Desde que llegó, todo le hizo sentir pequeña. Un planeta gigante, ciudades gigantes, gente gigante. Un cielo y estrellas más grandes de lo que jamás pudo imaginar. Torres que llegaban al cielo y plantas que se enredaban en ellos. Solo un simple paseo servía para llenar la cabeza de sueños enormes. Pero ella era pequeña. Ella no podía llegar a tocar las estrellas, pero no se desanimó y comenzó a construir su propia torre. Quería que fuera más grande que ninguna. Poco a poco, como las hormigas, fue consiguiendo los recursos y su construcción fue subiendo a grandes pasos. Las personas de aquel extraño lugar, que nunca la habían visto o preocupado por ella, la vieron. Y no les gustó nada su torre. Ella, que nunca había tenido problemas con ellos, no entendía el por qué intentaban sabotearla. Le caían rocas, se le deshacía la torre. La guerra sucia no entiende de normas o personas. Y fue así como, a base de repetirle lo pequeña que era y que nunca llegaría a nada, la gigante mujer se creyó más pequeña que nadie y jamás volvió a intentar a ser grande.
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Inktober 2017, de La Maldición del Escritor.
RandomEs la versión en minirelatos del apodado "Inktober", propuesto por el proyecto de La Maldición del Escritor. No sé la frecuencia con que lo subiré, pero lo haré. Cada capítulo equivaldrá a un relato. Muchas gracias.