¿Me lo prometes?

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Siento una presencia a mi lado, y unos brazos al rededor de mi cuerpo, abro los ojos y me encuentro con Fede acostado a mi lado rodeando mi cintura con sus brazos.

¿Cómo llegó aquí? En la noche no estaba aquí.
Volteo la vista a mi mesita de noche, son las 6:45 de la mañana.

Sacudo a Fede.

-Oye.

Se remueve un poco, abre los ojos poco a poco y después me ve.

-Buen día.
-¿Cómo llegaste aquí?
-Ayer te estaba extrañando mucho, entré por tu ventana pero te veías hermosa dormida y no quise despertarte, así que solo dormí a tu lado.

Sonrío y le paso la mano por su cabello despeinado.

-Tienes que irte antes de que mi papá se levante para el trabajo, y yo tengo que ir al colegio.
-No, no vayas, quiero estar así contigo siempre.

Dice acomodándose en mi pecho.

-Tengo que ir, algún día estaremos así todos los días.

Levanta la cabeza y me da un beso en los labios, nos levantamos, entro al baño a ducharme, cuando salgo, él sigue en mi cama, ya vestido pero dormido, se volvió a dormir.

-Fede -lo sacudo nuevamente -tienes que irte.

Abre los ojos y me observa sin hacer ninguna expresión.

-No quiero irme.

Le pongo una mano en la mejilla y la siento caliente, espero no se enferme.

-No puedes estar aquí ahora.
-¿Por qué no?
-Pueden encontrarte mis papás.

Apenas puede mantener los ojos abiertos, respira con mas rapidez, y está comenzando a sudar.

-¿Me cubres? Tengo frío.

Le pongo una mano en la frente y cada vez está mas caliente.

-Te estás enfermando, ven, levántate.

Reniega un poco pero al final lo hace, apenas tiene fuerzas para mantenerse de pie, así que lo acuesto nuevamente y bajo por un té y una pastilla.

-Fede, ¿cómo vas a irte ahora?
-No sé.

Dice dando un sorbo a su té para pasar la pastilla.

-Vamos a llevarte al médico.
-No es para tanto.
-Ven, baja por la ventana.
-No quiero, es mucho esfuerzo.

Pienso en como sacarlo de la casa sin que se den cuenta mis papás, escucho la puerta de la habitación de ellos abrirse y el corazón me late con fuerza.

Los escucho charlar en la cocina.

-¿Qué hacemos? Tenemos que sacarte de aquí.

Lo único que se me ocurre es salir por la puerta, a rezar para que no nos encuentren.

-Opino que me quede aquí.
-No puedes Federico, ven.
-¿A dónde?
-Por acá, yo entro a la cocina, los distraigo y tú sales rápido, no hagas ruido en la puerta, yo salgo detrás de ti.

Bajamos las escaleras y entro a la cocina, me pongo frente a mis papás, ellos están sentados de espaldas a la entrada de esta, así que yo la tengo en frente.

-Buen día.

Digo mirándolos a los ojos.

-Buen día cariño.

Responde mi mamá.

-Hoy voy a salir con Mica y Rob.
-Siempre sales con ellos.
-Bueno, hoy nuevamente.

Contigo ¡Porque te quiero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora