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Por suerte mi alarma los días de diario suena antes que la de mi madre, no quiero ni imaginar lo que hubiera ocurrido de no ser así.

Desperté sin saber cuándo había dejado de hacer efecto la hidromiel, ya no era una nebulosa de colores, era yo tumbada en mi cama desnuda.

-Buongiorno principessa.- me tapé con la sábana blanca al verle sentado en la silla del escritorio.- He estado colocando un poco la habitación...

Todo parecía estar en su lugar, como lo estaba el día anterior.

-¿Has...- los recuerdos ya eran borrosos en esos instantes.- has dormido aquí?

-Yo no duermo.- tragué saliva aterrada ante la idea de lo que hubiese podido pasar.

-¿Necesitas que sea más explícita?- gruñí alzando una ceja desafiante.

- Supongo que el alimento de Odin os sienta diferente.- tocó mi mejilla y temblé por la facilidad con la que lo había hecho.- Solo dejé que me robaras un par de besos, pero nada más.— la verdad es que me sentí decepcionada en cierto modo.

—Entonces... ¿realmente vi a Odin?— antes de preocuparme por nada más, debía saber si estaba cuerda.

—Parece que sí...— me entregó el saquito con las runas que estaba sobre la mesilla.— Debes hacer lo que te dijo, Kara sabrá usarlas.

—Lo haré.— si el dios de los dioses te pide algo, hay que hacerlo.—¿No sabrás lo que es una valquiria?— se quedó petrificado, como si llegase una amenaza.

—Viene tu madre.— dijo con voz mecánica para lanzarse por la ventana.

—No puedes irte.— estaba muy agobiada y tener a mi lado alguien comprensivo como él me apaciguaba.

—¡¡¡Roxy!!!— mi madre abrió la puerta de golpe, como todas las mañanas. Dash ya no estaba allí.— Hoy sí que tienes que ir al instituto.

—¿Han encontrado al asesino?— me sentiría culpable si le hubiera traído problemas a algún inocente.

—No, pero no tienes porqué preocuparte.— me chocó mucho ese cambio de actitud extremo.— El hijo de la directora se ha ofrecido para acompañarte, además te va a enseñar defensa personal.— sonreí incrédula ante el poder de convicción de Dash.

Llamaron a la puerta y mi madre fue a abrir. Yo me puse una camiseta larga que me llegaba hasta las rodillas y fui tras ella.

—Buenos días señora Storm.— dijo él con una sonrisa impecable que después dirigió a mí.— Buenos días señorita Storm.

—Buenos días.— mi madre parecía satisfecha de haber encontrado a un falso homosexual con modales para protegerme.— Tengo que ir a trabajar ya...— tomó el bolso y la llaves, cambió posiciones con Dash y lanzó su última pregunta antes de irse al coche con prisas.—¿por qué no desayunas con Roxy?

—¿Café?— pregunté llenando el filtro para dos tazas.

—Sí...— oír su voz hizo que me diera cuenta de que la había echado de menos los pocos minutos que no la estaba escuchando.— ¿te parece bien que pasemos más tiempo juntos?— supuse que se refería a las clases.

—Si has conseguido que mi madre lo aprobara debe merecer la pena.— sonreí echando el agua en la cafetera y poniéndola en el fuego.

—¿Por qué me has preguntado por las valquirias?— me quedé totalmente perdida entre la constelación de pecas y sus labios carnosos.— Roxy.— sus labios trataron de llamar mi atención, pero perdió su encanto de un plumazo.

—No.— fruncí el ceño.— Roxy no.

—¿Qué te parece Brynja?— la seriedad de la palabra “amor” me dio escalofríos.

—¿Te refieres a... Siv ?— seguía siendo un gran paso.

—Novia...— se quedó pensativo mirando al techo.—No, no creo que vaya a llamarte así aún.

—¿Qué?— me dejó de piedra, era indescifrable.— Haz lo que quieras.— gruñí al oír su risa burlona.— Pero explícame de una vez lo que es una valquiria antes de que lo tenga que buscar en wikipedia.

— De acuerdo, de acuerdo.— se rascó el cuello algo incómodo.— ni siquiera sé si son reales.

—¿Puedes soltarlo sin más?—puse los ojos en blanco ansiosa.

—Las Valquirias son seleccionadas personalmente por Odin,— trató de darme unos segundos para que confirmara sus sospechas, pero ni yo lo creía aún.— eran hermosas y fuertes guerreras con la capacidad de sanar cualquier lesión.

—Eso era lo que pensaba...— mi abuela me había contado lo mismo.

—Ellas elegían a los héroes caídos en batalla y los llevaban al Valhalla donde se convertían en einherjer.— casi no tenía información sobre esto, a mi abuela no le gustaba hablar del Ragnarök, prometió hacerlo cuando fuese más mayor pero no pudo cumplir su promesa.

—¿Estás seguro?— pregunté temiendo que solo se estuviese riendo de mí, no todas las leyendas eran ciertas.

—No estoy seguro, pero creo que hace mucho tiempo las vi.—parecía hablar directamente desde su corazón, no podía estar mintiendo.

Vanhird (Entre Vikingos)Where stories live. Discover now