25. Locos, sí, el uno por el otro [Parte 1]

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Ty.

Camino entre las mesas de la heladería con dos conos de helado en mis manos, cuando llego a nuestra mesa, les tiendo cada uno a mis primos. Eric viene detrás de mí con el banana Split que vamos a compartir y se sienta a duras penas a mi lado, puesto que la mesa es pequeña y mis primos están casi pegados de nosotros. Será incómodo para ellos, seguramente, pero se colaron en mi viaje a propósito, aunque sabían que venía a ver a Eric, así que no me importa mucho si los incomodo.

Han pasado meses desde que llegaron y siguen aquí, al parecer era mentira lo de las vacaciones y en realidad, lo que sucedió fue que el abuelo los envió a por mí y les ordenó que no volvieran hasta que me hubiesen convencido de ir con ellos. Mi tía tuvo que volver hace unos días, puesto que ella solo había venido por vacaciones realmente, pero Junghee y Jungho se quedaron, papá incluso les ofreció un empleo puesto que no hay posibilidades de que yo vuelva a Corea para satisfacer al abuelo. Tuve que suplicarle que no lo hiciera, pero él estúpidamente los considera familia. Ellos actúan adorables y serviciales delante de mis padres, pero detrás de sus espaldas siempre están sobre la mía. Los detesto.

—Le envié un mensaje a Declan para encontrarnos por aquí —le comento a Eric cuando conseguimos arreglarnos en el pequeño espacio—. No quiero que me digas que no querías ver a Declan, no me importa, es nuestro amigo y quiero que te comportes —le advierto a Eric apuntándolo con un dedo, dejándolo con la boca medio abierta.

Sabía que él diría algo, pero al final desiste y mantiene su boca cerrada.

—¿Quién es Declan? —interroga Junghee frunciendo el ceño, está mirando su celular mientras lame su helado.

—Un amigo —responde Eric.

—¿Qué haremos después de terminar aquí? —pregunta Jungho haciendo una mueca de aburrimiento—. Estos helados saben regulares.

—Volveremos a Berkeley, supongo —Eric rueda los ojos—. Y los helados saben bien, no sé de que hablas.

—No son como los de casa —Jungho lo mira.

—No estás en casa, deja de quejarte —Eric le devuelve la mirada con severidad—. Se te va a derretir y harás un desastre, cómete lo rápido.

—¿Podemos comprar galletas? —me pregunta Junghee apuntando en dirección a las galletas recién horneadas que han puesto en el mostrador.

—No, es demasiada azúcar para ustedes, no dormirán luego —le digo—. Cómete tu helado, después iremos por el almuerzo, es demasiado temprano para incluso comer esto.

—Si la heladería está abierta, entonces no es demasiado temprano —Jungho rueda los ojos.

—Deja de replicar —Eric lo reprende mientras toma una servilleta para limpiarle las manos—. ¿Ves? Te dije que harías un desastre.

—No soy un niño, puedo limpiarme solo —Jungho le arranca las servilletas, pero él es torpe y hace un desastre entonces Eric debe ayudarlo.

—Creo que los niños que adoptaron son demasiado grandes —escucho a la voz de Declan decir antes de darme cuenta de que está parado justo detrás de nosotros, contemplando todo—. Digo, es bueno no adoptar bebés, pero creo que se les ha pasado la mano con estos, estoy seguro de que ya les crece la barba.

—No te confíes, si son como Tae no tienen vello corporal en jodidamente ninguna parte —espeta Eric—. No tardaste en llegar.

—Estaba cerca —Declan arrastra una silla de otra persona y se sienta justo en medio de los gemelos quienes lo miran con detenimiento—. ¿Quiénes son estos? ¿Amigos tuyos? —me pregunta.

El desastre de Ty |Payson 3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora