Capítulo 9

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Sabía que pronto necesitaría ropa más "amplia", por ende, llamó a Rosalya.

— ¡Rosaa!

— ¡Hasta que me llamas! Pensé que nuevamente me habías dejado en el olvido.

— ¿Como crees eso? Yo no podría hacer eso.

— Mm... Te recuerdo, ¡CUATRO MALDITOS MESES SIN SABER NADA DE TI! Aparte de que cuando me hablaste, era para contarme lo de tu bebé y ya han pasado como 3 semanas.

— Me hieres, yo solo llamaba para salir de compras contigo, pero al parecer no quieres...

— El chantaje no funciona conmigo, pero bueno, iré, ¿Dentro de cuanto tiempo?

— Ehh~ ¿Una hora?

— Esta bien, tonto, nos vemos en el centro comercial. — Sin más, la chica colgó la llamada.

Miró su armario por unos cuantos minutos, hasta que encontró un conjunto bastante cómodo y bonito, en pocas palabras, era el conjunto perfecto.

— Ese es mejor a lo que llevo puesto... — Se miró a si mismo, obviamente, el pantalón ya no le cerraba, por ende, prefirió cambiarse al otro conjunto.

Al estar ya cambiado, se acostó en su cama, para relajarse por un momento aunque sea, se sentía algo agotado, aunque, ya no se sentía tan mal como en los meses anteriores, sin duda alguna era mejor estar así.

En un momento, tuvo una sensación extraña en su vientre, lo acarició sin entender que era.

¿Eran los movimientos de su bebé..?

Abrió los ojos como platos, detestaba estar en ese momento solo, no tenía a quien hacerle saber de aquellas sensaciones que solo lograba sentir él.

— ¡Dios, Dios, Dios! — Cubrió su boca para evitar soltar un chillido de la emoción, aunque, poco a poco los movimientos cesaron.

— Oww... Después le contaré a Kentin... — Mantenía una sonrisa, la cual, sería muy difícil de borrar.

Miró la hora, al ver que era una buena hora para comenzar a caminar, no dudo en levantarse de su lugar, obviamente, con lentitud, ahora que se detenía a pensarlo, su vientre era algo más hinchado que lo que había "investigado" en fin, quizás solo era que estaba engordando un poco.

— Adiós, cómoda cama. — Sin más, salió de la casa, colocándose sus audífonos, ya extrañaba escuchar música. Al llegar al lugar, esperó a que Rosalya llegará, mientras seguía el ritmo de la canción que sonaba con su pie.

— ¡WAAAH! — Gritó una chica detrás suyo, interrpiendo su tranquilidad, se giró un poco para luego encontrarse con nada menos que Sucrette.

— ¡Alexyy! — Lo abrazó, haciendo que el peliazul riera, ¿Como es que una chica de 17 años era tan bajita? Igual, la hacía ver bastante tierna, así que no le quedaba mal.

— Estas gordo, no puedes estar comiendo lo mismo que come Armin. Tú tienes que estar delgado si quieres que tu ropa de "última moda" siga sirviendote. — Mencionó, con cierta inocencia, tocando la zona que ella sentía abultada, aunque, era algo rígida para tratarse de peso extra.

— No es por eso, después te explicaré, buenoo~ Aprovechando que estas aquí, irás de compras con Rosa y yo. — La estrechó entre sus brazos, evitándole que escapara.

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