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Thomas


Me muevo entre las suaves sabanas que cubren mi cuerpo. Siento mi cuerpo muy relajado y descansado, al parecer dormí muy bien, de repente flashes de lo sucedido vino a mi mente. Al parecer desmayarme se esta haciendo una costumbre como así despertarme en la cama de Max aunque mire bien alrededor mio y note que no estaba en la habitación de Max, sino en la mía.

Salí deprisa hacia la puerta y corrí escaleras abajo, allí me encamine a la puerta pero estaba cerrada con llave.

—Buscabas esto. Levantó las llaves Ariel en la puerta de la cocina mientras me miraba de una manera molesta aunque sabía que era fingida porque la alegría de sus ojos era muy difícil de borrar.

Sin importar eso corrí hasta donde él estaba y lo abrace con todas mis fuerzas hasta que oí un leve quejido.

—Si haces eso no podre seguir enojado contigo, tramposo. Me recriminó con su aún fingida molestia.

—Vengan a desayunar ustedes dos. Gritó Arturo desde dentro de la cocina.

Entré obediente y el aroma a tocino frito con huevos llegó a mi nariz. Todo olía totalmente delicioso, me senté como acostumbraba en mi antigüa casa entre Arturo y Ariel.

—Toma, estuvo sonando desde ayer y lo apagué. Me dijo Ariel pasandome mi teléfono por sobre la mesa.

Lo tomé y lo prendí, casí se cae mi mandíbula al piso al ver la cantidad de llamadas y mensajes que tenía, en total 135 llamdas y casi 300 mensajes de Max. Diós, debe estar muy preocupado por mí, levante la vista y noté como ambos me veían atentamente.

—Tenemos que hablar Thomas y tienes muchas cosas que explicar. Dijo con voz seria Arturo.

—¿Qué hacías en una manada de hombres lobo? Cuestionó Ariel a mi lado ansioso como siempre.

—Estaba con Max. Respondí, bajando la cabeza avergonzado.

—¿Cómo llegaste allí? Inquirió ahora Arturo. Yo solo moví mi cabello para que viera la cicatriz del golpe en mi cabeza y luego levante la remera que traía para que también vea la que había en mi pecho, gracias a dios y a los cuidados de Mike ya estaban mucho mejor.

—¡Por Dios! ¿Qué te sucedió? ¿Te hicieron algo? Dijo muy alterado Ariel a mi lado a lo que yo rápidamente negué.

—Él me salvo la vida, fue mi culpa caer por unas rocas en un descuido cuando fui a un arroyo  a nadar. Dije apenado recordando ese momento.

Suspiraron de alivio y me abrazaron los dos a la vez con todo el cariño que me tienen.

—No vuelvas a desaparecer o preocuparnos así, eres nuestra familia y nos importas demasiado. Expresó Arturo con la voz cargada de ternura.

Me límite a asentir para dejarlos mas tranquilos, luego de terminar ese hermoso abrazo me dispuse a seguir desayunando en una amena compañía.
Agarré mi móvil y decidí escribirle por Whastsapp a Max.

Buen día, perdón por no  contestar pero Ariel tomó mi teléfono y lo apagó.
7:36 am

Diós, Thomas. Casí me matas de un susto, ¿cómo estas? ¿Te hicieron algo? ¿Dónde estas que voy por tí ahora mismo y desgarraré la garganta de ese idiota que se atrevió a besarte y largarse contigo en la nada sin siquiera dignarse a dejar que me despida de ti.
7:37 am.

Sonreí como un bobo al leer todas las cosas que me puso en un solo mensaje, se notaba que se preocupó por mi y que me quería. Además que en los pocos días que estuve en su casa demostró ser muy posesivo y celoso con respecto a mí. Mike me explicó que para un lobo es normal ser así cuando no hay una relación establecido y el lazo de unión de "débil" por lo que hasta que ese hilo que nos une no se fortalezca el seguiría actuando de esa manera.

Ni se te ocurra tocarles un pelo. Lo quiero demasiado para dejar que lo dañes y el nunca me haría daño. Estoy bien, acá en mi casa desayunando con él y su padre, Arturo. ¿Y tú?
7:39 am.

¿Lo quieres demasiado?
7:40 am.

Si, ¿por?
7:41 am.

Seguí desayunando al ver que Max no me contestaba después de ver el mensaje, de pronto quise saber más acerca de las parejas destinadas de los hombres lobos. Yo solo sabía lo básico, que un lobo se puede enamorar verdaderamente de su pareja y ser inmensamente feliz junto a esta y que si esta la rechaza podían morir de la tristeza o quedar loco.

—Arturo, ¿Qué sabes acerca de las parejas destinadas de los hombres lobo? Le pregunté con fingido desinterés a lo que él solo me miro tratando de analizar el transfondo de mi pregunta.

—Pués que son muy importantes para ellos encontrar su pareja destinada, que no importa si resulta ser hombre o mujer su pareja sino lo que representa para ellos. Una pareja destinada es tú otra mitad, la mitad que no tienes y que te llena, si dos humanos se aman no sucede nada extraordinario que no sea ese amor y ese mismo amor los une, pero es cambiante, pero si dos lobos son parejas sus emociones se multiplican por mil, ese amor es solo para su pareja y nadie más. También se que son territoriales, marcan a su pareja con una mordida para que nadie más se acerque a ellos. También se que sus parejas pueden ser humanos o de otras especies de seres.

Todo eso me explicó tranquilamente Arturo terminando de desayunar al igual que Ariel. Yo aún tenía un poco de comida en mi plato por haber prestado toda mi atención a escucharlo.

—¿Por qué el interes en eso Tom? Me cuestionó Ariel.

—Soy la pareja destinada del próximo Alfa de la manada de este pueblo. Respondí tranquilo.

Oí el plato caer contra el piso de la cocina y acerce añicos. Ví a Arturo mirarme asombrado al igual que Ariel.

—¿Estás bromeando? Dijo Ariel con bastante asombro.

Yo solo negué y los ví atentamente de una manera seria tratando de mostrar la honestidad de mis palabras, Arturo suspiró y me miró atentamente mientras que Ariel sonrió con burls.

—¿Cómo se llama? Dijo Ariel abrazandome de repente.

—Max. Sentía el rubor en mis mejillas.

—Así que es un chico. Mencionó Arturo.

—Mira nada más, ¿era él quién llamó tantas veces? Hablo Ariel a lo que yo solo asentí en respuesta.

—Pues tienes que traerlo a la casa para que lo conozcamos, sabes que cualquiera no puede andar contigo, aún si son parejas destinadas o cualquier otra cosa. ¿sabe sobre ti o el collar? Indagó Arturo alarmado a lo que yo negué con la cabeza.

Me agradaba la protección de Arturo hacia mí, no me imponía ordenes sino que me aconsejaba a tomar acciones. Era lo mas cercano que siempre tendré a un padre al igual que Ariel; él es y será siempre mi mejor amigo y hermano.

—Llámalo e invitalo a cenar esta noche. Me pidió Arturo a lo que volví a asentir.

Tomé el celular y vi nuestra última conversación y noté que aún no me había contestado. Qué raro. Pensé que contestaría rápido, decidí llamarlo pero para mi mala suerte no me contestó y me mandaba directo al buzón.

—¿Pasa algo? Dijo Ariel a mi lado.

—No me contesta y al parecer tiene el celular apagado. Le expliqué.

—Seguro está ocupado. Justificó Arturo lo que podría estar pasando a lo concorde un poco dudoso.

Quizé creer que era eso y nada más pero algo muy dentro de mi me decía a gritos que algo andaba mal con él. Suspire, siempre mis presentimientos se hacian realidad y por segunda vez deseaba que no sea así, la última vez que sentí esto fué cuando mi abuela murió.
No quería que nada malo le pasara a Max, lo ¿queria?

Forever© (Edición Y Redacción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora