Capítulo 44

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♣Narra la Narradora♣

Los jóvenes al escapar de los villanos, aterrizaron en un lugar lejano de donde se acontecía la pelea.

—Oh, mierda. Eso estuvo cerca. –Suspiro intentando tranquilizarse Kirishima, viendo en la dirección contraria–

—Chicos ¿Se encuentran bien? –Pregunto Midoriya–

En ese momento, todos miraron para atrás. Encontrándose con su compañera que se encontraba mirando al suelo, notándose su entorpecida respiración agitada. Intentando ella no hacer ruido a pesar de eso.

De repente, ella sintió sus piernas fallarle. Haciendo que por consecuencia, caiga al suelo. A lo que sus compañeros fueron a ella para ayudarla, encabezando al grupo, el rubio que sabía perfectamente la gravedad de su estado.

—Viejo, ¿Qué le sucedió? –Pregunto Kirishima preocupado. Intentando levantar a la joven–

—... –Katsuki no sabía que hacer, que responder. No lo sabía y tal vez este no sería un buen momento para dar explicaciones. Tenían que retirarse del lugar e intentar encontrar a los demás del grupo– _______ levántate, debemos irnos, maldición.

La pregunta de Kirishima le hizo recordar de nuevo, todo lo que había pasado. Aunque no fue su intención, hizo que de nuevo esa imagen apareciera en su cabeza. Haciendo que ella coloque sus manos en su cabeza, como si eso alejara el punzante dolor que sentía.

Los sollozos no tardaron en salir de nuevo. Todo el esfuerzo por mantenerse tranquila se había perdido. Pero, ¿Quién podría estar bien después de lo que había pasado? Y hasta Katsuki se sorprendía porque a pesar de todo aún parecía algo consiente de lo que sucedía.

El dolor se hacía cada vez más fuerte. Logrando que de ella fuera perdiendo el conocimiento, quedando inevitablemente desmayada.

—¡__________!

(...)





“______”




“Bienvenida a casa”




“Eres mi mayor regalo”






“¡¡¿¿POR QUÉ NO ME SALVASTE??!!”



Sus ojos se abrieron de golpe, haciendo que se siente en aquella cama en donde estaba durmiendo. Todo su cuerpo, empapado con sudor frío, así como una respiración agitada fue lo que ahora la atacaban, aparte de esas voces que había escuchado antes de despertar.

Intento pasar saliva por su seca garganta e intentar tranquilizarse, pero no podía.

Miro por los lados, encontrándose con algunas máquinas que controlaban los latidos y el ambiente de blanco, haciéndola reconocer de inmediato el lugar. Un hospital.

—Al final... No fue un sueño... –Su voz salió entrecortada, apretando con fuerza las sabanas. Sintiendo como sus ojos picaban por las lágrimas que amenazaban en salir–

El sonido de la puerta siendo golpeada la sobresalto. Rápidamente limpio sus lágrimas con fuerza, aún sintiendo aquella desgarrante presión en el pecho.

—Pase... –Fue lo único que pudo decir sin que su voz temblará–

En ello un hombre, que probablemente sea un agente de la policía, entró a la habitación. Luego de mirarlo, desvío su mirada hacia abajo, observando las sabanas blancas y sus manos vendadas.

—Hola... Lo siento pero, necesito hacerte algunas preguntas...

(...)

Ella contestó con lo que sabía, las preguntas del hombre. De todas formas, ella solo había despertado justo antes de que All Might hubiera aparecido en escena. Así que, lo que hubiera pasado antes, no estaba en su conocimiento.

—Muchas gracias, nos ayudará mucho. –Le sonrió guardando la pequeña libreta que tenía en la mano–

—¿Qué haré? –Susurro aún con su vista hacia abajo–

—¿Eh?

—¿Qué haré?.. Hana... Hana... No está. –Sus ojos de nuevo se comenzaban a llenar de lágrimas– No se que hacer... Yo... Estoy sola...

—Eso no es cierto, mocosa. –La voz que escucho, la recordó de inmediato–

Alzó la mirada y se encontró con aquella pequeña ancianita entrando al cuarto.

—¿Ooba?

La mujer le hizo una seña al hombre, dándole a entender que necesitaba un poco de espacio para hablar con la joven. A lo que el de pelo negro entendió y salió del cuarto, dejándola a ambas solas.

El silencio reinaba. La joven aún con la mirada perdida en la sabanas no decía nada y la anciana que miraba hacia el techo aún no soltaba ninguna palabra.

—... Ahora tienes muchas dudas ¿No?

—Por supuesto... ¿Qué esperabas? Todo en lo que creía, todo lo que tenía... Se fue... –Su voz de nuevo volvía a salir temblorosa, pero en ella se podía sentir el profundo dolor y odio– No se... Que es real, no se quien es ese bastardo que le hizo eso a Hana...

—Me he informado de lo que a ocurrido. Ese hombre, es Yakusoku Ryuu.

—Yakusoku Ryuu... –Susurro a lo bajo, luego de la mujer. Sintió como se revolvía el estómago al oir su nombre.– ¿Por qué? ¿Quién es él? ¿Quién era Hana realmente?

—Aun no sabemos con certeza realmente quién es ese hombre. Hemos investigado sobre él y no hemos encontrado nada, al igual que Hana. Es como si ambos no existieran...

Apretó con fuerza sus dientes, intentando calmar aquellos sollozos que intentaban escapar.

—Entonces... Hana... No era real, ella, no me quería realmente... –Su cuerpo comenzaba a temblar sintiendo que las lágrimas inevitablemente se escapaban de sus ojos– Yo... Ya no tengo a nadie...

—Ya te dije que no es así, mocosa. –Se quejó levemente la mujer para luego suspirar– Nos tienes a Toshinori y a mí.

—... ¿Quién es él? Quién es él de mí... ¿Y por qué tú?

—Mi nombre es Ooba Igarashi. Soy tu bisabuela.

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Bueno, hola. Denle una estrellita ahí todo flama y tal vez mañana vuelva a publicar. ;v

Hasta el próximo capítulo. 

I am your hero- Bakugou KatsukiXTú [SIN EDITAR]Where stories live. Discover now