Capítulo 14: "Jaeger"

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Mikasa No quería levantar los ojos, ¿Cómo hacerlo? Si miraba hacia la derecha, se encontraba con el rey de reyes en el reino de “Narcisistas idiotas, Egocéntricos y Egoístas”, y si la levantaba hacia la izquierda, se encontraría con aquel muy atractivo Joven que en aquel instante debía de estar pensando pestes sobre la chica, ¿Mentir sobre su situación Sentimental solo para coquetear un poco? Eso no era de una Dama, y eso es lo que Levi había conseguido de sus mentiras y atajos.
- Profesora Mikasa - La pequeña y tierna niña de 6 años, Christa, jaló levemente del brazo de su “profesora”, la cual vio una tangente en la conversación al ponerle atención a su pequeña estudiante. – Quiero ir con Ymir. – Christa hizo un pequeño puchero, mientras que Mikasa buscaba posibilidades para salir de aquel pequeño-gran-lio.
- Levi, ¿Por qué has dejado a los niños solos? - Mikasa Frunció el ceño, y miró con desapruebo a su “amigo.”
- ¿Por qué dices que no somos novios? - Mikasa sintió como si hubieran prendido una mecha en el estomago, como si tuviera mariposas dentro de su panza hechas fuego que revoloteaban por todo el cuerpo y chocaban con la capa de la piel provocando pequeños ataques de ira y pensamientos asesinos. Si la cárcel no existiera, y la pena de muerta fuera un mito, probablemente el funeral de Levi ya hubiera sido noticia vieja en el periódico.
Mikasa no pudo evitar no mirar al chico de ojos esmeralda y pelo castaño detenido junto a ellos. Eso era incomodo. Él, se veía incomodo. Metió sus manos a sus bolsillos, bastante inseguro, Y Miró hacia el pulido suelo. Mikasa reveló los ojos.
- No tengo porqué aguantar esto. – dijo ella, bastante harta, ¿Cómo no? Lo único que Levi parecía querer, era arruinarle la vida, y en cierto modo iba en muy buen camino. – Lamento que este inmaduro haya interrumpido. – le habló después al Joven veinteañero. Él asintió la cabeza, y miró con una risilla piadosa a Levi, el cual se sentía un tanto ofendido por la reacción de Mikasa al llamarlo inmaduro. - Con su permiso. – dijo ella solemnemente, mientras caminaba hacia el grupo de infantes estando de la mano con la pequeña Christa.
Levi y el Joven de ojos esmeralda se quedaron en ese momento solos… incómodo , se quedaba corto para describir la sensación de ambos en ese instante. Levi miró al hombre, El Hombre miró a Levi, mientras que ambos sostenían sus ojos en el mismo ángulo. Sin decir una palabra más, Levi caminó con el puño cerrado hacia donde, segundos antes, había caminado Mikasa. El sujeto solamente lo vio alejarse.
El joven de ojo verde esmeralda y buen mozo se quedó de pie frente a las esculturas textuales, mientras veía a la chica con la que se había topado minutos antes alejarse, seguida de un irritable chico que, según él, era imposible que saliera con alguien como aquella señorita. Al menos, no realmente, por lo que le dio a Mikasa, sin saberlo, el beneficio de la duda.
Mikasa, Levi y Christa llegaron al lado de los otros pequeñuelos, los cuales habían sido abandonados por su irresponsable profesor. Pero no podía dejar que Mikasa hablara con aquel hombre, al menos no sin hacerla pasar vergüenza. Levi sonrió: si que estaba cumpliendo su cometido de "Hacer que Mikasa pague con castigo extra por su pequeño comportamiento."
Mikasa tomó la mano de Christa, con la cual inició una fila india, mientras que Levi sostenía a los niños. Habían llegado al área de "Esculturas & Manualidades", y la verdad era que era más sencillo tenerlos controlados en Fila que dejándolos sueltos; si algo caía, ellos caerían con el objeto. Retóricamente.
- ¡Profesora Mikasa! - una de las Niñas, Ilse, llamó la atención de todos, mientras señalaba una escultura abstracta a lo alto de una repisa blanca. - ¿Qué es eso? - todos los niños se vieron intrigados de repente por lo que aquella figura representaba.
Mikasa se acercó, mientras que se disponía a leer la placa Dorada que estaba colocada inferiormente a la escultura.
- Es Una ejemplificación de un Unicornio, a los ojos de un niño de 4 años. - Esa explicación fue mejor de lo que Mikasa pudo haber dicho jamás... Ya que de hecho, ella no había dicho nada.
El Mismo hombre de Camiseta blanca y ojos verde esmeralda se encontraba con sus manos al frente, mirando con atención toda el arte, detrás de los pequeños. Ilse lo miró intrigada, mientras que Mikasa se sorprendía gratamente. Si hubiera pensado que estoy loca, quizás no hubiera decidido hablarme otra vez. - concluyó La azabache.
- El Pequeño Berthold, dijo que él se imaginaba los Unicornios con una gran Melena de León, Garras de Tigre, tan alto como una Jirafa. - El sujeto sonrió, mientras que Mikasa no le quitaba la vista de encima. Al igual que Levi. Había algo en él que no le terminaba de cuadrar. - Una Imaginación bastante chusca, si lo preguntan.
Uno de los niños que se encontraba junto a Levi, levantó la mano apresuradamente, y se mordió el labio emocionado, como si intentara mantener los labios cerrados a toda costa para que lo que tenía en la cabeza no se esfumara de su mente.
- ¿Que Pasó Armin? - preguntó Mikasa. El niño la miró.
- Tengo una pregunta para el profesor de Arte. - sonrió mirando al sujeto, el cual rió levemente agachando la cabeza.
- Dime Eren, pequeño. - Sonrió. "Eren", repitió Mikasa en su mente, emitiendo una sonrisa. Levi la veía con cara de pocos amigos.
- Profesor Eren, - ¡¿Porqué tienen la manía de llamarle profesor a todos los mayores?! ¡¿Sus papás los obligaran a llamarlos con el adjetivo "Profesor?! ¡Parecen Robotitos programados para pensar que cualquiera que mida más de 1.60 es un profesor! Pensó Levi, Irritado, aunque más que nada era que No quería que le llamaran a nadie más "Profesor" aparte de a el... Y por defecto, a Mikasa. - ¿Usted conoce a los niños que hicieron esta arte? - La Dulce Isabella miró a Eren como si fuera un feroz conejo visualizando una zanahorita gigante.
- A algunos, solamente. - Eren suspiró. - muchos de estas obras son de Ganadores de concursos en sus escuelas. Los ganadores entran en esta exposición.
- ¿Cómo puedo mandar mis Dibujos, Profesor Eren? - preguntó Isabella Apenas levantó la mano.
- ¡Yo también quiero que mi dibujo este aquí! - Sonrió Armin. Eren soltó una pequeña carcajada.
- Pues, estos lugares ya están todos llenos. - dijo Eren exagerando tristeza. - Pero, al final del recorrido, hay una sección didáctica, donde ustedes pueden dibujar, y hay una pared enorme al final del museo donde pueden poner su dibujo y que sea parte de la exposición. - todo lo que Eren contaba, lo hacía como si fuera un cuento para niños. Todos los infantes sonrieron y festejaron vagamente aquella idea, ¡Sus dibujos estarían en un museo! Mikasa sonrió; era verdaderamente dulce el modo en que Eren trataba a los pequeños, tan tolerante. Levi refunfuño; mas ridiculeces, y soñaría con osos de colores... Pesadillas para sus ojos.
- Entonces, para ganarse el derecho de que su dibujo esté en la pared, tienen que portarse muy bien el resto del recorrido por el museo, hacer caso a sus maestros Mikasa y Levi, y ser bastante cuidadosos y callados. - todos los niños asintieron la cabeza, acatando las ordenes de su Nuevo Profesor Eren.
- Okey, ¿Seguimos Caminando? - dijo Mikasa dando un pequeño aplauso.
- ¡Sí! - dijo Armin emocionado, siendo callado por Jean y Reiner con un pequeño ¡Shh!
Los niños caminaron - Esta vez sin tomarle la mano a nadie. - por los corredores, sin llegar a los extremos, y viendo con atención "El Arte", mientras todos seguían a Levi al frente de la fila. Mikasa se había quedado hasta atrás para vigilar el Orden, mientras que, Callado, Eren caminaba indiferente detrás, solo como si realmente quisiera caminar por ahí.
Habían llegado entonces al "Arte Contemporáneo." estos dibujos y esculturas eran diseñadas por niños ya un poco mayores, pero aun infantes. Se notaba la mano de obra de un niño pequeño, definitivamente. Mikasa miró detenidamente, un cuadro artístico. Eren, al notar su interés, se detuvo detrás de ella.
- Hermoso, ¿No es así? - Mikasa no se sobresaltó; había sentido la presencia de sujeto desde antes de que hablara, y la verdad no le incomodaba. De hecho, el era un hombre agradable.
- Bastante, de hecho. - Mikasa suspiró, dando la media vuelta, mientras que Levi y los niños detrás de el avanzaban todos con energía. - Gracias.
- ¿Porqué? - preguntó Eren un tanto confundido, chasqueando los dientes.
- Por haber sido tan dulce con los niños. - Mikasa sonrió, y Eren bajó la mirada, modestamente.
- Estoy acostumbrado a recibirlos.
- Pues, hace su trabajo realmente bien. - comentó ella, mientras retomaba el paso. Eren caminaba ahora su lado, y no detrás.
- Hábleme de "Tu", por favor.
- Cuando usted lo haga, yo lo hago. - se detuvieron con las miradas y rieron bajo.
- Bueno, tu. - Eren Sonrió. - ¿Porqué alguien tan inteligente como tu sale como un patán como el que va enfrente de la fila India? - Mikasa soltó una pequeña carcajada, mirando la espalda de Levi. ¿Cómo podía existir alguien tan orgulloso como él?
- Es un cuento, para que los niños me odien y no desgasten sus energías con él. - Eren frunció el ceño, y bufó chistoso. - Los niños le decían cosas que a él le molestaban, y yo me burlaba de él. Entonces inventó la historia de que él estaba enojado, porqué yo era su novia y lo había dejado solo por irme con otro chico.
- Ah, ya veo. - sonrió Eren. - Que inmaduro.
- Lose. - dijo Mikasa mirándolo de reojo. - lo bueno que este castigo lo terminará pronto.
- ¿Por eso vinieron? - Eren se detuvo y medió sus manos en el bolsillo de su pantalón jean. - ¿Un Castigo?
- Si... Destruimos el salón de arte teatral. - Eren soltó una suave carcajada, mientras que Mikasa lo miraba chistosa. El sí que era divertido. - El es un patán.
- ¿Son estudiantes Ambos?
- Pertenecemos a la Academia Kyojin. Academia de Artes en todas sus ramas. - Eren calló, mientras que retomaban el paso a un ritmo tranquilo y lento.
Era extraño: cualquiera pensaría que esos niños se verían aburridos en una exposición de arte como tal, pero era fascinante verlos tan interesado.
Continuaron lo poco del recorrido que quedaban, y llegaron a la parte didactica. Un salón a base de cristal, que dejaba ver de dentro hacia afuera a travez de las paredes, y viceversa, mostró un salón de niños, con mesas y sillas de colores, crayones, entre otras cosas para dibujar. Al fondo habían plastilinas, y otras cosas para hacer esculturas.
Los niños se emocionaron; daban pequeños brinquitos mientras querían hecharse a correr dentro de ese salón.
- Okey Niños. - La potente voz de Eren provocó que los pequeños (y Levi) lo voltearan a ver; los niños emocionados, y Levi, disgustado de su presensia. - ¿Samantha? - Eren giró su cabeza, y llamó a una de las señoritas que se encontraban reposando a un lado del salón. La mujer con cabello rubio hasta la espalda y ojos grandes se acercó a Eren. – Guía a los niños hacia el salón didáctico, y diles las diferentes opciones que tienen. – Samantha asintió la cabeza con gran respeto, y caminó hacia los niños, empezándoles a hablar.
Mikasa se había quedado un poco confundida… ¿Quién era Eren como para mandar a las encargadas del lugar a hacer alguna clase de trabajo?
Los niños siguieron a Samantha dentro del salón, mientras que Mikasa, Eren y Levi se quedaban afuera. Levi estaba disperso; miraba hacia todos lados, mientras que Mikasa y Eren hablaban animadamente sobre los bellos dibujos de los niños en esa gran pared. Levi refunfuño.
Después de unos minutos, los tres entraron al salón. Los niños se encontraban todos en sentados, esmerándose en sus dibujos, con las indicaciones que la “Nueva Profesora Samantha” les había dicho. Levi, Eten y Mikass se recargaron en una pared cerca, observando a los 8 niños que tenían encargados.
- ¿A que hora llega el camión por ustedes? – le preguntó Eren a Mikasa, ignorando olímpicamente la presencia de Levi en la habitación. Eso a la chica le llegaba a agradar.
- Supuestamente no deben de tardar mas de 10 minutos. – Eren asintió la cabeza pensativo, mientras que se quedaban en silencio otra vez.
- Bueno pues, Quizas valla a Kyojin en algún día de estos. - Mikasa y Levi levantáron la mirada intrigados, ambos por diferentes razónes. ¿Porqué Eren se interesaría en Ir a La Academia Kyojin? No tenía nada de especial. – estoy buscando alguna clase de… “talento fresco”. Quizás ahí encuentre algo.
- ¿Eres un representante? – preguntó Levi atónito. La verdad es que no le agradaba mucho la idea de que Eren se paseara por el instituto.
- Digamos que, si. – Eren le sonrió a Mikasa. Levi bufó. – Es lo que hago en mi tiempo libre, después de terminar de planear las exposiciones. – Levi y Mikasa intercambiaron entonces una mirada. ¿Eso significaba qué…?
- A ver, detente. – dijo Mikasa un tanto aturdida. - ¿Quieres decir que tu organizas esto? – Eren sonrió como si fuera algo mas que obvio – ¿Tu organizas estas exposiciones? – a Mikasa casi se le salen los ojos de la sorpresa, mientras que Levi seguía neutro en su centro.
- Tanto como organizarlas, no. Yo solo planéo, digo, es mi museo, tengo que estar presente, ¿No?
- ¿Tu museo? – preguntaron Levi y Mikasa al unisono. Esta vez, Levi detonó asombro; Eren se veía tan joven como para estar a cargo de un Museo tan prestigioso y pulcro. Era asombroso.
- Eren Jaeger. – hizo una mueca con la curvatura del labio. – soy dueño de esto. – dijo extendiendo sus brazos haciendo ademán al museo. Levi apartó la mirada, un tanto intimidado, y Mikasa al contrario no lo podía dejar de ver.
- ¡Profesora Mikasa! – uno de los niños que ya habían terminado su dibujo, observaban la conversación de los 3 adultos. - ¿El es su nuevo novio aparte de su novio el profesor Levi?
Mikasa puso los ojos en blanco, mientras que sentía como toda la sangre hervía hasta sus mejillas. Levi hechó una carcajada por debajo, y Eren se quedó confundido. Entonces comprendió un poco lo que todo eso se trataba.
- ¡Profesor Eren! – gritó de repente Ymir, desde otra mesa. - ¿Sabia que la profesora Mikasa dejó al profesor Levi por usted? – Si fuera tortuga, me ocultaría en mi caparazón hasta que esos niños se graduaran de la universidad, pensó Mikasa mientras que sostenía con su palma de la mano su frente. Era… tan bochornoso.
Eren y Mikasa se notaban bastante incomodos, mientras que Levi lo encontraba divertido. Su broma ahora también habia surgido efecto en el “perfecto Eren”, cosa que le agradaba al pensamiento.
- ¡Profesor Levi! – gritó Christa. - ¿Que se siente que la profesora Mikasa lo haya dejado por un profesor mas guapo que usted? – esas fueron las palabras exactas que faltaban para derramar una gota en el vaso. Mikasa y Eren abrieron los ojos como cucharas, mientras que la chica se tapaba la boca para no soltar una carcajada, al mirar la expresión de “¿Que fue lo que acabas de decir?” de Levi. Eso definitivamente le dañaría el ego, lo haría sufrir, ¿Decirle que Eren estaba mas guapo que el? Un golpe muy bajo para Levi Rivaille.
Levi se quedó callado, serio y neutro, mientras que Mikasa procuraba calmar su risa, y Eren parecía empeñado en no mirar para no atacarse con una carcajada.
Mikasa miró por sobre su hombro, y observó hacia el exterior, el camión de la Academia.
- Creo que ya nos tenemos que ir niños. – dijo ella.
Los niños fueron hacia Samantha, y les entregaron sus dibujos, esperando volver y verlos al tope de la gran pared al fondo del lugar. Después fueron donde sus profesores, y caminaron detrás de ellos hacia la salida. Mikasa hizo una pequeña cuenta dentro de si, para evitar olvidar a alguien.
Salieron del museo, y caminaron hacia la entrada, donde el camión estaba estacionado. Levi, enojado y sin nada de ganas de hablar con nadie, subió primero, y detrás de el se quedaron los niños, los cuales empezaron a subir mientras iban tomando sus lugares. Eren estaba fuera del camión, acompañando a Mikasa. Una vez que todos los niños estuvieron dentro, Mikasa dió media vuelta dándole la espalda al camión.
- Entonces…. – masculló Eren. - ¿Tu también piensas que soy mas guapo que el otro profesor? - Eren Sonrió, mientras que Mikasa se ruborizaba y reía chistosa. – Pasaré pronto por Kyojin, a ver si encuentro algo interesante.
- Te recibirán con los brazos abiertos. – dijo ella sonriente.
Eren metió la mano en uno de sus bolsillos.
- Ten – extendió en su mano una pequeña tarjeta empresarial. – llamame si necesitas algo. – en la tarjeta decía “Eren Jaeger” como titulo, y venía su correo electrónico, y el numero y fax de su oficina.
- Gracias. – sonrió ella.
Mikasa Se despidió de Eren, y subió al camión. Éste arrancó, y Mikasa miró a través de la ventana, a ese muy guapo empresario joven de no mas de 25 años.

Continuará...

¿Quién entiende a los hombres?Where stories live. Discover now