Al final del día, él era la persona por la que quería llegar a casa. A él quería contarle como mi día había sido. Él era la persona con la que quería compartir mi felicidad, tristeza, frustración y mis logros... Pero era sólo eso: el querer poder ha...
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"Let him go"
Vacié el ático y saqué todas las cajas. Guardé objetos que ya no tenían uso en mi vida cotidiana y empaqué las cosas de Justin. Me deshice de la mayoría de las cosas viejas, incluyendo el árbol de navidad: Sí quería empezar de nuevo, debía hacerlo.
Limpié cada rincón de la casa. Me encargué de empaquetar las cosas para que cuando el camión de la mudanza llegara, solo tuvieran que cargar y nada más. La habitación de Zoe fue la que me tomó mas tiempo, ya que fue difícil que ella se deshiciera de juguetes que ya ni usa, pero aún así ama. Me hizo prometerle que donariamos todos los juguetes y que no los botaría.
Cuando su habitación estuvo vacía, tuve que comenzar con la mía. Apenas entré en la habitación, supe que me tomaría mucho más tiempo, ya que no tenía que dejar ir juguetes, sino que estaría dejando ir mi vida completa, la mayoría de mis recuerdos. Sin embargo, me obligue a pensar que todo es por mi bien.
Guardé mi ropa en maletas y el resto fue a parar en cajas. Separé mis cosas del montón de cosas de Justin y las empaqueté en una pila de cajas con su nombre. Y puedo jurar, que cada vez que cerraba una caja, oía mi corazón crujir.
Hoy lo había visto de nuevo, después de casi cuatro semanas. No tardó demasiado en conseguir una cita en la corte para aclarar los asuntos legales y por primera vez desde que estamos juntos, pude verlo vulnerable. Lo vi lastimado y demacrado, sin embargo, pensé en lo mal que yo también estuve y me obligue a no compadecerme.
Aún no había vuelto al trabajo, pero aún así, mis colegas me ayudaron con el papeleo respecto al divorcio y pronto, la noticia del divorcio corrió por todo el edifico y todos los que trabajan conmigo estaban al tanto.
Habíamos llegado a ciertos acuerdos, de los cuales la mayoría involucraba a Zoe, lo cuál me costó un poco asimilar que tendría que compartirla de una manera diferente a como solía ser. Los fines de semana, de viernes a domingo, se iría con Justin a su nuevo apartamento y la semana completa la pasaría conmigo. También llegamos a un acuerdo con respecto a la casa, la cuál se rehusó a vender, sin embargo, logré conseguirlo de todas maneras.
Habían demasiados acuerdos legales que tratar aún, que de tan sólo pensarlo ya me sentía exhausta. Y aún más cuando pensaba en él. Me dolía, maldición que sí, verlo así y no poder dar un paso atrás porque ya había firmado los papeles, sin embargo, la razón por la que no podía dar un paso atrás, es porque ya estaba cansada.
Cada hueso de mi cuerpo, cada músculo y cada pedacito de mi cuerpo dolía y lentamente me mataba, y aquello es lo que me recordaba, que si volvía con él, aquél sentimiento jamás se iba a ir.
Mi madre ya estaba al tanto. Toda mi familia lo estaba y estaban más preocupados por mí que nunca, por lo que había tomado la decisión de tomarme unas pequeñas vacaciones para despejarme y estar con mi familia. Por un momento pensé en mudarme de vuelta a Luisiana, pero debido a Zoe y los acuerdos legales que acepté, no podía hacerlo. Además, me fui de ese lugar porque no se sintió como hogar y dudo que lo sea ahora.
