1.

37.4K 3.6K 5.5K
                                    

—Hey, hey, señor ¿A dónde crees que vas?— le dijo Harry a su hijo mirando su reloj de pulsera.

8:45p.m.

—A una fiesta— le contesto Nikolái con una sonrisa galante pasándose una mano por su cabello rubio platinado.

Harry lo miro con una ceja alzada.

—¿Ah si? No me digas ¿Y quién te dio permiso?

—Pa, tengo veinte años, excelentes calificaciones y soy el alfa en esta casa, creo que puedo darme un permiso yo solo— dijo altanero. Harry no pudo evitar rodar los ojos.

—Yo soy tu padre y el omega de esta casa, y si yo decido que no quiero dejarte ir, no vas a ir y dejame decirte que no me están dando ganas, bebé.

Entonces salio a relucir el niño que Harry durante tantos años había mimado, por que no podía negarlo, había mimado en exceso a su hijo, pero también le había enseñado a ser respetuoso, educado y muy (no tanto) responsable.

—Pero papá— rezongo dejando caer los hombros y sacando el labio inferior en un puchero—, ya dije que iría, prometo no ponerme tan borracho y lavar los trastes durante toda la semana y sacar a pasear al perro todos los días ¿Si?— si, definitivamente ese era su bebé.

Harry no pudo evitar reír.

—Número uno— dijo mirándolo con una sonrisa—: sí vas, y es un gran sí, no te vas a emborrachar en absoluto. Número dos: tenemos lavavajillas y tres: no tenemos perro.

Nikolái se encogió de hombros riendo.

—Tenia que intentarlo, pero entonces...— y lo miro con esa sonrisita matadora.

Harry suspiro y fue por sus llaves, Nikolái un par de pasos detrás de él.

—Yo te llevo y yo te recojo, no creas que me olvido de tu última fiesta— dijo mirándolo sobre su hombro, su hijo teniendo la decencia de lucir avergonzado.

Cerraron la casa y se subieron a la camioneta de Harry, hablaron de la universidad y el trabajo antes de detenerse frente a una casa con música estruendosa y jóvenes entrando y saliendo.

—Vengo por ti a la una y media, ni un minuto después ¿Entiendes?

Nikolái parecía a punto de quejarse, pero finamente había suspirado y había salido de la camioneta, claro que no antes de darle un abrazo y un beso en la mejilla a su padre.

Harry lo miro hasta que entro y entonces regreso a su casa.

Nikolái sabia la verdad de como había sido engendrado.

Harry se lo había contado dos años antes después de que insistiera una y otra y otra vez, queriendo saber quien y que era de su otro padre, y cuando finalmente se lo había dicho, Nikolái se había puesto furioso al punto en que había ido a la cárcel en la que aquel hombre que había abusado de su papá estaba y había exigido verlo, quería matarlo, no le importaba que ese hombre fuera su otro padre biológico, ni que gracias a él, él existía, se le hacía nudo el estomago y se llenaba de bilis cada que se imaginaba a su papá, más pequeño e indefenso siendo abusado, se enfurecía cada que recordaba el relato y a él no le importaría no existir si con eso su papá nunca hubiera sido tocado.

Y aunque su papá le había dicho una y otra vez que estaba bien, que lo había superado, a Nikolái le estaba costando.

Harry no mentía cuando decía que ya estaba superado, después de todo gracias (si es que se le podía agradecer a una situación como esa) a eso tenia a su adorado hijo. Y esa violación lo había hecho quien era, había hecho que fuera determinado y nunca se detuviera por nadie, pues todo el amor que le había tenido a su hijo desde que éste era un bebé lo había hecho querer darle la mejor de las vidas.

Dicha. (l.s.)Where stories live. Discover now