Abriendo la herida.

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Si las palabras le causaron una gran impresión, no lo demostró. Su semblante no cambió ni por un instante. Aunque su corazón palpitaba con fuerza obligándolo a regular su respiración pausadamente. Llevaba practicando de la misma manera durante años, desde que comenzó su trabajo como informante en realidad.

-Eso es muy obvio Shinra. Medio Ikebukuro se vio involucrado en nuestras peleas- habló campante, sin demostrar el revuelo que se formó en su interior- Que nosotros fuésemos enemigos y los destrozos que causamos era algo del diario.

-No me refiero a eso.

-Entonces no sé de lo que hablas- miró a Kishitani a los ojos, sosteniendo el choque de miradas.

-No finjas Izaya, por una vez en tu vida di la verdad.

-La última vez que lo hice me fué muy mal.

-Shizuo me lo contó.

El informante seguía en esa pose inmutable. Sin decir algo, sólo meditaba la situación. ¿Qué tan grave sería si le confiaba su secreto? Shizuo había roto su palabra y no es como si a él le preocupara en estos momentos.

-¿Qué sabes exactamente?

Una sonrisa honesta se plasmó en el rostro del megane.

-No mucho en realidad, sólo conozco una pequeña versión de la historia. Y que Shizuo te amaba.

-¿Amor?- las facciones del Orihara se ensombrecieron- esa estúpida bestia no tiene idea de lo que es el amor.

-Entonces admites que había algo entre ustedes.

La tensión era palpable en el ambiente de aquél departamento, las tazas que ahora se encontraban vacías fueron depositadas en la mesa del centro.

-¿A dónde quieres llegar Shinra?.

-Te lo diré luego, ahora sólo quiero escuchar lo que tienes que decir.

- ¿Qué pasa si me niego?

-No pasa nada en realidad, sólo perderás la oportunidad de desahogarte.

Guardaron silencio, se observaron un tiempo y finalmente Izaya volvió a sonreír soltando un suspiro en señal de rendición.

-De acuerdo pero... ¿Tienes algo de cerveza?

-Por supuesto- dijo mientras soltaba una risilla e iba a la cocina para tomar un par de latas del refrigerador.

Un sonido proveniente del contenedor metálico dio indicios de que sería una platica interesante... y dolorosa. Izaya dio el primer trago sintiendo que quizás, hablar abiertamente de ello le haría bien, que sería un gran avance para olvidar.

-Él llegó a mi departamento una noche, gritando y rompiendo cosas, naturalmente peleamos, la primera vez que lo hizo se fué con cortes de mi navaja y yo quedé bastante confundido. Es decir, jamás podía adivinar lo que el imbécil pensaba... si es que lo hacía.

El castaño escuchaba con atención, comenzando a beber de igual manera.

- Luego, con el pasar de las noches, cambió su actitud y poco a poco dejamos de pelear, sabrás a lo que me refiero- Shinra asintió e Izaya dio otro sorbo- No estoy seguro del momento en el que comenzamos una especie de rutina que conllevaba cierta discreción.

-¿Para ese entonces Shizuo ya estaba con Ayame-san?

La mueca en el rostro del azabache parecía una casi sonrisa.

-Mh, así es... Shizuo mantenía una relación con ambos al mismo tiempo.

-Debió ser difícil.

Date Prisa y VeteWhere stories live. Discover now