Introducción

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Esta es una historia que, como ya debe preverse, llegó a mi mente escuchando la canción del mismo nombre, Into you.   Los personajes, (su mayoría), pertenecen a J.K Rowling y yo solo me divierto escribiendo con ellos.

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La idea desde un principio parecía descabellada, una completa locura. ¿Cómo se había dejado llevar por eso? O, mejor dicho, por él. Usualmente, tratándose de cuestiones que lo involucraran tendía a ser frágil en su voluntad.

Tantos años sin una pista que la llevara a pensar que algo como eso se desencadenaría... La cordura y racionalidad que tanto asociaban a ella parecían haberse esfumado llevándola al límite, dividida entre dos partes de sí misma que le suplicaban hacer cosas completamente distintas.

Dos opciones. Continuar su vida tal y como la conocía, siendo la persona que creyó estar satisfecha de ser, o arriesgarse y luchar para conseguir lo que realmente deseaba.

Inquieta y nerviosa, Hermione se removió en su mullido colchón, sin obtener la clase de calma que buscaba, de modo que, hastiada, apartó las sábanas que la cubrían con el brazo. Estaba segura que ya no podría volver a dormir y ciertamente tampoco quería hacerlo, su mente parecía empeñada en convertirse en su peor enemiga en los momentos menos adecuados.

De todos modos, todavía era demasiado temprano como para levantarse. Tal vez, podría apresurarse y esconderse en la biblioteca durante todo el día, en su sitio seguro, el lugar en el que sabrían que estaría, pero nadie se animaría lo suficiente como para molestarla. Sí, un plan que habría resultado una maravillosa idea de no ser porque él contaba con ese maldito mapa, el mismo con el que la encontraría en cualquier rincón del Castillo al que se le ocurriera ir, sin oportunidad de escape.

¿Cómo se suponía que lo evitaría entonces?

Frustrada, en medio de la penumbra, buscó con la mirada el reloj al lado de su cama. Era demasiado temprano para iniciar el día y no parecer alguna clase de maniática, muy pronto para seguir con su vida.... Con su huída.

De haber sabido en lo que se convertiría su vida en cuestión de tan pocos meses, yendo en picada en segundos, se habría reído por lo ridículo que resultaba semejante idea. Pero así, sin previo aviso, todos los cimientos de su mundo y su metódica vida, se habían tambaleando hasta caerse a pedazos.

Tal vez, si fingía estar enferma por el tiempo necesario y no salía de su habitación funcionaría. Probablemente y sólo entonces, él no la buscaría y ella tendría más tiempo para buscar una solución adecuada.

Merlín, ¿Desde cuándo era tan cobarde?

Quiso convencerse de que no lo era, de que, de haberse tratado de cualquier otra persona en el mundo, habría podido enfrentarlo todo con la valentía necesaria, sin titubear. Pero esto no se asemejaba a nada que hubiese esperado antes.

Resignada, volvió a repasar en su mente todo lo que había hecho hasta ese momento, o más bien lo que habían hecho juntos, se recordó. No era la única culpable en aquel embarazoso embrollo.
Cada que intentaba dar sentido a todo aquello que la llevó a terminar tan llena de incertidumbre volvía al mismo lugar. Eso, que tanto le había arruinado la vida como la mejoró a niveles colosales, incluso al hacerla sentir miserable.

Por mucho que lo pensó, no conseguía arrepentirse del todo, pero, ¿Qué haría ahora?

Ya no se reconocía y, si era sincera, no era un cambio completamente desagradable. Seguía siendo Hermione Granger después de todo, la bruja más brillante de su generación, la clase de persona con la que la mayoría habría acudido tratándose de un dilema difícil de resolver, pero realmente era... Una farsa.

¿Y qué si no quería una verdadera solución a su dilema?

Tratándose de la mente, quería creer que era todo lo que las personas decían acerca de su inteligencia, su gran capacidad de razonamiento y su talento con la magia, pero en asuntos del corazón... Siempre fue tan torpe e inexperta.

Su comportamiento estaba terriblemente mal, lo sabía, pero se sentía tan fresca y viva cuando sus encuentros sucedían, cuando lo veía, mostrándose tan ansioso como ella por reencontrarse, sin molestarse en ocultar aquellas miradas indiscretas, porque cuando él la tomaba en sus brazos y sus labios se unían, con un fervor nunca antes experimentado, sentía que él era capaz de llevarla al paraíso y de regreso con tan solo sentir su aliento fundiéndose con el suyo.

Creyó conocerlo tanto, siempre dando por hecho su presencia en su vida, que jamás se tomó el tiempo necesario para darse cuenta que no solo era la imagen idealizada que creó en su mente. Que el cariño que siempre catalogó de fraternal, tenía muy poco de eso, no una vez que pudo verlo como lo que era, la clase de hombre que habría hecho temblar sus piernas con una sola mirada.

Pero debía frenarlo, sin importar cuanto deseara caminar a su lado hacia el infierno y, si deseaba expiar sus pecados, era su deber encontrar una solución y alejarse antes de que fuera muy tarde.

La parte egoísta de sí misma, consumiéndola lentamente, no quería hacerlo, no importaba cuánto se esforzara, él estaba dentro de su corazón, en cada fibra de su ser, en cada célula de su cuerpo que imploraba su toque... En todo y en nada. Y, si él quería esto tanto como ella, lo seguiría al infierno y ardería en el gustosamente si él le prometía permanecer a su lado.

Después de todo, no tenía caso fingir que Harry Potter no era todo cuanto deseaba.

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Into you  (Harry Y Hermione) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora