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Ella era arte
Él... era un idiota

Justin acaricia mi brazo con sus dedos, ambos observamos cómo Gaby y Luke se besan en una esquina, sintiéndonos los dos incómodos.

—Se lo está tragando —opina Hastings, asqueado.

—Sin masticar, lo está devorando.

James apretaba su vaso, molesto.

—Paren —nos detiene, sin dejar de desviar la mirada de Gaby—. ¿Quién se cree que es?

Me apresuro a hablar.

—Una mujer libre con sus propias opiniones e ideas capaz de hacer lo que se proponga.

James mueve agitadamente sus manos al escucharme hablar.

—¡Sí sé! No era una pregunta literal, Green. Aparte dije que se cree, no quien era.

—¡Ah! Se cree la Mujer Maravilla, con menos inmortalidad y más pantalones —es Justin quien habla, ganándose una risa de mi parte.

James aprieta los labios, aún mirando a Gaby.

—Dos pueden jugar ese juego —nos dice, observándonos.

—Pues ella ya te echó de la carrera —le digo honestamente.

—Creo que ni sabe que estás participando —comenta Justin.

James pasa la mirada por nosotros, esperando que le digamos algo positivo, aunque eso no pasa. Inmediatamente, mi hermano camina a la pista de baile, agarrando la mano de nadie más y nadie menos que Sasha Pieterse y plantándole los labios en la boca.

Justin y yo nos estremecemos del asco.

—Eso es repugnante —dice asqueado él mientras entrecierra los ojos—. Estoy paralizado, no puedo apartar la mirada.

—Había muchas otras formas sanas de entrar a la competencia —menciono evitando vomitar—. Eligió sin duda la más repugnante... y sorprendentemente efectiva.

Gaby se había separado de Luke ya que este estaba hablando con unos amigos. La rubia solo podía observar como mi hermano le lamía el esófago a Sasha Pieterse. Mi mejor amiga ni tardó en acercarse a nosotros.

—¿Que mierda le pasa a tu hermano? No necesito ver como le hace una limpieza a la boca de Pieterse con su lengua.

Justin bufa.

—Tú estabas haciendo lo mismo con Martinez —la contradice él mientras que agarra mis piernas y las pones sobre su regazo—. Es tu culpa. Tú encendiste la chispa.

Gaby se cruza de brazos.

—Él es un infantil —afirma ella.

—Vamos, Gaby —hablo—. Te mueres por seguirle el juego —aseguro bebiendo de mi bebida.

La rubia nos observa unos segundos antes de pararse y agarrar la botella de licor que había traído James, cual reposaba como de centro de mesa.

—No voy a dejar que un chico de casi veinte años se crea capaz de jugar a un juego de niños mejor que yo.

Sin pensarlo, la chica se traga toda la botella en menos de un minuto, limpiándose la cara luego. La forma con odio que veía a mi hermano.

Y la forma en que simplemente se fue a bailar, alejándose de Luke.

—Ni siquiera tiene sentimientos por James —le digo a Justin—. Solo lo hace porque la competencia es como su éxtasis. El hecho que no haya querido que Luke la viera bailar es como un avance.

Nota Verde [Libro 1] [RESUBIENDO]Where stories live. Discover now