veintisiete.

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Pasó una media hora más y Jaemin se levantó para ir al baño. Normal, había bebido unos tres vasos de aquella cosa. No me había atrevido a preguntarle qué era, pues cada vez se comportaba de una manera que me sorprendía. Empezó diciendo estupideces sueltas de vez en cuando, pero ahora... ahora incluso le costaba hablar, gesticular con la boca. Apenas se lo entendía. Definitivamente, aquel vaso contenía alcohol, y solo esperaba que él no se hubiera dado cuenta, lo que sería bastante extaño, pero no quería desesperanzarme.

Me di cuenta de que Jaemin llevaba un largo rato en el baño, así que me decidí por subir las escaleras e ir a buscarle. Puede que le hubiera pasado algo. Quién sabe, no tenía casi consciencia de lo que hacía. Sabía que el hecho de beber sin que la otra persona lo sepa estaba mal, pero no podía dejar que algo malo le pasara.

Aunque debía de admitir que quería estar con mis amigas, con quien me sentiría mil veces más segura.

Por fin llegué a la planta superior y pude ver que todas las puertas estaban cerradas, pero sabía que había gente dentro, pues se escuchaba a personas reír o hablar alto.

"¿Jaemin?" me acerqué a la puerta del baño y lo llamé. Nadie respondía. "Jaemin, ¿estás ahí?" igual.

"Yina, ¿verdad?" escuché a alguien detrás de mí. "Hemos metido a Jaemin ahí." dijo, señalando la habitación en la que antes había entrado su grupo de amigos. "Tú también tienes que entrar, ¿no crees?"

No dije nada, simplemente me lo quedé mirando.

"Vamos, yo te ayudo." dijo, agarrándome del brazo derecho de manera fuerte. Aquello dolió.

"No, no quiero ir, lo siento."

"¿No crees que me da igual que no quieras?"

"¿Por qué quieres que vaya? Soy aburrida, no voy a hacer nada ahí dentro."

"Claro que vas a hacerlo. Venga, entra." dijo, agarrando el pomo de la puerta.

"Que no."

Me agarró más fuerte del brazo. Nunca había experienciado aquello, así que no sabía cómo actuar.

"Eh, tío." lo llamó un chico por detrás. "¿Por qué no entras tú solo?"

"¿Por qué no os metéis en vuestra propia vida?" respondió él.

"Porque no está bien que trates así a una chica que no quiere drogarse con vosotros." respondió otro. No podía verles las caras hasta que el chico me soltó.

Había cuatro chicos, aquel grupo del que mis amigas habían hablado: Moon Taeil, Lee Taeyong, Nakamoto Yuta y Kim Dongyoung. Instintivamente miré hacia el techo y susurré un leve "gracias".

"Ella va a entrar conmigo, quiere entrar."

"¿Y entonces por qué la estabas forzando?" preguntó Yuta, el primero que había hablado.

"¿Acaso estás tan bebido que no te das cuenta de cuándo la estás acosando?" Taeyong.

"Creo que deberíais iros." dijo enfadado el chico que antes me estaba agarrando.

"No, tú deberías irte." dijo Taeil.

El joven se dio la vuelta y entró de nuevo en aquella habitación. Sentía compasión por Jaemin, quien estaba ahí, pero no podía hacer nada por él.

Lo siento por esta escena de libro dramático de One Direction, pero me gustó la idea. Espero que no queráis matarme por eso, sé que no suelo añadir este tipo de drama en mis historias.

once again || huang renjunWo Geschichten leben. Entdecke jetzt