I am your hero- Bakugou KatsukiXTú [SIN EDITAR]

Capítulo 3.

Narradora _______.

Después de recibir la carta de aceptación de la U.A, solo me quedaba esperar el ansiado día de asistir a la academia... Mientras tanto, tenía que ayudar a mi hermana en casa.

Pensaba que hoy seria un día normal... Al perecer no lo será tanto.

—¡_____!

—¿Que sucede? —deje de ver mi pequeño ordenador para prestarle atención a mi hermana que estaba parada en frente mío.

—¡Quiero que me acompañes a hacer las compras!

—Claro... ¡Que no!

—No te lo había preguntado...

—...¡Eso es injusto! ¡Cada vez que vamos a comprar me usas como burrito de cargas!

—Un burrito muy escandaloso...

—Óyeme... Este burrito tiene sentimiento — dije "dolida".

—¡Solo sera esta vez! Casi nunca salimos juntas~

La mire dudosa... Esto podría tratarse de otros de sus trucos...

—Acaso... ¿Mi hermanita no quiere pasar tiempo conmigo? —dijo girándose y tapándose la cara con las manos.

—¡Ah! ¡S iré! —odio cuando hace eso... Y ella lo sabe.

—Oki~ te espero afuera —salió de la habitación casi brincando.

Golpee mi cabeza contra la mesa... Ah... Maldita manipuladora... La adoro.

(...)

Y como me temía... Me usó como un burrito de cargas... De nuevo.

—¡Oye! ¿No crees que ya es suficiente?

—¡Nunca es suficiente si se trata de comida!

—Al menos cómpreme la nutella ¿no?

—¿No me sigas que ahora eres "Única y detergente"?

—¡Jamas!

—Jajaja como sea... —agarro su celular y comenzó a mensajear.

Esto es sospechoso... Que agarre su celular y mensajee tan seguido. Por alguna razón me da mala espina.

—¡Maldición! —dijo mi hermana. Me preocupé por un momento pensando que era por causa de alguna molestia.

—¿Estas bien? —le pregunte preocupada.

—¡Oh! Si si... No es nada —respondió sonriente.

Esta me oculta algo...

—Vamos a ver la tienda de películas... A ver que hay. Y de paso también la tienda de belleza.

—¿Para que iremos a ver si al final no compraremos nada?

—Aah... Ni me lo recuerdes... Lo que callamos los pobres —dijo con una pose dramática.

—Ok... —suspiré...es difícil negarse a ella.

(...)

Después de andar mirando, preguntado precios de algunos productos para después irse de ahí por el alto costo de las cosas... Ya pensábamos irnos

—¡Ya era hora! —dijo mi hermana a lo cual yo gire a ver de que se trataba.

—¡Lo siento!, es que no quería venir. Lo tuve que arrastrar hasta aquí.

La mujer que venia hacia nosotros... una mujer como de 1,70, se veía bastante joven... Y su apariencia se me hacia familiar.

—¡Que bueno que viniste! Ya no sabia como mantenerla aquí —suspiró mi hermana luego saludando alegremente a la mujer.