Contraste

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Shizuo pasó por la recepción ingresando a uno de los elevadores. Llegando al departamento correspondiente, insertó su llave y se apresuró a ingresar.

Cuando encendió la luz divisó a una mujer de edad avanzada recostada sobre el sofá.

- Satsuki-san, por favor vaya a su cuarto a descansar- susurró suave en el oído de la señora moviendo un poco su cuerpo.

Era la ama de llaves encargada de la limpieza y la nana de Momori.

-¿Joven Shizuo?- frotó sus ojos haciendo el esfuerzo de despertar por completo- Gracias al cielo que está bien ¿En dónde se había metido?- la anciana de estatura baja y complexión regordeta llevó una mano a su boca intentando callar el grito provocado por la impresión de ver el brazo del castaño lleno de cortes y de líquido vital escurriendo.

-Siéntese por favor ¡Rápido!- llena de histeria, corrió hasta el botiquín de primeros auxilios más cercano que encontró.

Mientras ella se encargaba de las heridas, Shizuo no decía nada, sus pensamientos estaban perdidos en unos cabellos negros y en un par ojos rojizos. Izaya era lo único que ocupaba su mente, él y su desprecio emanando por cada poro de su piel.

-¿Me dirá lo que ocurrió o no?

De las tantas maneras que pudo haber respondido, eligió la menos sensata.

-Volví a verlo, Satsuki-san.

-¿Verlo? ¿A quién?- la sonrisa bobalicona de Shizuo fue más que suficiente para hacerle recordar a quién se refería- Oh Dios mío- terminó de vendar el brazo y colocó el botiquín a un lado acercándose más al exbarman- por favor cuénteme todo, sin omitir detalles.

-Nos vimos en la estación del tren mientras yo regresaba de una salida con Tom-san, lucía tan... hermoso- la sonrisa desapareció siendo reemplazada por una mueca de agobio- Intenté detenerlo... intenté hablar un poco, incluso le grité que lo sentía... todo mi cuerpo temblaba y no supe que más hacer, estaba desesperado y él... Él me odia, me odia bastante- su voz se quebró y su respiración pasó a ser irregular- No quiere saber nada de mí... y no lo culpo.

-Ay joven Shizuo- la dama lo tomó entre sus brazos en un acto de consuelo desprendiendo una cálida sensación maternal- es normal después de todo lo que pasó, por favor piense en cómo se habrá sentido y póngase en su lugar.

-Le hice bastante daño.

-Sí, bueno... tiene que reconocer que fue un grandísimo idiota, torpe, egoísta, soberbio, tonto hombre que cometió un error tras otro.

-Usted siempre sabe que decir para animarme, Satsuki-san.

-Perdone pero es la verdad, no puede juzgar su rechazo, al contrario, si yo fuera él seguramente le daría una buena paliza- Shizuo señaló el brazo vendado- o unos cortes más profundos.

-¡ARRRGGGG! ¡¿PORQUÉ TUVE QUE SER TAN IMBÉCIL?! ¡MIERDA!- llevó las manos a su cabeza despeinándose.

-¡Calmese!- una bofetada llegó hasta la mejilla del castaño- ¡Y no grite! que va a despertar a la señorita Momori.

-Lo siento.

-Lo siento, lo siento, un simple "lo siento" no va a servir de nada.

-Me disculpe por el ruido, eso es todo.

-No me refiero al ruido- soltó un suspiro y colocó sus manos sobre su falda- Me refiero al pobre muchacho que terminó pagando los platos rotos. No me imagino que tan grande habrá sido su sufrimiento.

-No lo diga por favor... me hace sentir mucho más miserable.

-Pues sí, sí se lo digo. Mire joven, como están la situación, usted tiene que controlar mejor las cosas que dice, no gritar que lo perdone de buenas a primeras, no servirá de nada.

Date Prisa y VeteWhere stories live. Discover now