Twelve

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Era miércoles en la tarde cuando vi a Lauren acercarse a mí con una porción gigante de nachos y una gaseosa del mismo tamaño. Estábamos en las bancas de las animadoras porque el partido estaba por comenzar.

—¿Quién se va a comer todo eso? —Preguntó Ally tomando varios nachos con queso y metiéndoselos en la boca.

—Si te deja seguir comiendo serás tú —reí mientras Ally metía su mano de nuevo en los nachos de Lauren.

—Solamente venía a desearle suerte a Dinah pero terminé quedándome con la mitad de mis nachos —dijo Lauren y Ally le volteó los ojos.

—No he visto a Dinah —contestó Ally—. ¿La has visto tú, Normani?

—En realidad no —dije y volteé a la multitud—. Seguramente están en los vestidores.

—¿Cómo crees que le va a ir? —Me preguntó Lauren.

—Espero que bien, no lo sé —me encogí de hombros.

Nos quedamos un momento calladas y yo me senté en la banca que estaba frente a las gradas.

—Estuve pensando —comenzó Ally—, y en esa serie que vimos el chico gay se convierte en pateador del equipo porque es muy pequeño, entonces yo puedo entrar para ser la pateadora también.

—¿Sabes algo de fútbol, Ally? —Lauren preguntó.

—Pues no, pero le puedo pedir a Dinah que me enseñe, ¿no? Es nuestra amiga, ¿cierto?

—Es novia de Normani —rio Lauren y después se sentó a mi lado.

—No somos novias —alegué y mi mejor amiga soltó una risita.

—¡Oh! ¡Mira, allí vienen los del equipo!

Ally había gritado y yo volteé rápidamente con la esperanza de encontrarme con Dinah en su uniforme, porque me había dado cuenta de que en realidad no la había visto con el uniforme oficial del equipo de fútbol americano de la escuela. Así que alcancé a mirar su cabeza entre muchas otras porque su altura la hacía ver más grande que algunos chicos del equipo; sus ojos estaban entornados y se había reunido con el entrenador cerca de donde estaban algunas de las animadoras.

—Creo que ya tenemos que irnos —dijo Ally y saltó lejos para irse con las demás.

Miré a Lauren y ella solamente se levantó e intentaba subir las gradas para buscar un asiento, esperé a que ella se fuera para poder darme la vuelta y salir corriendo cerca del equipo, pero no mi equipo.

—¡Ey! —Escuché detrás de mí—. Estamos listas para el comienzo.

Era Hanna.

Rodé los ojos sin que ella pudiera verme y me di vuelta, pero antes de contestar pude ver a Ally acercarse a nosotras dos.

—Aún no se comienza —le dijo a Hanna—. Normani debe ir a preguntar al entrenador cuánto falta para el inicio del juego y ella vendrá a decirnos.

Sabía que Ally estaba mintiendo porque ella conocía lo que en realidad iba a hacer cerca del equipo.

—¿En serio? Nunca había escuchado eso —replicó la menor.

—Es porque es un secreto del triángulo principal —contestó Ally y dejé salir un rumor de risa.

Hanna asintió y Ally me mandó un guiño antes de llevarse a la de segundo año con el resto del equipo. Yo me apresuré a llegar cerca de Dinah y cuando ella me vio pude ver su sonrisa impecable y el brillo en sus ojos.

—¡Hola! —saludé y me quedé viéndola de arriba a abajo. Sus hombreras la hacían ver más grande y el color azul acentuaba su cintura sin mencionar que el color amarillo brillaba junto con su sonrisa.

Suspiré y Dinah me dio una brazo que obviamente correspondí de buena gana.

—Mucha suerte —le susurré en el oído y aspiré su ligero aroma a vainilla—. No te vayas a romper una pierna.

—Tal vez debería ponerme a bailar Single Ladies, ¿qué te parece?

Comencé a reírme a carcajadas antes de que ella me interrumpiera con un beso en la mejilla, me sentí ruborizar y mi cuerpo se calentó, sentí arder la parte que ella había besado y volví a suspirar para calmarme.

—Creo que ya tengo que irme —dije nerviosamente.

—Espero que me dediques alguna de tus rutinas —rio.

—¿Bromeas? —Yo reí antes de voltearme para irme—. Es la razón por la que vine.

Cuando me acerqué al equipo de animadoras pude ver a Eva saludando a alguien en las gradas y volteé a revisar para encontrarme con Camila sentada cerca de las bancas. Rodé los ojos y Ally hizo una mueca cuando me señaló a otra parte de las gradas, en donde estaba Lauren, quien tomaba de su gran refresco mientras veía la interacción de Fossbaken y Cabello.

—¡Es hora de salir! —Escuché a la entrenadora decir antes de hacer el chillido conocido con su silbato.

—¡Vamos! —Grité cerca de Eva para despabilarla—. ¡No me hagan arrepentirme de meterlas en el equipo!

Las chicas armaron la formación y comenzamos con la rutina. Estuvo casi perfecta porque yo estuve a punto de darme contra mi cara en el césped del campo porque no me avisaron el cambio repentino que había entre Hanna y Eva. La cosa era que cuando Lauren salió del equipo tuvimos que cambiar la formación para que Hanna obtuviera el lugar de Lauren -porque Ally era demasiado pequeña-, entonces Eva haría lo de Hanna. Pero estuve esperando a Hanna más tiempo del que podía y solamente veía cerca a Eva. Al final de la rutina Ally me dijo que la entrenadora había hecho el cambio repentino a último minuto.

—¡No puedo creer que le hayas dado mis pasos! —Oí la voz de Lauren gritar desde atrás de las bancas.

—¡Yo no lo hice! —Expliqué.

Lauren se cruzó de brazos y pude ver sus ojos rojos de furia, y la entendía, a mí también me hubiera molestado que le dieran mi lugar a la chica que más mal me cae en el mundo, pero ciertamente no era mi culpa. Mi mejor amiga se alejó de nuevo y fue a sentarse a otro lugar.

Probablemente hubiera estado sin ánimos en todo el partido si no hubiera sido porque cuando vi entrar al equipo al campo vi que Dinah tenía ya el número en su camiseta.

Ella estaba usando el 31.

Ally me lo había señalado unos momentos después de que yo lo descubriera y gritaba de emoción porque le parecía lo más romántico que había visto.

—¡Es tan linda contigo! —Había estado diciendo en todas las jugadas en las que Dinah lanzaba el balón. Y a decir verdad yo estuve sonriendo cuando la veía, que era básicamente en todo momento.

No pude siquiera preguntarle sobre su numero porque cada vez que ella salía del campo a mí me tocaba entrar, pero estuve animándola en todo el partido, incluso cuando sus compañeros eran unos idiotas que no la podían proteger contra el equipo contrario. Rogué porque no se lastimara.

Y no lo hizo.

Como me lo había predicho, ella lanzó el balón hacia Brad, el corredor, y el chico pudo anotar el touchdown ganador. El marcador dejó ver los puntos finales y las personas que estaban de nuestros colores comenzaron a festejar y vitorear, el equipo se abalanzó a Dinah y comenzaron a festejar ellos también. Y para ser sincera yo abracé a Ally de la emoción porque Dinah había dado el pase ganador.

Dinah se hizo camino entre el equipo de fútbol y se dirigió a mí con su brillante sonrisa. Corrí hacia ella y me tiré a sus brazos plantándole un beso en los labios, lo cual correspondió y me rodeó para levantarme y darme vueltas en el aire.

—¿El 31? ¿En serio? —le dije cuando nuestros labios se separaron pero nuestros cuerpos seguían juntos.

—En serio —sonrió y volvió a besarme.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2017 ⏰

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