Extra: Tatuaje

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Al llegar por fin al apartamento, Kara-chan sintió un fuerte aire de cambio. ¿Es esto lo que llaman "libertad"? En caso de serlo, ahora entiende por qué la gente la añora. Al ver el enorme espacio vacío, fue cosa de instinto caminar hacia el centro de lo que sería la sala, extender los brazos y gritar "Welcome Home".

—Te gusta, ¿no es así? —preguntó Karamatsu-san, al ver al otro tan feliz de estar finalmente en su propio lugar.

—Como no tienes idea, honey —exclamó Kara-chan, tirándose a los brazos de su alter yo, su esposo simbólico.

—Good to know, my Darling. Será mejor que empecemos a hacer planes para reformar este lugar, así lo podremos hacer totalmente nuestro —le dio un beso en los labios al otro, para seguir metiendo las pertenencias de ambos en la casa.

Siguiendo la recomendación de Kara-san, Kara-chan recorrió el nuevo departamento, habitación por habitación. La cocina era bastante amplia, sin duda sería un lugar excelente para que preparara deliciosa comida para ambos, y emprendiera su idea de negocio culinario —aun cuando no se figuraba exactamente cómo hacerlo. La sala, tenía una acústica excelente. Si sólo colocaban un sofá y una televisión con su equipo de sonido correspondiente, sin duda sería como tener una sala de cine.

Pero la mejor idea de remodelación la tuvo en cuanto llegó a la habitación destinada a ser su dormitorio. Tal vez no era tan grande como los otros cuartos, pero para Kara-chan eso estaba más que bien. Le daba un aire cálido y cómodo. Era definitivamente un lugar perfecto el que tenían ahora, y pensaba hacerlo auténticamente su hogar de ahora en adelante.

—No más futones incómodos —dijo Karamatsu-san, en la noche tras haber colocado como se debe la cama. Una base de madera y un colchón muy grande, ya tendido con cobijas y demás.

Se tiró entonces en la cama, estirándose al tener por fin una cama como dios manda. Kara-chan se recostó a su lado también. Se sentía como en un sueño, todo era tan perfecto.

La noche llegó pronto, y era momento de tomar un baño. Ambos decidieron estrenar juntos la nueva bañera, suficientemente grande para ambos. Tras llenarla de agua caliente —a tal temperatura que soltaba un cálido vapor apenas estuvo lista—, entraron juntos a la misma.

Era en esos momentos cuando Kara-chan pensaba en solamente una cosa. Ese tatuaje de tigre. El ex yakuza sin duda hizo una excelente elección con él, pues no sólo podía intimidar apenas verlo, sino también hacía correr la imaginación del otro. De repente, imaginaba el sexo viendo ese precioso tatuaje. Empezaba a imaginar la forma en que, seguramente, la forma en que la espalda de Kara-san se arquea al penetrarlo, haría que el tigre pareciera que estuviera por saltar de su espalda furiosamente. Le excitaba imaginar cómo se verían los hombros de su pareja al sostenerse en la cama. Si de por sí, sus fornidos brazos ya se veían suficientemente irresistibles al estar lado a lado de él al momento,

—Kara-chan, ¿pasa algo? —preguntó Kara-san, al ver la repentina mirada ausente de su esposo, a lo cual el mencionado sacudió brevemente la cabeza.

—Oh, no es nada, my honey. Sólo estaba absorto en un delirio personal —se excusó el otro, a lo cual Kara-san, al deducir qué era lo que imaginaba, se le acercó al oído.

— ¿Por qué no me cuentas un poco de ese "delirio personal"? Me encantaría saber si puedo hacer algo para hacerlo realidad.

Fue inevitable que Kara-chan se sonrojara. Pero fue en ese momento de mayor conciencia, que vio el inconveniente de su fantasía.

Karamatsu-san nunca le daba la espalda a Kara-chan.

—Es un enorme problema, entonces —Kara-san dijo, pensativo, ya estando fuera de la tina, secos, sobre la cama. En verdad era un enorme problema el que enfrentaban. Para empezar, apartando la imposibilidad física de que pudiera darle la espalda mientras tenían relaciones, porque hasta día de hoy, cualquier cosa que Kara-chan desee, el ex yakuza hace lo imposible para cumplirlo.

[BL] Reflejo Desconocido [COMPLETA]Where stories live. Discover now