Al final del día, él era la persona por la que quería llegar a casa. A él quería contarle como mi día había sido. Él era la persona con la que quería compartir mi felicidad, tristeza, frustración y mis logros... Pero era sólo eso: el querer poder ha...
No había nadie en el edificio. Todos se habían tomado sus respectivas vacaciones de vísperas de navidad, pero yo no. Había mentido cuando le dije a Justin que mi jefe no nos había permitido las vacaciones porque había mucho trabajo que hacer; y no sé si se lo dije porque no quería pasar mucho tiempo con él, o simplemente quería asegurarme que estaría en casa, ya que debía encargarse de Zoe.
No escuchaba nada más que la vieja radio sobre mi escritorio transmitiendo alguna emisora de la cual no estaba consciente, ya que había estado tratando de distraerme con otras cosas. Ordené todos mis folios en orden alfabético, me aseguré de archivar en la bodega casos los cuales habían sido resueltos y dejar observaciones sobre algunos folios incompletos, para tener que agregar información mañana o pasado mañana, y si es posible, seguir haciendo lo mismo hasta que pase navidad y todos los demás lleguen y pueda continuar como siempre.
Escribí ciertas observaciones en unos pequeños post-it y los pegué en carpetas, pero en el momento en el que terminé de escribir, las puertas del elevador sonaron y rápidamente, escuché unos pasos por la planta. Entré en pánico, ya que nadie debía estar aquí excepto por mí.
―Oh dios mio..―murmuré y me quedé muy quieta en mi silla, sin emitir sonido.
Observé una cabellera pasar por mi ventana y luego, el rostro sonriente de Carter se apoyó en la puerta del cubículo y me sonrió de oreja a oreja.
―Me vendría bien compañía―él dijo y levantó una bolsa con iniciales chinas.
Le sonreí levemente y agité mi cabeza para que se sentara frente a mí.
―¿Cómo supiste que estaba aquí?―pregunté.
―Sabine me lo dijo―me miró a través de sus pestañas.
―Oh, ya veo―asentí y lo miré abrir la bolsa de comida china.
―No creo que deba preguntar el por qué estás aquí―él me dijo y puso un recipiente plástico frente a mí.―Me lo puedo imaginar.
Mordí mi labio y miré el recipiente frente a mí, sin mucho apetito.
―Come―me dijo, demandante.
―No uses tu voz de jefe conmigo―solté una risita.
Al no escuchar su risa, levanté los ojos y pude ver como me miraba serio. Su mandíbula estaba tensa, y de repente, me encontraba preguntando como es que su humor cambió tanto en fracción de segundos.
―¿Qué?―pregunté
―No sé mucho sobre embarazos, Sienna, pero definitivamente sé que la buena alimentación es un requisito importante.
Mi quijada tocó el piso y lo miré sorprendida.―¿Qu-
―No... No trates de hacerte la desentendida.―me dijo―¿Qué está pasando, Sienna? Si soy sincero, noté que algo te estaba pasando, pero jamás pensé que estabas embarazada.
―¿Quién te lo dijo? Oh, espera, ya sé. Fue Sabine.
Sus ojos no dudaron y solamente se quedó mirándome. Su semblante estaba serio, pero podía ver la preocupación en sus ojos.
―¿Él lo sabe?―me preguntó, quitando sus ojos por primera vez. Yo negué con la cabeza―¿Y qué esperas?
―No lo sé―murmuré. Él frunció el ceño.
―Necesita saberlo, quizás así... Quizás así las cosas cambien―él se encogió de hombros.
―No pasará. Con Zoe no fue así, creo que las cosas empeoraron cuando lo supo―dije y metí el primer bocado en mi boca.
―De todas formas, necesita saberlo―él dijo, imitando mi acción― No es como si pudieras ocultarlo por mucho, de todas formas.
―Sólo necesito encontrar un buen momento―murmuré, disminuyendo mi voz mientras comía.
―No creo que haya un buen momento―él me miró a través de sus pestañas, con recelo.―Ya no hay buenos momentos en tu hogar, Sienna. Así que solamente dile, después de todo, si se aleja de ti, será más fácil para ti darte cuenta que mereces mejor. Solo... Comienza a amarte a ti misma, sólo eso.
Carter se quedó en silencio después de eso. No se atrevió a mirarme, y no se movió de su lugar. Solamente movía su brazo derecho para llevar la comida a su boca y solo eso.
―¿Qué ocurre?―pregunté, confundida porque a este punto, él debería estar presionandome para que abra los ojos y me de cuenta de mi situación, cuando no podría estar más consciente de ello.
―Nada―él murmuró ―Estoy cansado.
―¿Por qué no fuiste a casa? No era necesario que vinieras―dije suavemente.
―Quería hacerlo―se encogió de hombros y me miró.
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Percibí que algo no estaba bien, mas allá de su cansancio, sin embargo, él quitó sus ojos de los míos y miró su regazo. Lo vi jugar con sus manos a través de la mesa de vidrio y se apoyó en el respaldo del asiento.
―¿Carter?
―Estoy preocupado ¿Está bien?―soltó ―Y no soy sólo yo.
―¿A qué te refieres?
―Sabine notó que algo no estaba bien entre ustedes dos y me lo comentó el otro día cuando la encontré en la tienda ― él se encogió ―Dijo algo de una chica y de Justin...
―¿Qué chica?
―Una chica que estaba ahí cuando Sabine y tú llegaron. Eso le pareció extraño.
―Krista es sólo la novia de su hermano―me crucé de brazos―Nada ocurre allí.
Él alzó sus palmas y me las enseñó, encogiéndose de hombros.
―Y no es eso lo que me preocupa―el corrió la mirada por un segundo hasta que me volvió a mirar
―¿Qué te puede preocupar, Carter? Es sólo Justin ―me tensé
―Que te llegue a dañar... Fisicamente, Sienna. Por lo que he escuchado de ti, Justin no es precisamente el hombre más calmado. Parece ser un tanto temperamental.
―No lo es―dije, presionando mis dientes. Me encogi en el asiento y crucé mis piernas.―Él no me haría algo así.
