Capítulo 42

2.3K 272 31
                                    

Moscú, Rusia.

Victor miraba el fondo de su armario casi completamente vacío, nuevamente se marchaba.

Después de todo lo que hizo, y todo lo que perdió a causa de sus estupideces, ya no tenía mucho que hacer allí.
No vivió no vivió la fantástica y apasionada vida que espero tener con la mujer por la que dejó todo, no recupero a la familia que había abandonado, mucho menos al chico que una vez dejó todo por él y ya no tenía amigos que lo esperarán con gusto en aquél frío país, ahora todos eran los amigos y familia de Yuri, no de él.

Un triste suspiró escapó de sus labios.
Todo fue su culpa, claro su error no fue enamorarse, su error fue dejar a la persona que lo amaba por alguien quién siempre había estado de pasó en su vida.

Desde ahí todo fue de mal en peor, debió saber desde el instante en que vió a Yuri cuidar a sus hijos y de Yuuri con tanto amor, que no tendría oportunidad alguna, porqué simplemente Yuri era un rival que no podía vencer.

Pero su peor error, lo que causó toda esta catástrofe, fue el hecho de que manipuló a sus hijos para obtener algo a cambio.
Ahora el mismo se daba cuenta de porque no le querían cerca suyo.
¿En que momento se volvió tan egoísta?

Ahora se encontraba sólo, ya nadie le quería en aquél lugar, no le quedaba más remedio que buscar un nuevo comienzo, alguien que no lo odie e intentar no arruinar todo nuevamente.

«Irina...¿Que ha sido de tí...?»

Entonces Victor se dió cuenta, de que sólo había amado a dos personas en esta vida, el abandono a su suerte a quien más le amaba para marcharse con alguien que hizo exactamente lo mismo que él.

Acarició el suave pelaje de su mascota de ya muy avanzada edad.
Se tiró sobre su cama y cerró los ojos.

«Perdóname Yuuri, nunca debí haber cancelado nuestro compromiso...»

Y en aquél momento un pensamiento salto a su cabeza.

¿Que habría sucedido si jamás se hubiera separado de Yuuri?.

Probablemente el estaría viviendo lo que Yuri ahora, ser feliz con su familia y esperar un tercero o cuarto hijo con Yuuri.

Quizás Yuuri seguiría compitiendo, quizás el aún sería su entrenador, vivirían en una casa muy grande, con un inmenso jardín y una sala con chimenea.

Tan solo pensarlo le encantaba la idea de haber podido enseñar a sus hijos a patinar, pero igual ya sabían hacerlo, sus padres les habían enseñado a hacerlo.

Comenzaba a aceptar de una buena vez que el no era su padre, comenzaba a aceptar todo lo que pudo ser y no fue por sus errores.

Si tan sólo todo hubiera sucedido de manera diferente aquella noche.

Por un segundo recordó todo sobre aquella noche, la vez en que decidió arriesgar todo, fue estúpido pensar que no se enteraría, aquella noche había demasiados ojos observando.

Recordó exactamente el momento en que se separó de Yuuri, besó sus labios y lo dejo charlando con algunos reporteros que buscaban entrevistar al segundo ganador de la competencia, recordó como buscaba a Yakov y a Yurio para charlar con ellos y felicitar al menor por obtener el oro.

Recuerda exactamente como su corazón se estremeció cuando vió una alborotada cabellera pelirroja pasearse entre los invitados presentes y sintió que se detuvo cuando cruzó miradas con aquella mirada juguetona que le invitaba a seguirla.

Y vaya que no lo dudó ni un instante, ni siquiera se detuvo a pensar que el de hecho ya estaba con alguien, sólo pensó que tenía que ir tras ella, que tenía que alcanzarla y besar al menos una vez más sus labios.
Ya que después de todo, ella era la persona por la que había esperado tantos años y por quién esperaría cien más.

Atravesó con rápidez a todos los presentes y logro verla subir las escaleras hacia uno de los cuartos separados del gran salón.

Subió los escalones de dos en dos lo más rápido que pudo, intentando no tropezar en el intento, abrió la puerta de la habitación con delicadeza, girando el pomo de manera silenciosa, fue entonces cuando la vió completamente, pudo observar como ella miraba a través del ventanal las luces de la ciudad en el paisaje nocturno.

-Irina...- Susurro Victor con impaciencia de poder mirarla a los ojos nuevamente al solamente poder contemplar su espalda blanca.

-Vitya...- Susurro con voz sensual la joven pelirroja, esbozando una sonrisa juguetona con sus labios rojos.- Tanto tiempo sin verte, ya te extrañaba.- Hablo con voz baja mientras se acercaba más al peliplata que ni siquiera pensó en alejarse.

-Lo mismo digo...- Respondió finalmente el más alto con la respiración entrecortada.

-¿Y bien? Estamos aquí...¿Que vamos a hacer ahora?.- Pregunto la mujer acortando completamente la distancia que había entre los dos, y las respiraciones de ambos se mezclaron.

Cuando finalmente sus labios se encontraron, Victor tomó a la pelirroja por la cintura y en medio de la apasionada unión, en un movimiento lento, el ojiazul se quitó su anillo de compromiso y lo guardo en su abrigo, en aquél momento no estaba seguro de porqué, pero no quería que ella viera aquella sortija.

Mientras el beso aumentaba de nivel, el calor comenzaba a sentirse, la giro de manera que el quedó dándole la espalda a aquel ventanal, y mientras aún continuaba besando sus labios, de manera ágil, con una sola de sus manos bajo el cierre del vestido de su acompañante.

Por ese instante olvidó todo lo que era, todo lo que debía hacer y nada fue más importante que la unión tan íntima que tuvo con la amante que creyó perdida.

Casi una hora después de su encuentro efímero, regreso a su realidad y volvió al salón donde aún había una gran cantidad de personas, busco entre aquellas al japonés y no logró encontrarlo.

-¿Yurio has visto a Yuuri?.- Pregunto con tranquilidad al ruso menor.

-Hace un rato lo ví pasar corriendo, lo llame pero me ignoró ¿Que le hiciste al Katsudon?.- Pregunto con su tono malhumorado.

-En realidad no lo sé, lo perdí de vista hace poco y ahora no puedo encontrarlo.- Respondió el peliplata.

Después de aquello no hablaron más, Victor se dirigió al hotel dónde se hospedaba junto con Yuuri.

Y al entrar en su habitación se encontró con que ya con maletas en mano se marchaba.
Intento detenerlo pero no pudo, tampoco se esforzó demasiado en ello, el quería marcharse, se dió cuenta que no era el único, que había alguien más, el no quiso dañar a Yuuri, de verdad llegó a quererlo, pero pasó su vida esperando por Irina, y no iba a desperdiciar su oportunidad, incluso si el no los hubiera visto, que su boda estaba cancelada era un hecho.

Victor suspiró con lágrimas en los ojos, el abandonó a su familia sin remordimiento alguno, lloró en silencio y a nadie le importó.

★★★

Hola! Espero que les haya gustado, lamento haber tardado tanto, pero finalmente pasé los primeros parciales y obtuve muy buenos resultados :D
Publiqué este capítulo porque quiero que todo esté muy claro con lo que sucedió.
Porque aunque me entristece un poco decirlo, esta historia ya se encuentra muy cerca del final.
Y lamento por actualizar a esta hora xD
Gracias Por Leer 💖

The Lost LoversWhere stories live. Discover now