Las Opciones

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-A ver jovencito, vamos a empezar por que me digas tu nombre.

Dudé unos segundos antes de decirselo; no confiaba nada en aquel secuestrador.

- Me llamo Robin.

-Vale Robin, pues escucharme un segundo si te quieres ir de este infierno; todos hemos pasado por esto. Solo me tienes que dar una respuesta y todo esto se acabará de una vez por todas, vale?!

A decir verdad, ese hombre no tenia pinta de ser malo, mas bien tenia pinta de estar hasta la gorra de decir todo lo que me estaba diciendo; como si fuera su rutina. Además, tampoco tenía pinta de ser muy fuerte, con el poco músculo que poseía! Pero, ahora mismo no tenía muchas fuerzas para enfrentare a él.

-Déjate de rollos y dime ya lo que quieres ofrecerme- dije con una voz severa.

-Tienes tres posibles opciones: la resurrección (que estoy seguro que ya sabes lo que es), el juicio de la Maat, o bien, la búsqueda del Sejm. Aunque a decirte verdad, nunca nadie en mil años a logrado la tercera opción- dijo con una risa discreta.

A mi no me hacía ninguna gracia, al contrario, cada vez me daba más mal rollo todo aquello.

Como veía que no estaba entendiendo nada, el extraño se sentó al lado mío con un gesto de incomodidad, como cuándo una persona mayor intenta agacharse. La verdad es que me estaba costando mucho adivinar su edad; ya que su deterioro fisico no ayudaba. Debia tener unos setenta y muchos, pero parecía tener muchos más. Fijó un punto de la pared rojiza situada frente a nosotros y dijo con un tono más próximo y sereno.

-Mira, el  limbo es como una estación, un lugar de paso, y tienes que decidir que tren coger.

 Respiré profundamente, todavía me resistía a aceptar que estuviese muerto, es decir, como podía vivir estando muerto?? Decidí dejar de pensar en ello ya que me estaban empezando a rondar por la cabeza ideas espantosas, y decidí averiguar algo más sobre ese lugar.

-Y donde estamos, en una dimensión paralela?! -dije yo con un tono sarcástico- o en otro mundo?! Venga ya! Estas como una cabra! Lo único que quiero es saber como salir de aquí y como te las has arreglado para montar tu solito todo este tinglado- exclamé contemplando el vacio debajo de mis pies.

Karl hizo ver que no había oído nada y continuó:

-Pon que la tierra es plana, pues imagina que debajo de la capa de la tierra hay una capa infinita, invisible para los humanos, un poco como una dimensión paralela- dijo haciendo gestos con las manos- pues así es el limbo, pero esto solo es la recepción; cuando decidas que vas a hacer, te llevaré a las otras salas, mas amistosas, por cierto- dijo mirando con desprecho las paredes rojizas.

Solté una risita histérica, a la cual Karl respondió negando con la cabeza, se levantó y se sacudió los pantalones.

-Mira chico, lo mejor será que te deje solo un rato para que lo asimiles todo, volveré de aquí unos minutos- dijo dirigiéndose hacia la parte más oscura de la habitación- Me voy a hacer papeleo.

Se camufló en la oscuridad hasta que mi vista ya no logró identificarlo. Ya no lo volví a ver. Había desaparecido!







Crónicas De Mi MuerteWhere stories live. Discover now