La única manera de vencer al enemigo es conociendo sus movimientos.
Dentro de la escuela Kibougamine se extendió el rumor de una alumna capaz de salvar a las compañías en punto de quiebre convirtiéndola en una leyenda viviente, gracias a esto le lla...
Seguía conduciendo haciendo el mínimo de paradas posibles, estaba concentrada y bastante nerviosa, Togami quien se había mantenido relativamente callado, de vez en cuando hablaba para darme ordenes de lo que se supone que debería hacer una vez llegáramos a la trampa de Kazuya, sin embargo, me preocupaba una actitud suya, pese a mostrarse tranquilo y seguro de si mismo, estaba segura de que estaba irritado por la situación, aun así, parecía que sostenía su cordura en un algo que yo no entendía del todo.
—Deja de preocuparte por la situación, angustiarte no ayuda en nada— dijo el heredero sin mirarme.
—Lo sé... aun así... me es inevitable no pensar en el hecho de que puedo fallar...—algo desanimada, contesté al comentario de Togami, intentando mantenerme aun atenta al volante.
Togami desvió su mirada a su ventana y mostró cierta irritabilidad aunque, por alguna razón, le sentía completamente tranquilo.
—Si piensas en que fallaras está claro que tendrás ese destino, los únicos capaces de ganar en el mundo son aquellos que se han hecho de esa visión— hizo una pausa y al final me observó —Yo estoy seguro de que ganaré, no me dejaré vencer por un capricho, no importa cuántas dificultades tenga en el camino.
Su personalidad arrogante de alguna forma me tranquilizaba pero, para mí, el camino era solitario, había estado caminando mayormente sola por lo que, todo dependía enteramente de mi persona y nunca me había formado de una idea ganadora donde viera a más personas acompañándome, solamente me visualizaba a mí.
—Además ¿Crees que la corporación Togami solamente soy yo? — esa pregunta me dejó atónita al escucharla —Como administradora deberías saber que una empresa está compuesta de varias jerarquías y si bien, ahora no estoy al mando y lo único que puedo hacer es moverme para ganar tiempo de vida, no debo sentir eso como una perdida en mi orgullo, al contrario, un buen líder es aquel que sabe que sus subordinados trabajaran bien por su cuenta y que podrás confiar en ellos, porque la dependencia es mutua, confío en el líder que soy y confío en las habilidades de mis compañeros, ahora deja de lloriquear que tu misión por el momento es no asesinarnos en el viaje.
Reí ligeramente, un chico arrogante me daba consejos, realmente era extraño para mí, porque pese a que no toleraba ese tipo de personalidades, Byakuya se había hecho merecedor de ese orgullo, aunque me sorprendía rotundamente que él se comportara así, había conocido sujetos como él y usualmente veían al mundo tan inferior pese a que, esto era gracioso, desconocían lo que les rodeaba y daban por hecho que conocían todo pese a no saber nada de la vida de los demás, esto me hizo pensar que, tal vez, en un pasado, aprendió de sus compañeros de Kibougamine lo que era confiar.
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Aprender de tus compañeros... Algo que no tuve el lujo de darme en mi vida escolar.
Quería tener esa sensación en mi vida y si bien mi traición la había destrozado, estaba dispuesta a recuperar la confianza de los que ahora, quería que fueran mis amigos, aunque ahora, la vida de todos dependía de un hilo bastante delgado y mi mayor deseo era que cada uno viviese sin problemas.
