-2- Serás mia.

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Editado✔️

Alaia (POV):

*Una semana después.*

-Me duele la cabeza horrores...-Murmuro Tiana agarrandose la cabeza con ambas manos. Reí.
-Nos quedan, simplemente cinco minutos para llegar.-Bufé.
Yo no tenía dolor de cabeza, porque al contrario de mi amiga, no bebí el día anterior para hoy poder conducir. Pensaréis ¿un hombre-lobo se puede emborrachar? La respuesta es, si, pero tenemos que beber mucha más cantidad de alcohol que los humanos. Y aquí mi amiga, se bebió hasta el agua de las macetas.

Entre por las calles de la manada hasta llegar a mi casa, donde esperaban mi padre, el de Tiana y nuestros hermanos de brazos cruzados y con el ceño claramente marcado.

-Oh..oh..Huele a problemas.-Susurre, provocando que mi amiga levantase la cabeza mostrando una expresión horrorizada hacia la dirección de nuestros padres.

Aparque enfrente de la casa, salí del coche con una sonrisa inocente al igual que Tiana.
-Papi, hermanito querido...-Dije con tono angelical.

-¿Papi? ¡¿PAPI?!-Trague fuerte.-¿¡Qué mierda te pasa por la cabeza Alaia?! ¡Has faltado a la coronación! ¡Y ERES LA MALDITA HIJA DEL ANTIGUO BETA Y HERMANA DEL ACTUAL!

-¡Y tú! ¡TÚ! ¡ERES HIJA DEL DELTA! ¡JODER TIANA!-Gritó el Señor George a su hija.

-No queríamos estar aquí. Así de sencillo.-Me cruce de brazos y note como los ojos de mi padre estaban inyectados de sangre y los de mi hermano de decepción, cosa que me dolió.

-Vais a pasar la noche en el calabozo, ambas.-Abrí la boca para decir algo, pero me interrumpió.-No sirven los castigos contigo Alaia, nunca han servido. Así que, algo es algo. Además, conocéis al guardia y el calabozo es vuestra segunda casa. Sobre todo para ti, hija.-Rode los ojos y me cruce de brazo.

Básicamente a eso me limité, no iba a conseguir que cambiasen de opinión, aunque me da igual quedarme, sinceramente, una noche en el calabozo, es más, lo prefiero así puedo evitar un poco más a Ian.

Abrace a mi hermano y le di un beso en la mejilla antes de coger camino hasta los calabozos, donde yo iba con un rostro de indiferencia y Tiana de diva total. Entramos en un edificio, junto a nuestros padres bajamos las escaleras que llevaban a los calabozos de incidentes minoritarios, eran, por así decirlo, algo menos asquerosos de donde se encontraban los verdaderos delincuentes.

-Hombre chicas, ¿y Linda?-Sonreí a ver Henry, el guardia de estos calabozos, un hombre de unos cincuenta años. Me encogí de hombros.

-Esta vez únicamente hemos sido nosotras.-Río negando la cabeza.

-Que paséis buenas noches.-Dijo mi padre dándome un tierno beso en la frente. Sonreí de vuelta.

-Adios Tiana.-Se despidió el Señor George duramente de su hija. Esta asintió triste.

Me tumbe en la única cama que había y cerré los ojos. Cuanto antes me durmiera antes saldría de aquí. Tiana imito mis acciones y se tumbo en la cama. Note como lloraba así que decidí abrazada y así consolarla. La conozco desde que tengo memoria y su padre ha sido siempre especialmente dura con ella, cosa que es injusto.

Al final, acabamos ambas cayendo profundamente en un largo sueño.

Me levante sobresaltada al escuchar el ruido de un metal estrellarse contra otro. Me restregué los ojos para poder abrirlos mejor y así enfocar, era Henry.

-Arriba chicas, han venido ya a sacaros de aquí. Sois libres pequeñas delincuentes.-Reí por su último comentario.

Tiana sin decir nada se levanto, acomodo el pelo y salió con sus, ya conocidos, movimientos de diva. Yo, sin embargo, me quede hablando con Henry una miaja más.

Tú mía, Yo tuyo. #MT1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora