10. La gran fiesta de Benjamin [Parte 2]

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Eric.

Muy bien, Eric, respira profundo y... contrólate. Control, Eric, ten control sobre ti mismo, por una vez en tu maldita vida.

Tae me sujeta de la mano y me arrastra dentro de la pista de baile; su cabello blanco resalta con la ropa oscura que lleva puesta; es blanco y llamativo y él está un poco sudado así que se pega a su frente. Realmente me sorprendió su nuevo corte pero no estoy disgustado al respecto, siento que aun si es algo que no esperaba, se ve increíblemente bien... pero él es Taesung él se vería bien incluso sin nada puesto.

Oh por Dios, no otra vez.

Es que se me hace imposible quitarle los ojos de encima; su cuello pálido rodeado por esa delgada tira negra, dejando ver marcas rojas detrás de ella, sus piernas, luciendo suaves e invitantes a pasar mis manos sobre ellas, su boca, con ese típico color degradado yendo rosa desde el medio y rosa pálido en los bordes, formando un corazón cuando frunce los labios. Y su cabello parece pedirme a gritos que pase mis manos a través de él, lo sujete hacia atrás y le muerda el cuello.

Este definitivamente no es el Taesung que vi ayer por la noche, este es un Taesung que no me va a permitir poner excusas cuando termine cediendo... porque yo ya lo sabía, sabía desde que me dio una erección aun cuando sabía que era un chico que no me importaba en lo absoluto, que el que fuera un chico era solo una pequeña diferencia ¡Pero si es que ni siquiera veo como un problema que sea un chico! Digo, deben ser los años que he pasado viendo a Xavier... no importa que tanto me diga que soy hetero y que eso no puede cambiar, es que simplemente no me importa.

Le dije esa estupidez el otro día... pero ni siquiera pude completar la frase. No pude decirle que pensaba en él como una chica. Porque no lo hago. No pienso en él como una chica... de hecho, diría que lo que me impulsa a pensar sucio sobre Taesung es el hecho de que es un chico. Y aun me pregunto por qué, pero en este momento no hay espacio para cuestionamientos.

Literalmente, él está pegado a mi cuerpo, con sus rodeándome el cuello y su boca contra mi mejilla mientras ambos nos movemos al ritmo de la música. Hay mucha gente a nuestro alrededor, así que no podemos estar muy separados, aun así hay espacio suficiente para que nuestros pechos no se toquen... pero él se está restregando sobre mi como si quisiera impregnarme su olor. Y no me quejo en realidad, él huele jodidamente dulce y delicado, adjetivos que no tienen nada que ver con como luce en este momento; sudado, viéndome a través de sus pestañas, luego dándome la espalda y dirigiendo mis manos hacia sus caderas para que las sujete contra las mías.

Pero de la nada aparece otro chico, alguien que estaba bailando frente a nosotros y se quedó sin pareja; parece que interpreta el que Tae me esté dando la espalda como una invitación para unirse y bailar con nosotros. Lo peor es que Tae le sonríe y extiende sus brazos hasta rodear el cuello del chico, que no parece alguien de nuestro instituto, estoy seguro que por lo menos es universitario.

Mis manos instintivamente se aprietan en las caderas de Taesung y tiran de ellas hacia las mías; estoy seguro de que para ahora él se ha dado cuenta de mi erección y solo deseo darle la vuelta para ver si su reacción es la misma pero el tipo está bloqueando mi oportunidad. Cuando él baja su cabeza y pone sus labios contra el cuello de Taesung, meto mi brazo en el miedo y tiro de él hacia atrás.

—Tiene dieciséis años, degenerado... apártate —espeto con una mirada asesina hacia él.

El tipo parece visiblemente sorprendido y levanta sus manos en un gesto de inocencia.

—Lo siento, no es mi culpa que no luzca de dieciséis —él se encoge de hombros y se da la vuelta—. Cuando cumplas dieciocho, voy a querer estar ahí, llámame —él desliza una tarjeta blanca fuera de su bolsillo trasero y la pone en la mano de Tae—. Claro, si no te has deshecho de tu perro guardián para entonces —guiña un ojo y luego desaparece entre la gente.

El desastre de Ty |Payson 3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora