Traumas Infantiles

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No tenía mucho tiempo que Whale había abandonado el mundo gris, su mundo y había terminado en Storybrooke, aún no conocía todos los sitios de aquel pueblo y aquella noche del 31 de Octubre Whale se aventuró por aquella avenida, sus ojos se enfocaron en aquel imponente edificio, sabía que había una historia detrás de él pero ya no lo recordaba, de un momento a otro olvido quien era y donde estaba. Su mente viajó hacia su pasado, aquel pasado que tanto odiaba. Whale estaba sentado haciendo sus deberes, tendría como 6 años y frente a él estaba su hermano.

–Eres un inútil, no sirves para nada, debería aprender a ser como tu hermano- su padre gritaba, los ojos de Whale se inundaron de lágrimas, su padre tenía razón, era un inútil.

–Pero me las vas a pagar, ya verás- tomó a Whale de la muñeca y lo llevó a una habitación sola, su hermano reía por lo bajo, ahí lo dejó, encerrado, sin alimento ni agua, el tiempo pasó y con esto la vida de aquel pequeño se fue apagando, siempre era lo mismo, hacía algo diferente a su hermano y recibía un castigo, su padre comenzaba a aumentar la severidad de los mismos, su piel lo resentía pues cada mañana él recibía 10 azotes con el cinturón, azotes que marcaban su espalda de por vida.

A los 10 años su hermano enfermó, cáncer habían dicho que tenía y Whale era compatible por más extraño que pareciera, así empezó otra vida de sufrimiento, su sangre ya no le pertenecía, sus órganos ya no le pertenecían, en realidad su cuerpo ya no era de él, simplemente estaba ahí para ayudar a su hermano, cuando él necesitaba sangre era Whale él que tenía que darla, su hermano requirió un riñón nuevo y fue Whale quién se lo dio, después de todo podía vivir con uno o eso dijo su padre, necesitó un trasplante de médula ósea y fue Whale quien la donó, así vivió toda su vida hasta que escapó a la edad de 16 años. Vivió solo, en las calles, comía lo que encontraba o llegaba a robar, sus cicatrices siempre le recordaban su pasado, nunca pudo recuperarse de ello pero al final se convirtió en Doctor, era lo único que podía agradecerle a su vida de sufrimiento, ahora sólo quería poder ayudar a los demás.

-Él murió por tu culpa, necesitaba un corazón, tú podías dárselo- gritaba su padre en el funeral de su hermano, habían pasado 5 años desde que Whale había huido.

-Yo hubiera muerto para dárselo, ¿eso querías?- el tono de Whale era de impotencia, sus ojos eran fríos al ver a su padre, sentía asco por el hombre que le había dado la vida.

–Tu no vales nada, nunca lo has hecho. Hubiera preferido que nunca hubieras nacido- así fue como terminó su relación, y así terminó en Storybrooke para dejar su pasado atrás, pero éste siempre le perseguía, ahora frente aquel edificio, él comenzaba a recordar todo. –Hermano- Whale estaba alucinando, veía a su hermano frente a él, con 35 años él seguía recordando su pasado, -Basta, no hables- su mente le estaba jugando una mala pasada, caminó hacia la calle, tratando de ignorar las voces en su cabeza que cada vez se hacían más fuertes, ignorando a aquel pequeño niño de 6 años que no podía defenderse de su propio padre. Se quedó en medio de la calle, esperando a que un auto pasara y así fue, la velocidad del auto sacó volando a Whale, cuya cabeza fue lo primero que chocó contra el suelo, muerte cerebral, pero cuyo corazón latió por unos minutos más hasta que se detuvo. Se dice que fue su hermano quién se llevó aquel corazón, pues venía a buscar lo que según su padre siempre le perteneció, la vida de Whale.

Victor WhaleWhere stories live. Discover now