Gin: No puede ser... Ojos de Halcon...
En el horizonte se divisó un pequeño barquito. Era de color negro y con el aspecto de un ataúd decorado con tonos dorados y algunas piedras. En el estaba el hombre que había conseguido partir el enorme navío por la mitad. Era un hombre alto. Con barba y bigote y unos ojos dorados penetrantes, Dracule Mihawk era el espadachin número uno hasta el momento.
A todos pareció sorprenderles que ese hombre, un shichibukai, estuviera allí. Al momento alguien hablo y rompió el estado de sorpresa de los presentes.
Krieg: Maldito Ojos de Halcon!! Como te atreveees!
Mihawk: Vengo por tu cabeza Krieg.
Mientras los dos hombres hablaban, los miembros de la banda del sombrero de paja y Sanji comentaban la situación.
Ussop: No... No puede ser!
Nami: Esto da bastante grima...
Sanji: Señoritas deben tener cuidado.
Mientras sus compañeros hablaban, el espadachín parecía absorto pensando en algo. Al momento, para sorpresa de sus compañeros, hizo un comentario que los dejo aún más sorprendidos.
Zoro: Por fin. Por fin podré cumplir mi sueño. Por fin podré derrotar al hombre que llevo buscando mucho tiempo.
Sanji: Pero que dices insensato!!!
Zoro: Todos debemos pelear por nuestros sueños.
Sanji callo ante la afirmación del peliverde. En ese momento se dio cuenta de que sentía cierta admiración hacia aquel hombre.
Zoro no puedo avanzar mucho más ya que unas delicadas manos lo detuvieron.
Silvia: Zoro... No por favor. No lo hagas. No... No...
Zoro: ...
Zoro miro a la muchacha. Silvia tenía los ojos llenos de lágrimas y preocupación. Parecía a punto de llorar... por el?
Sin pensar en lo que hacia, soltó la mano de la chica y depósito un beso en su frente. Después se giró y hablo al hombre que había venido a buscar.
Zoro: Dracule Mihawk! Soy Roronoa Zoro! Llevo buscándote mucho tiempo! Lucha contra mi!
Mihawk: Eres un insensato? Acaso no ves el abismo entre tu esgrima y la mía? Entre tu arte y el mio?
Zoro: Tendré que arriesgarme y luchar por aquello en lo que sueño no?
Mihawk: Como veas Roronoa. Sí eres capaz de tirar tu vida así sí mas...
Esa afirmación pareció encender a Zoro ya que se lanzó hacia Ojos de Halcón sín pensarlo. Lanzaba ataques fallidos sin parar. Mihawk solo luchaba con un cuchillo pequeño y con una facilidad asombrosa paraba todos los ataques del peliverde. En uno de estos ataques, el hombre hundió el puñal en el pecho del espadachín.
Luffy: Zorooooooo!!!
Silvia: Noo!!!
Ussop: Mierda Zoro!
Sanji: ...
Para sorpresa de sus compañeros, Zoro hablo.
Zoro: Vaya. Me he despistado un momento. Ahora será el final de esta batalla, Ojos de Halcón. Prepárate para mi ataque final.
Mihawk: Como desees.
El shichibukai guardo su puñal y saco de su espalda la espada que llevaba guardada. Era una espada enorme. Tenía aspecto de una cruz y la hoja de un color negro brillante.
Zoro se dispuso a atacar. Coloco sus tres katanas en posición y comenzó a girar las que tenía en las manos. Al momento lanzo el ataque. Mihawk también ataco. Parecía que todo había quedado en empate pero no fue así. Las katanas que Zoro llevaba en las manos se rompieron y su pecho empezó a sangrar por la herida que le había provocado su contrincante.
Zoro: Este es mi destino al fin y al cabo.
Con esas palabras se giró y encaró al hombre que tenía delante con los brazos abiertos.
Mihawk: Que haces?
Zoro: He perdido. Una herida por la espalda es una deshonra para un espadachín.
Mihawk: Que así sea entonces.
Con esas palabras, Ojos de Halcón asesto el último golpe dirigido al espadachín peliverde.
