Capitulo 2. El Casanova.

3.9K 245 17
                                    

— ¿Qué pasa, Yi Jung? ¿aún no has terminado? Tu exposición es en once horas –comentó Song Woo Bin mientras permanecía parado en la puerta del estudio de alfarería de Yi Jung. Eran sólo las ocho de la mañana pero Woo Bin ya estaba visitando a su amigo, a sabiendas de que él necesitaría su apoyo. Después de todo, era la primera exposición internacional de Yi Jung. Expertos en arte de todo el mundo vendrían y él sería puesto bajo el escrutinio y los reflectores. Asimismo, sin dudas, traerían a colación el nombre del padre de Yi Jung, quien también era un conocido alfarero.
Yi Jung aún estaba ocupado pintando una vasija de forma extraña que no lucía como una de sus piezas usuales. El tallado en el cuerpo de la pieza era una ingeniosa forma de arte. Le había tomado a Yi Jung varios días de trabajo desgarbado. Y la pintura tenía su total concentración que no se dio cuenta cuando Woo Bin había entrado a la habitación. Tomaría aproximadamente cinco horas para que la pintura secara, pero Yi Jung decidió que mostraría la vasija en su exposición. Estuvo dudando sobre si incluirla o no, pero cuando se despertó en la mañana, él sintió que debería incluir esa pieza en su galería. Era una pieza bastante simple con suaves tonos de pintura que cubrían su cuerpo y suaves líneas onduladas en su contorno.
Cuando por fin terminó de pintar la vasija, la miró y sonrió. Estaba orgulloso de cómo lucía. Era una pieza digna de ser incluida en su exposición. La llamaría... mmm... ¿Ga Eul? Nah... sería un claro indicativo de quién fue la inspiración para la pieza. Lo pensó por un rato y entonces decidió... la llamaría "Jagiya". Por otra parte, Woo Bin, notando que su amigo estaba muy ocupado con su trabajo, decidió acercarse y mirar la vasija que tenía toda la atención de su amigo.
— Yi Jung-ah... -le llamó. Fue sólo entonces cuando Yi Jung se fijó en él.
— Oh... ¿qué pasa? -preguntó
Woo Bin echó un vistazo a la vasija recién pintada y luego miró a Yi Jung.
— No se parece a tu trabajo usual –le dijo.
Yi Jung se levantó y sonrió.
— Sí... bueno, la inspiración tampoco fue la usual –respondió con aire misterioso-. Me gustaría hablar de ello en la exposición –añadió mientras lavaba sus manos en un fregadero cercano.
....
Ga Eul iba caminando por las ocupadas calles. Había una seria y determinada expresión en su rostro. La tienda de avena estaba cerrada porque Jan Di y su jefe habían decidido asistir a la exposición de Yi Jung. Era el momento adecuado para ocuparse en encontrar otro trabajo de medio tiempo. Pensó que era demasiado pobre como para darse el lujo de soñar despierta y aún estaba molesta por su corazón roto. No podía permitirse desperdiciar ni un solo minuto.
— ¡Uf...! Tsk... -estaba cansada. Había gotas de sudor en su frente mientras continuaba caminando. Era media tarde y el sol brillaba radiante en el cielo, aumentando la temperatura y la humedad en el aire. Podría descansar si hubiera querido. Pero la cosa era que ella se negaba a rendirse y parar. Tal vez no era tan fuerte como Jan Di, pero definitivamente tampoco estaba desvalida.
De repente, mientras se paraba en la calle, un BMW negro se detuvo frente a ella seguido de otro auto negro. Dos hombres vestidos con trajes negros salieron del segundo auto y se aproximaron. Repentinamente se inclinaron frente a ella y la saludaron.
— Annyong hasaeyo, señorita Ga Eul. Hemos venido a recogerla –dijo uno de los hombres.
— ¿Recogerme? –preguntó Ga Eul con asombro-. Yah... están cometiendo un error... estoy buscando un empleo –argumentó y explicó al mismo tiempo.
— Ya está contratada. Un trabajo ha sido preparado para usted. Ahora, ¿haría el favor de venir con nosotros? –respondió el hombre cortésmente.
En el rostro de Ga Eul había una expresión de puro disgusto y molestia. Imaginaba quién había enviado a los hombres tras ella, pero prefirió seguir hablando en voz alta.
— ¿Quién te envió? –preguntó con valentía.
La ventana trasera del BMW se bajó repentinamente y en el interior estaba el gran So Yi Jung sonriéndole radiante.
— Yo lo hice. Ahora, entra.
Él abrió la puerta del asiento del pasajero, esperando que ella entrara y no pusiera ninguna resistencia en vano. Claramente, So Yi Jung se decepcionó pues Ga Eul estaba más que dispuesta a negarse.
— Perdón, pero estoy buscando un trabajo de medio tiempo. No tengo tiempo para esto, joven Yi Jung –declinó ella cortésmente con un toque de implacable sarcasmo evidente en su tono de voz. Estaba sorprendida, pero rápidamente se puso en guardia. Entonces, le dio la espalda y continuó caminando. La repentina aparición de Yi Jung casi le provocó espasmos involuntarios, si no hubiera sido por el hecho de que se frenó a sí misma para no caer en el, obviamente, encanto magnético de Yi Jung.
Yi Jung entornó los ojos, exasperado.
— Síguela.
Cerró la puerta del pasajero y dio instrucciones al conductor. El BMW siguió a Ga Eul manteniendo su ritmo al andar lo que le valió a ella miradas curiosas de las personas a su alrededor. Bajó la cabeza por la humillación, pero continuó ignorando a Yi Jung.
— Ga Eul-ah... ¿no escuchaste lo que mis hombres te dijeron? Estás contratada. Ahora tienes un trabajo de medio tiempo. –dijo Yi Jung a través de la ventana abierta de su auto. Su negativa a aceptar la generosa oferta ofrecida por él, lo dejó perplejo. Ninguna mujer se había atrevido a rechazarlo antes. Y él nunca le había rogado a nadie como lo estaba haciendo con ella.
Ga Eul rodó los ojos.
— ¿Y qué trabajo de medio tiempo podría ser? –preguntó mientras continuaba caminando a pesar de ser seguida por el BMW negro.
Yi Jung perdió la poca paciencia que tenía y bajó del auto para caminar junto a Ga Eul. Sin embargo, el auto se mantuvo detrás de ellos con paso de tortuga.
— Estás contratada como mi gerente de galería –dijo mirándola con una pequeña sonrisa.
— ¿Gerente de galería? ¿y qué te hace pensar que yo aceptaría ese trabajo? –preguntó molesta-. De verdad, ustedes los niños ricos creen que siempre pueden hacerlo todo a su manera. ¡Es molesto! –se quejó en voz alta-. ¡Y deja de seguirme!
— Necesitas un trabajo, yo puedo darte uno. No necesito que me des sermones sobre ser un niño rico. No es como si eso fuera a cambiar, ¿verdad? –replicó Yi Jung.
Había una simple verdad en sus palabras que la hizo molestarse aún más con él. Él tenía un punto y ella lo odiaba. Y odiaba aún más que él le siguiera gustando a pesar de estar molesta con él.
Incapaz de seguir tolerando la presencia de Yi Jung, Ga Eul se detuvo abruptamente y exhaló un profundo suspiro. Entonces miró fijamente a Yi Jung quien le devolvió la mirada inquisitivamente.
— Joven Yi Jung, ¿podría detener éste sinsentido? No tiene ninguna obligación de ayudarme a encontrar un empleo de medio tiempo. Sé que estoy en deuda contigo por ayudarme a vengarme de Sun-Pyo pero espero que me dejes en paz –le dijo.
Yi Jung estaba atónito. Ella tenía razón. ¿Por qué él estaba haciendo esto en primer lugar? Ella era solamente una plebeya ordinaria que trabajaba duro para ganar dinero. ¿Por qué se tomaba la molestia de convencer a esa chica cabeza dura para ir a su exposición cuando ella no quería ir? La respuesta nunca llegó a él. Sólo tenía un buen presentimiento diciéndole que Ga Eul debía estar en su exposición.
Ga Eul pasó junto a él después de decir esas palabras y Yi Jung se limitó a sonreír amargamente para sí mismo. Debía de estar volviéndose loco.
— Tráiganla. –ordenó finalmente a sus hombres quienes de inmediato corrieron tras Ga Eul y la forzaron a entrar al auto a pesar de sus protestas-. Yah... Tengan cuidado de no lastimarla –mandó a sus hombres.
— ¡Yah, So Yi Jung! ¿A dónde me llevas? –la voz de Ga Eul sonó con fuerza dentro del auto mientras ella luchaba. Sin embargo, su voz fue apagada cuando repentinamente un pañuelo blanco con una sustancia química cubrió su nariz, dejándola inconsciente.
Yi Jung miró el rostro de Ga Eul mientras ella estaba inconsciente con el ceño fruncido. "¿Cuándo el Gran Casanova, So Yi Jung se había basado en tácticas tan bajas para tener a una chica?", pensó. Seguramente, no debía rebajarse al nivel de Jun-Pyo sólo para traer a una chica con él. El ridículo hecho era ése, era él.
— Aish... -musitó. Sería una desgracia para su reputación como encantador para las chicas si alguien se enteraba que había secuestrado a una para llevarla con él.

« Continuará... »

Capturando al Casanova.  Yi Jeong & Ga EulWhere stories live. Discover now