Capitulo 2. Demaciado

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La observo siempre que puedo, siempre que este cerca de mi es un placer inspeccionarla. Y no. No soy un maldito acosador, eso es de psicópatas.

Sólo... Me gusta verla.

Y es que no puedo creer todo ese potencial de belleza reunido solo en un cuerpo.

Esa peculiar nariz pequeña, y esos himnotizantes ojos marrones. Se que tiene una debilidad, y esa es ayudar a niños en situación de calle. Ya que organiza eventos para poder brindarles alimentos y colabora con comedores de la zona con ayuda de su madre y padre.

Ves a una chica como ella y en lo único que piensas es en que sólo se interesa por su imagen, vestirse bien y salir de fiestas, pero no es así, o al menos, no toda su personalidad.

Claro que no soy el único en notarlo. Tiene chicos detrás de ella como tantos cabellos en su cabeza. Realmente, no necesita hacer nada más que sonreír para robarte aunque sea un atisbo de sonrisa.

En cuanto a amigas, tiene por doquier. Aunque no son realmente muy amigas, ya que la mayoría del tiempo sólo están adulando lo bien que se ve.

Realmente no sabes muy bien en que humor esta Lucy, ya que un día puede sonreír y al siguiente permanecer alejada de todo, manteniendo esa misma sonrisa.

Estoy cansado de observarla a lo lejos, pero Dios sabe lo difícil que se me hace hablarle más de dos oraciones juntas.

— ¿Quieres acercarte o permanecerás allí todo el día? — Frunci el ceño.

No había levantado su vista del libro, ¿Cómo es posible que me halla visto? Y si... ¿En realidad se refería a mi? ¿O a alguien más? ¿Debería preguntar?

— Zeed, estoy hablando contigo.

Tragué duro, ella si sabía mi nombre. Me observó entre los libros. Y me sentí mentalmente idiota por estar espiandola detrás de una columna de libros en la biblioteca, mientras ella leía tranquila en una de las mesas.

— Lo siento... — Murmure tomando un libro también. Lo abrí y fingi leer antes de que pensara que la observaba, aunque la segunda era la correcta.

— No te disculpes, es lo menos que la gente hace... — Cambió de página.

— ¿Se esconden a menudo? — Me noté bastante sorprendido, para que no notara que yo soy uno de esos.

— A veces, si. Otras sólo te observan indiscriminadamente sin importarles nada...

— No es para menos... — Sus ojos se clavaron en los míos cuál estacas.

— ¿Perdón?

— Oh... disculpa... es decir, que tú eres tan... — Iba a decirle lo hermosa que era, pero las palabras simplemente no salieron de mi boca.

— Tan... peculiar. — Rodeó los ojos.

— Claro que no, eres muy especial... sobresales del montón y por eso te persiguen a ti... — No contestó.

Parecía muy concentrada en ese libro como para prestarme atención a mí.

Me fascina verla mientras lee. Tiene un pequeño tic nervioso que hace que muerda su lengua en momentos de extrema concentración.

— ¡Vicky! — Oh no. Lincoln.

— Andrew... Creí que no vendrías... — Se notó sorprendida. El chico beso sus labios con fuerza, un tacto algo brusco para con una dama. No lo apruebo.

— ¿Qué haces leyendo aquí con este idiota? — Si. El típico chico matón a cuál todos le temen. Me ah golpeado tantas veces que perdí la cuenta ya.

— Sólo estábamos leyendo... ¿Qué quieres? — Volvió su vista al libro, restandole importancia. El cerró este con un brusco movimiento.

— Tenemos una fiesta en casa.

— Oh, la había aliviado...

— Bien, vámonos. — Tomó su mano y por poco tomó el libro de la mesa antes de seguirlo.

— Oh aguarda... — Voltee a verla. — ¡Te estaremos esperando, Zeed! — Gritó antes de desaparecer por completo.

Estaba convencido de que no sería conveniente ir a esa fiesta, por más de una razón.

La primera es que no bebo alcohol, y es inútil ir a una fiesta de preparatoria sin beber algo de alcohol. La segunda es que de seguro me golpearian si están ebrios los amigos de Lincoln. La tercera es que Lucy estaría en una habitación con él y no tendría nada que hacer allí. La cuarta es por la simple razón de que no conozco donde es el lugar y que no tengo amigos para ir.

Tomé mi libro al darme cuenta de que era imposible concentrarme. Me eleve y camine hacia la salida. Observé un espejo justo en frente de mi, mientras le enseñaba mi pase a la secretaria para poder irme.

Me observé atentamente, y caí en cuenta de que lucía como todo un nerd.

Lentes de pasta y cabello aplastado, uso camisas y swetters arriba, pantalones algo arremangados y zapatos de cuero. Sumen eso mas un libro de gran tamaño bajo el brazo y tendrán la respuesta a sus problemas de soltería.

Obviamente, ella y yo no podríamos ser una pareja creíble. Y claro, como puede necesitarme a mi teniendo al señor Andrew Lincoln  en su poder.

¿Quién necesita cerebro cuando se tiene belleza para regalar?

Eh oído que él la engañó más de una vez con una de sus compañeras de porristas. Pero de verdad jamás pude preguntarle. Supongo que simplemente será una de las preguntas que jamás le hice y jamás le haré.

Observé mi reloj de bolsillo, salí de ese horrible espejo y camine hacia mi empleo.

¿Qué creían? ¿Qué no trabajaba y que sólo me encargaba de ver en la distancia a una chica? ¡Claro que no! Obviamente, como cualquier chico de veintiún años, tengo un trabajo digno.

Una pizzería no es el mejor de los lugares, pero me permiten comer toda la pizza que pueda y eso es genial.

Mi madre es la supervisora de ese lugar, y por eso tengo un reemplazo siempre que lo necesite.

Delantal, gorra y una agradable sonrisa. Nuestro lema es: «Lo hacemos sonreír, ¡o le devolvemos su dinero!

Además de la presión de querer enamorar una chica que no te da a penas la hora, también tengo la presión de hacer sonreír a cada uno de los clientes.

¿Tienes idea de lo difícil que es hacer sonreír a una persona cuyo día es horrible?

Escuela, parciales, mi madre, las malditas sonrisas, Lucy y su novio abusivo... es demasiado para un simple chico como yo.

Hey hey! Hola :)

Comenzaré a actualizar día por medio quizá, ya que estoy en curso con otras novelas. De paso, los invito a pasar por ellas e investigar :)

Heladito 😘

Mi Chica Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora