Dicha. (l.s.)

6.

Han pasado casi cuatro semanas y Louis sólo ha ido una vez a la casa y eso fue cuando Harry estaba en el trabajo.

Harry ha tratado de enfocarse en el trabajo y en su hijo, pero a sido complicado porque la primera semana se sentía tan triste, tan deprimido que ni de Nikolái pudo ocultarlo y éste había terminado pensando que estaba así porque no habían pasado el año nuevo juntos y en consecuencia se había sentido culpable y le había pedido mil perdones a Harry aunque éste le había dicho que no era por eso, que no era por nada en general, pero su hijo no le había creído porque desde que tiene memoria nunca lo había visto así de triste. Total que la tristeza de Harry había puesto a Nikolái triste y entonces Harry se había deprimido más porque no podía creer que había hecho miserables a las dos personas a las que menos quería lastimar, en un periodo de una semana.

La segunda semana no había mejorado para nada pues tuvo su celo y aunque tomo supresores siempre era difícil, no fue a trabajar y se la paso en cama durante todos esos días, Nikolái intento apapacharlo, pero siendo que Harry pasaba más tiempo dormido que despierto (agradezcamos a esa pequeña depresión en la que se encontraba que aunada con las molestias de su celo lo dejaban sin ganas de nada) Nikolái apenas lo vio un par de veces fuera de su cuarto.

La tercera semana no fue mala, pero durante su ausencia su escritorio se había llenado de papeles así que había tenido infinidad de trabajo, que lo había hecho distraerse del tema que no dejaba de merodear una y otra vez su cabeza: Louis.

Tristemente Harry era alguien altamente eficaz y había terminado todo antes de que la semana terminara, lo que lo había dejado con mucho tiempo libre porque los primeros tres meses del año era bastante común que tuvieran escaso trabajo (nada que ver con abril y mayo, donde los pseudoescritores intentaban publicar el libro que habían escrito para así cumplir uno de sus propósitos de año nuevo).

Finalmente, a tres días de terminar la cuarta semana sin-Louis y a ocho de su cumpleaños, Nikolái y él estaban viendo una película de terror barata, eran casi las once y ambos estaban desparramados en el sillón con un bowl de palomitas entre ellos.

—Oye, Nicki— comenzó Harry, haciendo una mueca de desagrado cuando vio como el monstruo de la película le arrancaba la cabeza al mejor amigo del protagonista y la sangre comenzaba a brotar en borbotones— ¿Y tu amigo Louis? Ya no a venido— y lo dijo tan casual que incluso él creería que no le importaba.

Sintió a Nikolái encogerse de hombros.

—Entre las pasantías en la empresa de su papá y Danae, ya no le queda mucho tiempo.

¿Quién?

—¿Danae? ¿Quién es?— esta vez no pudo ocultar el ligero tono agitado ni pudo evitar mirar a su hijo.

¿Louis ya tiene a alguien mas?

—Una amiga suya, alfa creo, no estoy seguro, no la he conocido, pero como también es becaria en la empresa se hicieron muy amigos, pasan mucho tiempo juntos y ella le esta ayudando con su tesis, no se ¿Quieres seguir viendo eso?— dijo de pronto cambiando de tema y apuntando a la televisión, donde poco a poco todos iban muriendo de maneras estúpidas — Creo que preferiría ver el canal del congreso, tendría al menos algo inesperado.

Harry miro la televisión un tanto desenfocado.

—No, adelante— murmuro—, cambiale si quieres— Nikolái no perdió el tiempo en comenzar a hacer zapping y Harry no podía dejar de sentir ese feo sentimiento conocido como celos.

De acuerdo, de acuerdo, que era una alfa, pero eso le había plantado la idea en la cabeza de que Louis era muy guapo y que probablemente habría un montón de omegas detrás de él, carajo.