitiéndome que no volvería hacer, darle importancia a una mujer más que para una follada de una noche. Aunque suene crudo esa era una regla que me había interpuesto a mí mismo con la única finalidad de no volver a entregarme a una mujer que volviera a bajarme al infierno. 

Solo sirven parafollar.

 Me repetía esa frase hasta el cansancio, como un mantra. Un escudo para protegerme.

Sin embargo, después de tanto tiempo me dejé llevar. Me dejé cautivar por unos ojos azul violetas, una sonrisa ladeada y descarada y una mujer peligrosamente bella. Demasiado hermosa para su propio bien.

Le ofrecí una cena, anhelaba compartir un momento con ella como si fuera el aire que necesitaba para respirar, pero me dejó plantado tal cual imbécil. La esperé por más de una hora, me armé de paciencia; algo que no me define, pues no soy el hombre más paciente del mundo, y ella no apareció. Nunca llegó a nuestra cita, después de haberme hecho creer que sí iría. Le creí.

Me dejó plantado. Se atrevió a eso. ¿Pero quién se cree esa mujer para haberme dejado plantado a mí? Pero peor aún, ¿por qué siento este ardor en el pecho? ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué mi cabeza no pude dejar de rememorar su rostro y mis labios de extrañar sus besos? Estoy tan malditamente furioso y lo único que quiero es reventar todo. La cólera recorre todo mi torrente sanguíneo y aun cuando han pasado ya días la furia sigue ahí, quemando como tizón ardiendo dentro de mí, sus llamas a su más amplio esplendor y al rojo vivo. No puedo contener el enojo y la rabia.

La junta sigue su cauce, pero mi cuerpo está ahí mientras mi cabeza se encuentra en otra parte. Con ella, donde quiera que se encuentre después de haberse burlado de mí.

Esa mujer está afectándome demasiado, no consigo controlar lo que me provoca. Estoy descontrolado emocionalmente, contraviniendo todas mis ganas de no pensarla, no me la puedo sacar de la cabeza. ¡Maldita sea!, no puedo.

La noche que Joselyn me dejó plantado, me había dado cuenta hasta qué punto parece estar metiéndose bajo mi piel esa mujer. Después del soberano plantón que me dio, había terminado en un bar, tomando para matar la bronca por la burla a la que había sido sometido por esa enana descarada. No soy de matar el coraje con alcohol pero esa noche mi cuerpo me lo pedía a gritos. Luego de un par de tragos se me acercó una rubia que a simple vista solo pedía sexo y por supuesto yo estaba más que dispuesto a dárselo con tal de sacarme el coraje que tenía adentro. El jodido problema fue que intenté tenerla en mi coche; follarla hasta sacarme a esa mujer de la mente, sin embargo, no pude acostarme con esa rubia porque al intentarlo ni siquiera una erección pude tener, y luego la chica me había dicho sin pena:

—Tranquilo, esas cosas que pasan, pero para eso están las pastillitas azules.

Claramente esa chica me llamó impotente en mi cara. Flojo.

Por ello es que digo que está descontrolándome? ¿Desde cuándo yo soy incapaz de complacer a una mujer? Desde que apareció Joselyn Paterson en mi vida.

La junta termina y todos se despiden, hasta la próxima. Y  si me preguntan ni siquiera sé bien lo que se habló en dicha reunión directiva. Es increíble que esta mujer esté afectándome de esa manera que ya ni siquiera puedo prestar atención a los negocios. Esto esta tan jodidamente mal.

Tiempo De Entregarse© DISPONIBLE FÍSICO Y DIGITAL, AMAZON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora