Uma

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Después del ataque Byron había insistido no solo en ponerme una discreta custodia, sino también en que por seguridad y hasta que supieran algo del atacante me quedara aquí en su casa. La idea me hizo sentir algo incomoda porque estaba demasiado acostumbrada a mis horarios pero él me aseguro que aquí podría hacer lo que quisiera en donde quisiera incluso mando a acondicionar un salón vacío para que yo pudiera practicar baile allí. Para cuando estuve recuperada de los golpes unos días después el me mostro el salón. Era una habitación muy luminosa, le habían colocado espejos en las paredes laterales que reflejaban la luz de los ventanales y barras de práctica junto con un moderno sistema de sonido.

_ Esto es demasiado Byron no debiste tomarte tantas molestias solo estaré aquí poco tiempo_ digo mirando todo con cautela.

_ no importa si es un a hora un día o un mes, quiero que sientas este lugar como tu lugar y que practiques cómoda_ dice abrazándome por detrás y besando mi cuello. Luego me muerde suavemente el punto entre mi cuello y mi hombro haciéndome temblar_ te deseo tanto... pero no quiero tocarte hasta que tus heridas estén mejor..._ susurra en mi piel. Me doy vuelta y o beso profundamente. Puedo sentir su erección clavándose en mi vientre tan dura como el hierro y siento que estoy húmeda entre mis piernas.

_ hazme el amor B..._ susurro en su boca y no tengo que rogarle, él me toma de las caderas y enreda mis piernas en su cintura, camina conmigo mientras besa mi cuello y llegamos a su habitación. Como siempre el venera mi cuerpo haciéndome sentir en el paraíso en cada segundo.

Al otro día me despierto relajada con Byron enredado en mi cuerpo. Me sostiene como si tuviera miedo de que escapara en medio de la noche. Dormido se ve más joven... su rostro esta relajado y respira tranquilamente por la nariz, es un hombre hermoso. Con ciertos rasgos duros pero que lo hacen aún más tractivo. El parece presentir que estoy despierta y abre sus ojos somnolientos. Por primera vez noto que hay notas grises en su azul profundo. No decimos nada... solo nos quedamos mirándonos un momento. Luego él se acerca y me besa despacio. Aún estamos desnudos y nuestros cuerpos se tocan suavemente. Él se coloca sobre mí y se desliza naturalmente dentro de mi cuerpo haciéndome gemir. Une nuestras manos sobre mi cabeza y no deja mis ojos un segundo mientras se mueve lentamente haciéndome gemir de placer. Así despacio, lento, tierno, suave se adueña de mi cuerpo y de mi alma en cada latido. Nuestras manos entrelazadas con fuerza, nuestros ojos encontrándose en cada movimiento, nuestros gemidos mezclándose en el aliento del otro... y es el momento en que Byron cambia mi alma y se adueña de mi corazón... 

Oscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora