La única manera de vencer al enemigo es conociendo sus movimientos.
Dentro de la escuela Kibougamine se extendió el rumor de una alumna capaz de salvar a las compañías en punto de quiebre convirtiéndola en una leyenda viviente, gracias a esto le lla...
Después de aquel encuentro comencé a dudar, si continuaba observando desde lejos no sería más que otra acosadora como la chica de lentes o Shinobu, además las palabras de Makoto Naegi, me dieron cierta fuerza quitando los absurdos pretextos para evitar hablarle, tenía que ser sincera, la presencia de aquel chico eran tan omnipotente que, inclusive a alguien como yo, una chica que no es fácilmente intimidada, fue capaz de obedecer de manera sincera sus mandato, si quería dar el siguiente paso debía de quitarme aquella inseguridad.
Estos pensamientos y motivaciones me llevaron toda mi jornada laboral, a pesar de haber sido corta mi forma de pensar, había algo que me había estado carcomiendo mi curiosidad y sobre todo intriga.
Aquella chica de cabello lila plata, parecía que había venido con un objetivo en específico tan misterioso que ni si quiera podía imaginar cual seria.
Esas dos cosas rondaban por mi mente sin descanso, haciendo que de nuevo me perdiera en las horas y en mi trabajo automático.
Pero ¿Que debería hacer?
Aquella preguntaba rondaba en mi mente, me concentraba lo más que podía generando un plan, me sumí tanto en ese papel que perdí mi propia noción del tiempo.
El tiempo no dejaba de avanzar, la oscuridad se asomaba reclamando mi hora de salida, sin embargo, estaba tan distraída que ni siquiera lo note. Comenzaba a trabajar de forma programada, haciendo que mi trabajo fuera un poco más lento, dejándome a merced de la casi solitaria oficina.
Cuando al fin pude volver a mi realidad la hora era irreconocible para mí, me había quedado de más de lo previsto.
Me asuste unos momentos pero, con un suspiro bastó para relajarme de nuevo.
- Bueno que más da, volvamos a casa- me dije a mi misma.
Apague el ordenador, tome mi bolsa y salí cerrando mi oficina evitando hacer algún ruido.
Mi mente seguía reflexionando a una velocidad increíble las palabras de Naegi pero, más que nada aquella faceta tan curiosa de Togami.
Presione el botón del elevador sin detener mis pensamientos, inclusive murmuraba para mí misma mis planes, sin embargo, no pude hacer eso por más tiempo... simplemente fui interrumpida por lo inimaginable.
- Podrías guardar silencio, pareces una demente susurrando de esa manera- su tranquila pero, agresiva voz me llamó la atención.
Gire mi vista apenada y al misma tiempo desconcertada, mis ojos se detuvieron de manera estrepitosa al chocar con los suyos.
Sus ojos azules penetraron unos momentos los míos, me puse nerviosa de un momento al otro pero, gracias a mi forma de actuar, pude camuflajear mi asombro.
- ¡Togami! - exclame sorprendida.
- Mencionas mi nombre como si fuera un desconocido en mi propia compañía-
Aquel pesado y burlón tono en su voz, aquella presencia omnipotente dejaban congelados a todos aquellos que lo rodearan, sin embargo, en aquella fría ventisca de su personalidad veía una única e indiscutible oportunidad.
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- Solamente fue sorpresivo encontrarlo en el mismo lugar que yo, este lugar es tan grande que parece imposible que una coincidencia así ocurra- dibuje una faceta tranquila al igual que una sincera sonrisa.
El chico soltó una risa sarcástica y me observó desde la cima de la cúspide elitista.
- Dime ¿Qué hace que el líder de esta empresa este saliendo a tales horas de la noche?- pregunté con cierta maña y toques juguetones en mis palabras - Alguien como usted podría salir a la hora que le plazca, aun así, prefiere ser de los últimos en retirarse-
El chico trono su lengua y me observó fastidiado, soltando una pregunta a secas en tan complicado ambiente.
- ¿Realmente tengo que contestarte?-
Agrande mi sonrisa de manera confiada y con cierta arrogancia.
- Por lo menos podría entretenerse con esta plebeya mientras llega a su destino-
La postura de aquel extraño chico cambió, me observó con una sonrisa egocéntrica y como si por unos momentos hubiera llamado su atención, cruzó sus brazos poniéndose cómodo, clavando con mayor intensidad sus ojos detrás de aquellos lentes en los mios.
- Tienes agallas para hablarme de esa manera, parece que no conoces tu posición desde que llegaste - su sonrisa no se apartaba de su rostro, inclusive aquella típica actitud tampoco se inmutaba a cambiar.
- Conozco mi posición, sin embargo, yo no soy el tema de conversación aquí, sino usted, Byakuya Togami-
Cerré unos momentos mis ojos, mi voz se volvió mucho más confiada y misteriosa, poco a poco con elegancia volví a abrir mis ojos al terminar la oración.
- En ese caso siéntate honrada de compartir tiempo conmigo-
Agradecí con una humildad disfrazada de emoción, sin embargo aquel sentimiento disfrazado, se volvió sincero al escucharlo por primera vez.
No daba rodeos en su plática, tampoco buscaba profundizar en cosas innecesarias, sin embargo, a pesar de la limitada información, era capaz de decir mil cosas abarcando todo.
Togami nunca se tomó a juego su compañía, más bien todo lo contrario, tenía bastante presente que la única manera de mantenerla en la cima del todo era dando todo de si.
- No tengo tiempo para perderlo, algo como esto no puede depender de otros, además soy el único que puedo hacerlo, alguien con mis capacidades es la elección correcta-
A pesar de que su arrogancia sobresalía en cada oración suya, era imposible darle un reclamo, ya que en cierta parte era cierto, Togami tenía un joven pero, prodigioso currículum.
Alguien que confiaba en sus capacidades sin dudar.
Alguien que se tomaba enserio a si mismo.
Una persona como él era un líder formidable para algo como esto, un enemigo que muchos no retarían, sin embargo, no era mi caso, a pesar de que estuviera a un nivel fuera de lo humano, confiaba yo igual en mis capacidades, definitivamente quería llevarme el título de haberlo derrotado, alguien que valía la pena en todos los sentidos.
El elevador se detuvo, las puertas se abrieron dejando pasar la luz del pasillo que luchaba con la oscuridad colándose por los vidrios.
Salí un paso detrás de Togami deteniéndonos solo por unos instantes.
- Nos veremos mañana Togami, fue bastante interesante escucharlo- me despedí alegre.
- Tu arrogancia parece no conocer su lugar ¿Qué es lo que buscas?- comentó Togami apenas termine de despedirme.
Lo observé con sorpresa pero, mi sonrisa no se borró, solamente se transformó a una llena de inocencia.
- Solamente soy una administradora más de su Empresa que disfruta de platicar con jefe-
D�}ll�6
Creo que por fin saque algo de romance :/
Espero que les haya gustado esta pequeña parte ^^
Gracias por sus votos y comentarios, espero que a partir de aquí pueda desarrollar el fanfic verdadero 7u7
