7. The end

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El barco zarpó a primera hora. Estaba decorado de forma preciosa y los invitados estaban en sus habitaciones, preparándose con ansias para la preciosa ceremonia que se celebraría en un par de horas. Otabek ayudaba a Yuri a arreglarse, el traje especial que le había mandado el príncipe se veía muy incómodo y a esa hora podía morir de frío pero el muchacho no protestaba, parecía un muñeco pues no contestaba ni a las preguntas que el mayor le hacía para tratar de distraerle un poco.

Suspiró de forma audible cuando escucho el "listo" por parte de Otabek y se puso de pie, sintiendo de inmediato sus pies arder. El humano tomó sus manos y les dio un suave apretón, como indicándole que podía llevarlo para que no se lastimara de forma innecesaria, pero negó y dio dos pasos, jadeando por el dolor.

—Yuuri lloró toda la noche —le contó, en un intento por distraerse—. Y Jean no fue a verla.

—Creo que ver a tu esposa casándose con otro debe ser difícil.

—Es tan injusto...no debería poderse eso.

—El rey anuló su matrimonio, escondió toda evidencia de ello y casi se deshace de la pequeña Annie, no pueden hacer nada contra él, nadie podemos o terminaremos en la horca.

—Esto es tan frustrante —las lágrimas de rabia y dolor comenzaron a desbordarse, se sentía pésimo por no poder hacer nada, el príncipe no le correspondería y su amiga estaría infeliz toda su vida.

—Tranquilo, Yura —acaricio sus cabellos y limpió sus lágrimas con cuidado—. Concéntrate en hacer lo que te pidieron, yo te ayudaré, tengo una idea.

— ¿Qué idea?

—Mientras menos sepas, mejor —besó su frente, muy suave, despacio.

Yuri sintió su corazón encogerse y mordió su labio inferior, eso se había sentido como una despedida, por alguna razón.

—Beka, dime que estás pensando hacer, por favor.

—Yo, nada —soltó una risita, inclinándose a besar su frente.

Dejó escapar el aire de sus pulmones y a tientas busco su ropa para que no se alejara, eso se había sentido bien, correcto, tan dulce...Otabek era un muy buen amigo, debía ser por eso.

—Yuuri estará bien, te lo prometo, ella es fuerte e inteligente, sabrá llevar esto.

Sonrió levemente, esperaba que fuera algo bueno. Suspiró nuevamente y asintió tratando de relajarse.

—Vamos, debemos estar en la cubierta pronto o el príncipe se enfadara.

Asintió y le tendió los brazos, sintiendo como era levantado de inmediato y casi sin esfuerzo. Recargo la cabeza del hombro del mayor y a tientas buscó su rostro, como queriendo recordarlo, no le quedaba más tiempo luego de la boda -si es que el plan de Jean no fallaba-.

—Beka, no te pongas triste cuando yo no esté...y...busca a mi hermana para contarle lo qué pasó, por favor.

Otabek suspiró y sonrío aunque no le veía.

—Eso debería decir yo, bebé.

—No soy un bebé —se quejó al solo escuchar lo último.

—Si te comportas como uno, debes ser un bebé, ¿no?

—No, Beka mentiroso.

Se rió bajo y se detuvo al llegar donde todos los invitados, bajándolo despacio para no lastimar sus pies. El príncipe ya estaba en el altar junto a su padre y los músicos ensayaban antes de que la novia llegara a la cubierta.
Yuri escuchaba murmullos por todos lados, parecían hablar sobre algo importante que él no lograba entender pues le mareaba que todo el mundo hablara al mismo tiempo.

The storyWhere stories live. Discover now