Alone together. [3era. temporada]

Capítulo 32. "Querido adiós"

 

La pesadez en mis ojos es bastante, cierro levemente los ojos mientras siento como mi cuerpo se resbala de la incomoda silla, estoy por caer en un lindo sueño hasta el momento que la silla se esucha mover y mi cuerpo cae al suelo. Abro los ojos ante el impacto. Me sonrojo ante la risa de Daniel y me unó a su risa.

-Amor, te dije que podias dormir conmigo- susurra mientras se recorre en la camilla y me da un espacio. Sonrió apenada y me acercó hasta estar a su lado. 

-No quería incomodarte- susurro sobre su pecho que me ha servido de respaldo. 

-Jamás me incomodas Annel- susurra acariciando mi cabello. Lo miró divertida y me regresa la mirada-Te amo- susurra. Trago en seco y mi estomago empieza a revolverse. Mi corazón quiere salirse de su lugar, me sonrojo ante su confesión y lo besó como impulso. 

-Te amo Daniel- admitó sobre sus labios. Me sonríe. Intento besarle de nuevo pero me lo impide. -¿Qué pasa?- pregunto frunciendo el ceño

-Tienes que leer la carta- ordena. Niego con la cabeza y me siento alejando la cercanía de nuestros cuerpos -Oh vamos Annel, pudiste perdonar a Ashton pero ¿a Beatrice no?- pregunta en un tono poco molesto

-No lo entiendes- admito. Aunque en realidad, sus palabras me pesan, porque sé que tiene razón. 

-¿Qué debo entender?- pregunta. Lo miró, su rostro esta rojo de la ira - Si vas a jugar así, entonces deberiamos decirle que tuviste sexo con Luke- admite. Abro los ojos mientras mi boca forma una perfecta "o". -¿Lo ves? No eres tan santa como piensas, sabes que eres la única que la va ha hacer volver y te niegas a aquello. No te conozco- susurra mientras se gira sobre la camilla dandome la espalda. Resoplo. Inhalo y exhalo. Medito las cosas, es mucho que meditar, pero Daniel las ha dicho como si nada, y es que no es tan complicado, sé que debo perdonar a Beatrice pero eso no quita que me sienta traicionada. 

-Lo lamento Daniel, no te enojes conmigo- susurro dando ligeros movimientos circulares en su espalda. -Prometo leer la carta- Daniel se mueve y abre el cajón que se encuentra en el mueble al lado de la cama. De ahi, saca la tan aclamada "carta" y me la entrega. 

-Es solo que, no quiero morir y no despedirme de mi mejor amiga- susurra. Dejo la carta que me ha entregado sobre la camilla y me acerco a él. 

-Daniel, no vas a morir, no ahora- consuelo. Mis manos apricionan  sus mejillas y mis labios se conducen a los de él. 

El beso es lento, nada fuera de lo normal. Su lengua delinea mis labios, jadeo ante su contacto, su lengua entra en mi cavidad bocal inundando todo a su paso. Anhelo con más fuerza mis labios con los suyos. El beso aumenta de velocidad. Mi cuerpo cae recostado en la camilla. Daniel se recarga sobre la camilla con sus rodillas. Jadeo ante el roce de su mano con mi vientre. El beso continua mientras mis manos se conducen a su pantalón, tiró de ellos. Daniel baja hasta mi cuello succionando y mordiendo cada parte de mi piel. Jadeo cuando sus manos se deshacen de mi blusa. Abre los ojos y me mirá. 

-No tenemos que hacer esto- admite. Lo calló con un beso y me mira.

-Hazme tuya- susurró. Daniel sonríe y desliza mi short con una sonrisa malditamente seductora. Su mirada a mi cuerpo envia una descarga de adrenalina y placer. Tiró de su camisa aprovechando nuestra posición. Me mira y ríe ante mi mirada de deseo. Me sonrojo y besa delicadamente mis labios. Las manos de Daniel sueltan el seguro de mi sostén, y masajea lentamente mis senos. -Oh Daniel- jadeo. Mis uñas se entierran en su espalda mientras muerde y besa mi pezón. Muerdo mis labios ante el roce de su miembro con mi anatomía. Daniel desliza nuestra ropa interior y aprovecha el momento para entrar dentro de mi. Su desliz por mi, provoca una ola de placer. Nuestros labios estan en su juego mientras nuestros cuerpos disfrutan de si. 

-No me dejes- susurró sobre su oído. Su cuerpo se estremece un poco pero sigue en un profundo sueño. Giró mi rostro y encuentro la carta aun lado. Trago en seco y miró rápidamente a Daniel. Sonrió. Tomo la carta entre mis manos y respiro profundo antes de abrir la carta. 

"Querida Annel:

Realmente no se como comenzar esta estupida carta. Lamento eso, pero me frusta tanto lo que estamos pasando. ¿En qué momento te imaginaste algo como esto? ¡Nunca! Creo que ni siquiera me imagino escribiendo esta carta para ti, sé que es algo ridiculo, la tecnologia ya nos permite más, pero, honestamente, me voy por la misma razón que te dejo esta carta y no un mail. Espero jamás regresar. No soy tan fuerte como tu, sé que lo aparento pero sabemos que no es así. Si te soy sincera, cuando te fuiste de nuestras vidas, el suicido siempre parecio ser un buen compañero, pero no podía irme y dejarnos así. Necesitabamos un pegamento, pero siempre fuiste tu quien nos mantuvo unidos. Ahora que has vuelto, no veo porque quedarme. No hay nada que me ate aquí. Ashton no quiere cumplir con su responsabilidad, no lo culpo, quizas tiene miedo a que pase lo mismo. Sabemos que no soy buena manejando embarazos, Karla, vaya, me odia, quizas por el mismo motivo. Luke, no puedo seguir aquí pensando que él, se casará y compartirá su vida con alguien que no sea yo, simplemente, termino por romper mi corazón, quizas como alguna vez, yo lo hice. Y finalmente tu, cuando me miraste de aquella manera, supe que había traicionado toda confianza que alguna vez creamos. Y no es para menos tu indiferencia hacia mi persona. Me enamoré del amor de tu vida, te juzque antes de escucharte, y finalmente, cree un fruto que cierra mi ciclo. Lamento todo el daño que te hice, sabes que lo hago. Es por eso que me voy, no puedo soportar más. Soy débil. 

Siempre he querido viajar, ¿lo recuerdas aun? Quizas la aventura me lleve a cosas buenas.

Cuida de Calum, y de Daniel, ellos te necesitan demasiado. Despideme de ellos. 

Ten el valor que no tuve. Esta es mi despedida, espero algún día tu perdón me rodee. 

Eres la mejor amiga que alguna vez pude desear tener. Pero por el momento, nuestros caminos deben ser separados. 

Te quiere Beatrice. 

Ps. Espero si leas la carta."

Las lágrimas de mi rostro hacen sinfonía con los sollozos ahogados de mi alma, las brazos de Daniel me abrazan por la espalda, mi rostro recarga en su pecho. -No volverá- susurró.