Capítulo 14

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Definitivamente no es el alcohol lo que provoca esto. Jennifer parece leerme el pensamiento, porque me acaba de mandar un mensaje que dice:

Al final va a resultar que el tequila no es el que besa tan bien. Mañana lo hablamos, ¿vale? Te quiero. 

Me echo a reír como una loca, ahora mismo toda yo irradia felicidad. Tengo ganas de volver a verla, no puedo esperar hasta mañana. Tengo un montón de preguntas y estoy muy confusa con todo esto, pero estoy segura de una cosa: me he enamorado completamente de ella. Dios, la quiero.

Entro en casa y me preparo la cena, sin estar realmente en este mundo. Estoy flotando en algún lugar lejos de aquí, un lugar hecho de vainilla. No tengo ni idea de lo que va a pasar ahora, pero si es con ella me da igual, porque ahora mismo nada en mi vida es mejor que el modo en el que ella me hace sentir. Me acuesto en la cama, aún con la sonrisa grabada en mi cara, y me duermo al instante.

Me despierto, y la felicidad me envuelve. Me muestro muy amable con todo el mundo, y hasta mis padres están extrañados. Tengo muchas ganas de quedar con Jennifer esta tarde, y hablar de lo que está pasando, y besarle. 

Cuando llego a su casa está allí, esperándome. Me recorre otra vez esa familiar sensación por todo el cuerpo cuando me mira con esos ojos tan profundos, y me lanza su sonrisa prepotente. Me muerdo el labio, nerviosa. Me acerco a ella, y le doy un beso rápido en los labios. Se me queda mirando con una sonrisa durante unos segundos.

-Vamos, que hoy quiero enseñarte algo. - Me coge de la mano, y empezamos a andar hacia las afueras del pueblo. ¿Qué querrá enseñarme? Por el camino, empieza a hablar.

-¿Qué nos está pasando, Em?

-No tengo ni idea.

Seguimos caminando en silencio cogidas de la mano, aunque eso ya lo hacíamos antes de que todo esto pasara. Ya hemos salido del pueblo, y ahora estamos andando por un camino de tierra, y el campo está a nuestro alrededor. Al final del camino hay un roble con el tronco muy grande. Cuando llegamos al árbol nos detenemos, y Jennifer me suelta la mano.

-Este era mi escondite de pequeña. Me solía escapar de casa y venir aquí cuando estaba enfadada con mis padres - me río al pensar en una pequeña Jennifer trepando por estas ramas tan fuertes.

-Es precioso. - Nos quedamos mirándonos la una a la otra, sin decir nada, otra vez. Respiro hondo, y me siento en una de las raíces del árbol. Me sorprende lo cómoda que es. - Mira, yo no sé lo que va a pasar, pero sé que contigo estoy mejor que sin ti. - Miro al suelo, y me muerdo el labio. - Quiero estar contigo, con o sin tequila, Jenn.

Ella se sienta a mi lado, y me levanta la barbilla para mirarme a los ojos. Su mirada es tan profunda que me podría perder en ella para siempre. Nos rodea una gran tranquilidad, y lo único que se oye son las hojas del gran árbol bailando al son del viento. 

-Yo también quiero estar contigo, con o sin tequila. - Me dedica una sonrisa, y luego se la devuelvo. Me pasa la mano por el pelo, y me acerca a ella para darme un beso largo, lleno de sentimiento, y yo me quedo aturdida. Se aparta unos centímetros, y me mira a los ojos - Te he echado de menos.

Nos recostamos en el tronco del árbol y yo me apoyo en su hombro, mientras que ella pone su brazo a mi alrededor. Le cuento mi visita a la ciudad, y le hablo sobre todos los sitios en los que me he mudado. Pasamos una tarde estupenda, riéndonos de cualquier tontería y, sobre todo, estando juntas.

-Tendríamos que volver ya, se está haciendo de noche - Jennifer se incorpora, y me levanta de un estirón, de modo que caigo bruscamente sobre ella, y me da un beso con lengua, dejándome mareada.

-Bueno… Podrías quedarte a dormir a mi casa - le dedico una mirada pícara, y le doy otro beso.

-Vaya, vaya. ¿La primera cita sin alcohol y ya me quieres llevar a la cama? - Nos reímos juntas, y me da otro beso. Nunca me cansaré de sus besos. La verdad es que me muero por besarle el cuello, y bajar por su escote lentamente, y… - De todas modos no puedo, hoy es el cumpleaños de mi padre, y tenemos que cenar todos juntos.

-Podría… - le rodeo por la cintura y la estrecho contra mí - colarme por tu ventana sin que nadie me vea - le recorre una sonrisa cómplice por la cara, y yo se la devuelvo. Me encanta estar con ella así.

-Me parece… - me da un beso, y noto su sonrisa - muy sensato.

Volvemos al pueblo cogidas de la mano, disfrutando la una de la otra. No voy a colarme por su ventana esta noche, aunque me muero por pasar una noche con ella, en una cama. El pensamiento me hace sonreír. Cuando llegamos a su casa hay gente por la calle, y sé que no me va a dar un beso en los labios. Me rodea el cuello con los brazos, y me da un beso en la mejilla, y luego me clava los dientes, provocándome. Luego se aparta y me dedica su mejor sonrisa.

- Ha sido una tarde perfecta, Emma. Buenas noches.

-Buenas noches.

Y desaparece por la puerta.

The way I feel about her. (Parte 1)Where stories live. Discover now