Capítulo 20.

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P.O.V. Liam.

Estuvimos follando lo que restaba de noche y media mañana del día siguiente.

Sí, me lo follé. Nunca antes lo había hecho con él.

Lo veía como un trozo de carne, como a alguien al que debía castigar y por lo tanto, debía usarlo cual pañuelo. En este caso, pañuelo de pajas.

Había quedado tan exhausto que ambos nos dormimos en la misma cama, sin limpiar nada. Sin vestirnos.

Él quiso abrazarme, mas cuando lo hacía lo único que podía pensar era que también lo había hecho con el otro.

Por lo tanto en cuanto despertamos, lo eché de casa.

Mi mala suerte fue cuando al hacerlo, Louis lo vio salir de casa con unos andares algo raros, y es que no tuve mucha delicadeza que digamos a la hora de metersela. Sentía que cuanto más bruto, más me desquitaba.

Miré a Louis con súplica y él negó con una mueca antes de entrar y atender a mis tonterías.

-¿Qué hiciste, Liam? -Sonó firme pero con un tono dulce en su voz. Me encogí en la esquina del sofá mientras lo miraba con mi mejor cara de cachorro.

-Me lo follé tantas veces que tendré que comprar otra caja de condones de 20. -Susurré sintiéndome asqueado de mi mismo. -¿Cómo acabé así? -Pregunté más bien para mí mismo.

-¿Sigues enamorado? -Preguntó tras unos minutos en los que estuve maldiciendome.

Tal pregunta me cayó como un cubo de agua fría en la cabeza.

Me limité a no contestar y miré hacia otro lado.

Quien calla otorga.

...

Tras unas horas de ralladas mentales en la soledad de mi habitación, salí para comer algo aunque no tuviera ganas.

El timbre volvió a sonar y con el miedo de que fuera Zayn, me acerqué en puntillas a la puerta y primero miré por la mirilla.

No era Zayn, era Cheryl.

Abrí la puerta con una gran sonrisa y la abracé antes de hacerla pasar.

P.O.V. Zayn.

Aquella noche fue como volver al paraíso.

Y quería repetirlo todas las noches de mi vida.

Me dirigía a la casa de Liam para hablar con él de mis sentimientos cuando vi un coche desconocido llegar.

La zorra de anoche bajó de este con una gran sonrisa y timbró en la casa, Liam le abrió con una gran sonrisa y la abrazó.

La dejó pasar.

Toda mi sangre hervía y notaba mis mejillas calientes del repentino enfado.

Gruñendo, tiré el ramo de flores al suelo para después pisotearlo con rabia.

Volví a mi casa refunfuñando.

Debía hablar con Harry, Louis seguro que le contaría algo de Liam y yo.

P.O.V. Liam.

Louis seguía en su habitación y yo le había traído a Cheryl algo para que bebiera. Se rehusó a tomar una pizca de alcohol lo que me resultó gracioso.

-Verás, Liam. Sé que es algo raro pero me gustaría pedirte un favor... -Murmuró jugando con sus dedos. Yo la miré atento esperando a que siguiera y ella lo hizo tras soltar un suspiro. -Verás... La cosa es que pronto se me pasará el arroz y a mi novia y a mí nos gustaría tener un hijo... Y ayer cuando te conocí pensé que si tuviera un hijo me gustaría que fuera como tú.

Yo sonreí con las cejas alzadas. Wow, esto era algo fuerte.

-Cheryl, yo... -Murmuré imaginandome un pequeño Liam correteando por este mismo suelo y casi se me cayó la baba.

-Está bien, yo lo entiendo, cariño. No pasa nada. -Se anticipó a mi respuesta algo avergonzada.

-Claro que acepto, tonta. Pero tienes que prometerme que también será mi hijo. -La señalé como si la regañara. Su rostro se iluminó en el momento en el que acepté y se tiró a mis brazos para gritarme innumerables "Gracias".

Mi corazón iba a mil, al fin haría algo bueno con mi vida.

Iba a ser papá.

Who's the stupid now?Where stories live. Discover now