Uma

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El día de mi cumpleaños me encontré con la noticia de que mamá me había dejado sola. Me dejo una nota en la mesa de la cocina donde decía que necesitaba salir de la casa y que se iba un tiempo a la casa de mi tía Carla. La tía Carla era una fanática religiosa cinco años mayor que mi madre. Era opresivo vivir con ella y sus reglas pero supongo que mi madre necesitaba eso. No entendía que no pudiera ser libre. Suspire y negué... con una mezcla de tristeza y liberación. Ni si quiera me había deseado feliz cumpleaños, quizás no lo recordaba.

Abrí las ventanas y puse música, limpie la casa, recibí el mensaje de mis amigas de que me preparara para la salida de esta noche. Era la única a la que le faltaba cumplir 21 y lo íbamos a celebrar a lo grande.

A media tarde suena el timbre y el chico de siempre está allí esta vez con flores y una pequeña caja de regalo. Le agradezco dándole propina y me llevo todo a la cocina. Las rosas son preciosas como siempre pero esta vez no tiene nota. Abro la caja de regalo, dentro hay un alargado estuche de Tiffany's y mis manos tiemblan al tomarlo. Cuando lo abro hay una hermosa cadena de oro con un dije en forma de mariposa, me da miedo tocarlo... la mariposa es de oro con pequeñas incrustaciones de diamantes en sus alas. Es simplemente precioso. Tomo la tarjeta, una letra elegante y pulcra dice

Feliz cumpleaños mi bella... B

Acaricio el dije y mi mente vuela de nuevo B... ¿quién eres B?... el tema de que sepa que es mi cumpleaños debería preocuparme pero no lo hace... sea quien sea B está mejorando mi día considerablemente.

Me di una ducha pensando en que me pondría. Sandra me dijo que iríamos a un club exclusivo. Su novio le había conseguido pases VIP para las tres y sus novios pero yo iría sola como siempre. Mi padre había sido tan opresivo y controlador que nunca había tenido la oportunidad de salir de verdad con algún chico. Tuve uno o dos novios en la preparatoria pero todos se cansaban de que nunca pudiera salir o ir a fiestas o simplemente ir por un helado.

Así que poco sabia de hombres en general a excepción de las novelas románticas que leía de contrabando escondiéndolas en el fondo de mi cajón de ropa interior. Las sacaba de la biblioteca las leía en la noche con una linterna bajo mis cobijas y luego las devolvía. Mis sueños estaban poblados de hombres altos, fuertes, protectores y un poco dominantes pero eran solo eso... sueños...

Después de darme una buena ducha elijo un vestido de un solo hombro al cuerpo con un cinturón plateado que llega un poco por encima de mis rodillas. Es lindo, cómodo y tiene unos cortes sexys en los costados que dejan ver mi cintura. Mis amigas siempre dicen que envidian lo delgada que soy , mi madre se había empeñado en darme vitaminas y hacerme comer de más pero nunca engordaba. Además mi altura de 1,80 me hacía poco elegible para los pocos hombres que conocía ya que eran mucho más bajos que yo y además en los círculos en donde me muevo la mayoría de los hombres son homosexuales, excelentes amigos y partners para la danza pero no para pareja.

Maquillo mis ojos pero dejo mi boca con un brillo desnudo, es demasiado ancha para mi gusto y demasiado maquillada no me gusta.

Sandra me avisa en el teléfono que están afuera y tomando mi cartera salgo.


Oscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora